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Estaba bajando del coche cuando escucho una voz familiar.

-¡Kendall! No sabes cuanto te he echado de menos - era mi hermano, hacia que no le veía 4 años, cuando decidí mudarme con mi madre por problemas familiares.

- ¡Henry! - fui a sus brazos rápidamente a darle un fuerte abrazo.

Mis ojos se cristalizaron y cayó una lágrima, era mi hermano, lo único que tenía, el único real.

- Déjame ayudarte - cogió mi maleta y la metió en casa, yo le seguí.

- Sigue exactamente igual, con las latas de cerveza por el suelo - dije mirando alrededor.

- No te preocupes por nuestro padre, está trabajando, pero no ha cambiado - Henry parecía triste diciendo aquello, yo me limité a subir las escaleras.

- No habéis tocado nada de mi cuarto - me senté en mi cama.

- Solo la colocamos un poco cuando te fuiste, estaba hecha un desastre - contestó Henry sentándose a mi lado - ya tengo más amigos, así que no hace falta que te sigas metiendo conmigo por eso -

- He cambiado, no te preocupes- dije riéndome.

- Lo dudo mucho - Henry me abrazó, realmente lo echaba de menos.

- Vas a venir a mi instituto, si ves que al decir tu apellido la gente se aleja de ti, es normal. Nadie se querría juntar con alguien que se relaciona con el matón de Derry - dijo Henry.

- ¿El matón de Derry eh? Ya estoy deseando conocer a tus amigos - respondí con ironía.

- Dejo que coloques todas tus cosas, nos vemos renacuaja - contestó Henry levantándose de la cama, odio que me llame así.

- Tengo 15 años, no soy una renacuaja tonto - me hice la molesta cruzando los brazos, él me sonrió y se fue.

Abrí mi maleta y empecé a colocar la ropa en mi armario. Cuando por fin termine de ordenar un poco todo, un estruendo me sacó de mis pensamientos.

- Henry, ¿llegó ya tu hermana? - gritó un chico.

- Sí, está en su cuarto - contestó mi hermano.

Yo decidí bajar a ver quien estaba, y me topé con tres chicos de la edad de mi hermano.

- Esta es mi hermana, Kendall Bowers - dijo Henry acercándose a mi.

- Hola hermana de Henry, soy Víctor - contestó un rubio platinado.

- Yo soy Belch - un chico robusto se acercó para darme la mano.

- Él es Patrick, no es muy hablador, como tú - dijo mi hermano señalando a un chico alto de pelo negro con los brazos cruzados.

Él me miró y sonrió de una manera muy asustadiza.
Yo me limité a sonreírle de vuelta.

- ¿Como es que volviste a Derry? - empezó a hablar Víctor - Nos a contado Henry que te mudaste a los 12 años con tu madre -

Flashback ~

Mi madre se acercó a mi y me propinó una bofetada, estaba furiosa porque le dije que no me gustaba su nuevo novio.

- Es mi vida, ¿entiendes? así que deja de arruinármela, no debiste haber nacido - me empujó contra el suelo pero yo me milité a mirarla fijamente.

No me quejé ni nada, me quedé callada observando como mi madre, si se le puede llamar así, me insultaba.

- ¡Estás loca! te pegan y no haces nada, te gritan y igual, no sientes nada, solo fuiste un puto error - estaba aconstumbrada a que mi madre me dijera aquellas cosas.

Ella siempre me repetía eso, que no estaba sola en este mundo, que tenía que interactuar con la gente, que tenía que sentir y pensar lo que hacía, que debía pedir perdón pero yo lo ignoraba, todo lo que me decía ella era malo, así que aprendí a solo confiar en mi.

Fin del Flashback ~

- Cosas - contesté - prefiero no hablar de ello -

Notaba como el moreno alto no paraba de observarme, me daba miedo pero había algo en aquel chico que me atraía.

- Venga sentaos, ya traigo yo las cervezas - mi hermano se dirigió a la cocina y trajo unas latas y las dejo en la mesa baja.

- ¿Me das uno? - pregunté al ver a Henry sacar un cigarro.

- ¿Desde cuando fumas renacuaja? - me preguntó tendiéndome uno.

- Desde que empecé a escaparme de casa - contesté mientras encendía el cigarrillo.

- ¿Te daba igual lo que te dijera tu madre? - me dijo Henry, no me extrañaba que se refiriera así a mi madre, después de todo, le abandonó.

- Me da igual todo lo que me digan los demás - contesté dándole una calada a aquel cigarro.

- Me cae bien tu hermana - habló por fin el chico alto - creo que nos vamos a llevar bien - me dijo sonriéndome de una manera pícara.

reales; patrick hockstetter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora