Capitulo 30

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El dominador guardaba el artilugio en un cajón. Antes de empezar a azotar a su compañera de juegos, le metía la clara de goma en la boca y le colocaba la capucha de modo que la cabeza quedaba cubierta hasta el cuello, donde acababa haciendo un nudo. De verlo tantas veces, ______ había deducido que aquello volvía muda y ciega a la sometida, pero no sorda, de modo que aún podía escuchar las órdenes que Abruzzi le daba. Así, éste podía emplear su vara sin miedo a molestar a los vecinos.

Después de que ______ acabara de relatarle la historia a Liam, él la abrazó con más fuerza.

—¿Te excita verlo con sus mujeres?

—No lo sé —respondió ella, pensativa—. Quiero decir, los picantones que viven dos pisos más abajo también se dan cachetes de vez en cuando y eso sí me excita, pero ellos comparten algo, se lo pasan bien juntos. Lo que el dominador, bueno, lo que Abruzzi hace… no tiene nada que ver con una pareja o con compartir. A esas chicas debe de ocurrirles algo tremendo para que le permitan hacer lo que hace.

Como su copa ya no contenía más que hielo, ______ no protestó cuando Liam se la retiró y la depositó, junto a la suya, en la cornisa. Luego la abrazó con ambos brazos y ella se acurrucó contra él apoyando la cabeza sobre su hombro.

—Sospecho que la mayoría de esas pobres son profesionales del sexo.

—¿Tú crees? Parecen tan jóvenes —dijo ella mirándolo.

Liam se rió sin que aquello le hiciera gracia.

—Las prostitutas viejas no tienen demasiados clientes, ¿sabes?

______ dudo un momento antes de decidirse a preguntarle lo que estaba pensando:

—¿Has estado alguna vez con una prostituta?

Él negó con la cabeza.

—No, no me excita pagar por sexo. Y he visto lo que ese negocio hace con las niñas.

—Como poli, quieres decir… —dijo ella tratando de mostrarse tranquila.

Liam asintió. En un susurro continuó:

—Siempre he trabajado en la Brigada Anticorrupción. Seis meses contemplando todo eso bastan para acabar con la ilusión de cualquiera —entonces la miró—. Me han pasado temporalmente a la Brigada de Crimen Organizado, a un equipo que vigila a Abruzzi, así es como te encontré.

—¿Ah, sí? —lo invitó a continuar.

—Estaba comprobando que nuestro puesto de vigilancia no podía verse desde el ático de Abruzzi. Miré hacia abajo y te vi en el balcón… con el telescopio.

A ______ le entró miedo.

—¿Se lo dijiste a alguien?

—No, a nadie.

—¡Menos mal! —replicó ella, aliviada, a la vez que bajaba los hombros.

—De todas formas, ya sabes que no puedes volver a espiar a tus vecinos, ¿verdad?

—Claro, Liam. No volveré a hacerlo nunca más, te lo prometo.

Él le acarició el cabello.

—Bien, entonces ya está. Ya no hace falta que volvamos a hablar de ello —sentenció.

Luego bajó la mano acariciándole los hombros hasta que se topó con la toalla y empezó a tirar del borde que la sujetaba.

______ le dio un manotazo.

—¿Qué haces?

—Oye, que sólo quiero ver lo que hay debajo —respondió él con la voz nítida y guasona.

______ se alejó, pero de repente se le ocurrió algo que la hizo detenerse. Con los ojos fijos en los de Liam, se arrodilló delante de él.

—¿Y ahora qué haces tú?

Por debajo del murete, fuera de la vista de los pisos cercanos, ______ se descubrió despojándose lentamente de la toalla. 

Bad girl (Liam y Tu) [HOT] ¡No es mia! ADAPTADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora