Me alejé de su casa dirigiéndome a los Barrens, no paraba de decir cosas sin sentido, la gente me miraba exaltada, notaba más lágrimas caer por mis mejillas rojas de la impotencia.
- Patrick, no llores, te verán vulnerable a ella - no paraba de repetirme lo mismo, pero a la vez necesitaba llorar, jamás había sentido tanto dolor en mi vida.
Kendall Bowers
- Kendall... - mi hermano se acercó preocupado posando su mano en mi hombro.
- ¡Quita! - contesté apartándome de él.
- ¡Lo siento Kendall! - dijo Henry alzando la voz - ¡quería bajar a ayudarte pero, no podía, le tengo mucho miedo a nuestro padre! - al decir aquello rompió a llorar, yo le miré sobresaltada, nunca había admitido que le tenía miedo, y ahora, le veía mucho más débil de lo que era. Le abracé, pude notar como su piel se erizó pero correspondió al abrazo - De verdad que lo siento muchísimo Kendall -
No contesté, solo seguía junto a él, esperando que se tranquilizase.
Patrick Hockstetter
Estaba sentado entre toda la chatarra que hay en el sitio que más visito en esta porquería de pueblo, Los Barrens. Mi nevera estaba recién cerrada, necesitaba desahogarme, en mi interior agradecía haber encontrado ese artefacto y que nadie supiera de su existencia. Me levante como pude, tenía la camisa remangada dejando que se vieran las notables marcas que el animal que metí en el frigorífico me hizo. En mi cara tenía las marcas que las lágrimas dejaron al caer y ese dolor aún no había cesado. Habían hecho daño a Kendall y no iba a permitir que eso volviera a ocurrir.
Empecé a caminar para salir de los Barrens y ir a mi casa a cambiarme, cuando al fin salí de allí vi como la gente me miraba confundida pero sin prestar mucha atención a donde me dirigía. Al llegar a mi casa mi madre no estaba, habría salido a hacer algún recado, mi padre estaba en el salón leyendo un libro, pero no le importó mucho como estaba, solo levantó la vista y la volvió rápidamente hacia el libro. Me encerré en mi cuarto, y me dirigí al armario sacando ropa para cambiarme, me metí en el baño que había en la planta superior y me di una ducha rápida, necesitaba ir a la casa de Kendall ahora que estaba más calmado, no quería que ella supiera que había escuchado todo, así que intentaría disimular, aunque sería bastante difícil.
Cogí la ropa que había sacado del armario minutos antes y me la puse rápidamente. Cuando me disponía a bajar mi padre me llamo, diciendo que mis amigos habían venido a buscarme. Bajé las escaleras y me puse mi cazadora de cuero antes de salir.- Pat, necesitamos ir a la casa de Henry, nos ha llamado - Víctor parecía agotado, Belch estaba detrás sujetando su gorra con la mano.
Yo asentí y fuimos corriendo hacia su casa, al llegar tocamos la puerta, Henry no tardó en abrir.- Pasad chicos - estaba rojo, seguramente de llorar, nunca había visto a Henry así.
Kendall Bowers
Henry había llamado por teléfono a Belch y a Víctor para que vinieran, no querían que estuvieran aquí, no después de lo que había pasado, mi padre se había ido a tomar unas cervezas con un colega y volvería tarde, y cuando estuviera en casa sería más de lo mismo, otra paliza más.
Estaba tumbada, llevaba una camiseta blanca con un pequeño dibujo de una palmera en en centro, me quedaba un poco grande, pero me cubría algunos moratones, en la parte de abajo unos pantalones vaqueros negros un poco anchos. Estaba pensando en todo, mi vida no valía la pena, si yo me fuera nadie me echaría de menos, estarían todos mejor sin mi, sin los problemas que llevo conmigo y la mala suerte que traigo para la vida de los demás. Si no estuviera las voces no existirían, ¿o sí?
en ese instante pensé que podría haber al otro lado, me imaginaba una habitación oscura en la que tú flotabas en el centro y recordabas todos los momentos buenos y malos de tu vida mientras que algunas voces de gente, amigos o familia rondaban en tu cabeza, a lo mejor en vez de voces de gente que conocías escuchabas voces diciéndote frases o palabras que te definieran o que describieran tu vida, todo era muy confuso, ¿si no comprendía mi propio mundo como iba a entender otro que nadie sabía como era?
En ese momento una voz me sacó de mis pensamientos, era Patrick. Yo me levanté de golpe y fui a abrazarle, no pude evitar llorar, era el único que me comprendía y tenerle a mi lado era lo mejor, pero si sentía cosas buenas con él ¿por qué lloraba?Patrick Hockstetter
Estaba devastada, nada más verme vino a darme un abrazo al cual yo correspondí, escuché como sollozaba, ese sonido me partía el alma.
- Kendall - dije separándola de mi y sujetándola de los brazos - tu padre se va a arrepentir de todo, ese hombre no volverá a tocarte -
- ¿Cómo estás tan seguro? - preguntó secándose las lágrimas.
- Porque si lo hace, estará muerto, ¿entiendes? - respondí serio, ella sonrió - cuando toda esta mierda acabe nos iremos de este maldito pueblo tú y yo, a un mundo donde nadie nos va a juzgar y esas voces no existirán -
Ella me sujetó de las mejillas y se acercó lentamente a mi depositando un suave pero apasionado beso en mis labios, al separarse la rodeé por la cintura dándole otro beso, este más salvaje, Kendall me agarró del cuello de mi camiseta llevándome hasta su cama, cayendo los dos en ella. Me quité la cazadora tirándola al suelo, aún besándonos ella me rodeó con sus brazos haciendo el beso más rápido, nuestras respiraciones se aceleraron, me tumbé encima de ella quitándome mi camiseta también. Metí mi mano por debajo de su prenda superior, pude sentir algunas cicatrices, ella se percató, nos miramos en silencio pero ella asintió segura, me encantaba esa parte de ella, le quité su camiseta dejándola solo con su sujetador y pantalones puestos. Seguimos besándonos y deshaciéndonos de las pocas prendas que nos quedaban, cuando nos dimos cuenta estábamos completamente desnudos, una fina capa de aire era lo único que nos separaba, la miré, ella hizo lo mismo, su mirada transmitía temor, lo veía normal después de todo por lo que había pasado.
- Si no quieres no pasa nada - susurré a su oído.
- Quiero - contestó rodeándome con sus brazos.
Me levante buscando un preservativo, ella me señaló un cajón, allí cogí uno y me lo coloqué. Me acerqué a ella lentamente, el aire que nos separaba desapareció, podía notar su suave piel rozar con la mía, un movimiento se hizo presente, repitiéndose continuamente, era lento, no quería hacer daño a Kendall, acariciaba cada parte de su cuerpo con mis manos. El sudor tardó poco en aparecer, nuestras respiraciones se mezclaban, eran agitadas. Nuestras miradas se chocaron, llegando los dos al climax.
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Se acerca el final ;)
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reales; patrick hockstetter
FanfictionKendall Bowers, hermana del matón de Derry, una chica con un pasado oscuro y una infancia complicada se enfrenta a sus problemas con la ayuda de sus amigos y el famoso grupo de su hermano. Allí conoce a alguien no muy distinto a ella, Patrick Hockst...