Capitulo 53

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El lunes por la mañana ______ se despertó a las cinco y media entrelazada en el cuerpo de Liam, que permanecía profundamente dormido y ni siquiera se enteró cuando ella se escabulló de la cama. Se detuvo un momento a mirarlo. Bañado por aquella luz tenue del alba, parecía más joven y ______ sintió el deseo de acariciarle la frente. El día anterior había considerado la posibilidad de acabar enamorándose de él. Hoy lo sabía ya con certeza. «Lo quiero y vamos a disfrutar al máximo del tiempo que pasemos juntos.» Por miedo a despertarlo, ______ no cedió a la tentación de tocarlo y se dirigió al salón para ir al otro cuarto de baño.

Aunque la noche anterior había preparado espaguetis y albóndigas, no había comido mucho; el sexo parecía estar robándole el apetito de cualquier otra cosa. Después de cenar habían ido a dar una vuelta en el coche de Liam —sin rumbo fijo, sólo para estar sentados y charlar—. El le había contado que soñaba con montar su propia empresa de seguridad algún día. Dentro de unos doce años, a los cuarenta y seis, podría jubilarse como policía y calculaba que para entonces ya tendría ahorrado el dinero suficiente para hacer despegar el negocio.

Esta confidencia animó a ______ a explicarle que ella siempre había querido escribir novelas.
Le contó que ya había escrito varios relatos en los que desarrollaba argumentos de cuentos de hadas en el mundo actual. Liam le pidió que le dejara leer alguno, pero al ver que ella se mostraba algo reacia a compartir con él sus creaciones, no insistió.

Hablaron de todo: de sus películas favoritas, de cuántos hijos quería tener cada uno…

Aquella mañana, al reflexionar sobre las conversaciones que habían mantenido, ______ se dio cuenta de lo atípico que era Liam. Se sentía cómodo hablando de sus sentimientos y de las cosas que eran importantes para él.

______ lanzó una mirada al reloj que había en la repisa del baño: las seis menos veinte. Tenía que estar en el trabajo a las ocho y cuarto, y la reunión de Liam era a las nueve. Mientras se duchaba fue repasando mentalmente las opciones para el desayuno: en casa sólo había huevos y tostadas. Tendría que pasar por el supermercado al volver del trabajo, de modo que empezó a elaborar mentalmente una lista de la compra con todo lo que necesitaba. Al salir de la bañera se envolvió en una toalla, se cepilló el cabello y se maquilló. En cuanto hubo terminado, abrió la puerta del baño y se topó con una oleada de aroma de café. Enseguida se asomó y vio a Liam en el rincón de la cafetera. Estaba dando un sorbo a su taza mientras leía los titulares del periódico.

Llevaba el cabello mojado, el torso descubierto y los pies descalzos.

A ______ le dio un vuelco el corazón. Estaba tan sexy allí plantado y tan… en casa.

Liam debió de notar el peso de su mirada porque levantó la cabeza.

—Buenos días, ¿te sirvo el café?

Algo avergonzada, asintió.

Él desapareció en la cocina y volvió con una humeante taza de café.

—Voy a hacerme unos huevos revueltos. ¿Cómo quieres los tuyos?

—Ya lo hago yo —se ofreció ______ al coger la taza.

—Yo ya estoy casi vestido, y tú no. Para cuando estés arreglada, tendrás listo el desayuno, ¿los quieres revueltos tú también? ______ no discutió. Aquella situación resultaba tan natural, tan cotidiana, tan agradable…

Se dirigió al dormitorio absolutamente enternecida.

A las seis menos cuarto de la tarde, ______ atravesaba su portal y se dirigía al buzón para comprobar si había recibido correo. Encontró una nota de color amarillo que avisaba de la llegada de un paquete.

El vigilante de turno era Frampton. ______ se acercó hasta su mesa con el papel en la mano.

—¿Ha llegado algo para mí?

—Sí, señorita Austen. Está aquí —el conserje le entregó un enorme jarrón con flores de colores.

—¡Son preciosas!

—Sí que lo son. Vienen con tarjeta.

No quiso abrirla delante del vigilante.

—Ya la leo arriba —dijo, y cogió el jarrón y se dirigió al ascensor.

Bad girl (Liam y Tu) [HOT] ¡No es mia! ADAPTADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora