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La fuerte música rebotaba por las paredes de la casa de SeokJin.
YoonGi tomaba con fuerza la mano de su novio y gruñia ante cualquier Alfa y Beta que se acercara a su Omega.

Su cara daba a entender que ese no era el lugar donde quisiera pasar un sábado por la noche. Incluso se preguntaba a sí mismo, ¿Qué mierda hago aquí?
Y ahí sus ojos iban a su mano entrelazada con la más pequeña y rechoncha de la lucesita de su existencia.

Park JiMin.

Aquel hermoso Omega que le tenía con la baba por el cielo y la cabeza por la tierra.
YoonGi frunció su ceño ¿Iba así esa frase? Qué más daba.

--¡Hyung bailemos!

JiMin halo a YoonGi al centro de la sala, esquivando(O mejor dicho, ellos huyendo al ver a YoonGi) a todo ser que se metiera en su camino.

JiMin se movía al son de la músical, luciendo gracioso, YoonGi sonrió y empezó a bailar al igual que su pareja.

Eran tal para cuál.

De un momento a otro la música cambió a un ritmo suave y romántico, la voz de SeokJin gritando, le hizo girar.

——Vamos YoonGi, fieraaaa, A POR ESE CULITO.

YoonGi volteo a ver a JiMin y este al igual que él se encontraba sonrojado, le sonrió y sin aviso le tomó de los hombros.
YoonGi llevó sus manos a su cadera y ejerció leve fuerza en ellas, en un agarre posesivo.

——Hyung.——La voz de JiMin era baja y rasposa en su oído.——¿Sabes que podemos hacer al llegar a casa?

——¿Qué?

——Estar en la cama y... Ya sabes.

——Oh sí... Ya sé.

——¿¡Es en serio hyung!?

–—Sí dormiremos y a la mañana te voy a llevar a una iglesia, Omega calienturieto.

JiMin se sonrojo y aguanto una risa.

Aveces él era el Omega calienturieto y virginal.

Alfa virginalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora