Capítulo 4

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La luz que entra por la ventana y da directo a mi rostro me despierta, ¿Dónde estoy? Miro alrededor. Jirafas. Cierto, termino de despertar, miro a la cama en la que Hae aun duerme abrazado a un Nemo de peluche, el que Hyuk le regalo el día que salieron todos al centro comercial, Ryeowook no está, me acomodo para irme, abro una puerta con cuidado de no hacer ruido, del otro lado se encuentra el baño, aprovecho para lavarme la cara y ordenar mi cabello, salgo con cuidado y bajo las escaleras, no hay nadie en la sala. De día se aprecia mejor, es una casa acogedora, en colores pastel, hay fotos de la familia en un estante, una pareja sosteniendo aun niño pequeño de cabello castaño claro, debe ser Ryeowook, conforme avanzo miro más fotos, el hombre deja de aparecer, solo está la mujer con un adolescente un poco rellenito, ¿ese es Ryeowook? Se me escapa una risita.

— Oh veo que ya despertaste, tú debes ser Yesung, definitivamente mi hijo tiene buen ojo. — Una mujer me mira de arriba abajo sonriente, me toma del brazo y me lleva por una puerta, es la cocina, allí esta Ryeowook colocando la mesa, huele delicioso. — Ah cierto, Soy Kim SunHee, la madre de Wookie, toma asiento.

Hago una reverencia y me presento, aunque la mujer parece ya saber quién soy, me siento, creo que debí haberme ido hace un rato, pero esa mujer parece tan amable, decido quedarse a desayunar y luego me marchare, para no molestar.

— Voy a ver si Hae ya despertó para servir la comida — anuncia Ryeowook.

Una vez que el pequeño se va, su madre me mira sonriente, no sé qué decir y solo le devuelvo amablemente una sonrisa.

— ¿Mi Wookie te causa problemas? Es muy impulsivo, a veces se pasa, ya se lo he dicho, pero este niño no entiende, tenle paciencia ¿sí? Es muy buen chico, y es muy sensible, aunque parezca que va sin frenos por la vida.

— ¿Eh? Si, bueno, no, no me molesta, es un poco ruidoso ...

— Si, tienes que oírlo cantar, esa voz tan aguda no solo le sirve para ir asustando a la gente a gritos, cuando canta parece un ángel, ya verás —me guiña un ojo—

Ryeowook entra tirando de la mano a Hae quien aún lleva el pijama de jirafa, camina agachado a paso lento y tiene los ojos hinchados.

— ¿Pequeño estas bien? —pregunta la señora SunHee — siéntate, te sirvo enseguida, lo que necesitas es una buena comida para recuperar fuerzas, no te avergüences ¿sí? Puedes quedarte aquí el tiempo que quieras.

— No quiero molestar, me iré apenas pueda conseguir un lugar ... — responde Hae apenado.

— Ay nada de eso, a mí me encanta tenerte aquí — toma la mano de Wookie — dos chicos guapos viviendo en mi casa, mi hijo y su amigo, además cuando sus novios vengan a visitarlos van a ser cuatro chicos guapos, ¡¡que emoción!!

— ¡¡Mama!! ¡¡Basta me avergüenzas!! — Responde Ryeowook y Hae empieza a reírse, por fin se está riendo.

La señora SunHee cuanta varias anécdotas de su hijo, es muy graciosa, Ryeowook también hace comentarios divertidos, no se molesta, creo que ambos intentan animar a Hae, son las 10 de la mañana cuando tocan el timbre, es Hyuk, que llega corriendo a abrazar a su novio, se quedan así largos segundos.

Dejamos sola a la pareja y los demás volvemos a la cocina.

— ¿Chicos vamos a dejar a solas a Hae con su novio un rato, me acompañan al supermercado? Con todo lo que paso olvide hacer las compras, además que mejor que llevar a un chico fuerte para que nos ayude a cargar las pesadas bolsas.

— Si, estoy de acuerdo mama.

Ambos me miran esperando una respuesta, me tenso, ya debería irme, pero es domingo, no tengo nada que hacer, y quiero acompañar a Hae todo lo que pueda.

Armonía CromáticaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora