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- ¿Kendall, estás bien? - preguntó Belch preocupado acercándose a mi.

- Emm... s-sí, no os preocupéis - me iba a sentar en una silla que había cerca de la televisión, pero al doblar la rodilla sentí un gran dolor.

- Ven Kendall, voy a curarte eso - mi hermano se preocupaba mucho por mi, sabía que hacía todo esto por mi bien, pero no quería su ayuda, mi orgullo estaba por delante de todo eso.

- No Henry, estoy bien - me aparté de él para que me soltara de la muñeca.

- Se te va a infectar, ¡he dicho que vengas! - alzó la voz al ver que me negaba aún.

- Voy yo Henry, aparte por lo que sé tú no eres muy bueno curando heridas - respondió Patrick riendo al decir lo último -, ven Kendall - dijo rodeándome con su brazo.

- El botiquín está en el armario encima del lavabo - nos dijo Belch antes de que nos fuéramos.

Henry Bowers

Les conté todo lo que paso a Víctor y a Belch, nuestro padre nos había pillado y seguramente nos encuentre, Belch me recomendó que fuéramos a casa, ya que si lo seguíamos posponiendo iba a ser peor, al fin y al cabo tenía razón, así que cuando Kendall saliera del baño iríamos a casa.

- Cuando llegues a casa seguramente tu padre ya estará - dijo Vic preocupado.

- No la va a hacer nada - le contesté seguro.

- No te has enfrentado a tu padre en tu vida ¿lo vas a hacer ahora? - preguntó Belch riendo.

- Antes cuando Kendall estaba no nos hacía tantas cosas como ahora, pero ahora soy más consciente del daño que nos puede hacer, y no voy a permitir que le haga daño a mi hermana - contesté levantándome del sofá.

Patrick Hockstetter

- La herida parece grave - le dije a la chica mientras la limpiaba.

- No te preocupes, estoy bien - contestó molesta.

- Admite que no lo estás - ella apartó la vista, su orgullo iba por delante de todo, y sabía perfectamente que ella no iba a admitir que necesitaba a alguien que la curara.

Después de desinfectarla y curarla me quedé mirándola a los ojos, sentía que la había decepcionado al haberme portado así con ella, haberla ignorado.
Pensaba que si a lo mejor me hubiera portado mejor no hubiera pasado todo esto. Ella levando la vista mirándome fijamente a los ojos, pude ver como levantaba sus cejas confundida lo que hizo que yo sonriera, pude ver como sus mejillas se tornaron un poco rojas.

- Gracias Patrick - me dijo tímidamente.
Yo iba a contestar pero antes de darme cuenta, los labios de Kendall estaban tocando los míos, me sorprendió, pero me encantó aquello. Entrelace mis dedos con su suave pelo negro y largo, ella rodeó mi cuello con sus brazos, echaba de menos el tacto de sus labios. Nos separamos por falta de aire, ella sonreía, sabía que me había pillado por sorpresa y parecía que me gustaba aquello.

- Se supone que el que se abalanza a dar los besos era yo pequeña - ella se sonrojó aún más y apartó la vista, yo la agarré de la
cintura para atraerla más a mi, por un momento se nos había olvidado donde estábamos.

Mi mundo había cambiado desde que ella llegó, antes veía todo oscuro, pero ahora todo parece más claro con ella a mi lado, se siente bien saber que hay alguien que le da igual como sea, que no presta atención a los rumores aunque sean ciertos, ella me había demostrado que me quería a su manera, y yo debía demostrarlo también, no sé muy bien cómo funciona el amor y como expresarlo, normalmente es con gestos y caricias, pero siempre me han dicho que hay algo más, no sólo es el sexo, también son los sentimientos, los detalles por muy pequeños que sean. Kendall había descubierto algo en mi que ni siquiera yo sabía que existía. Iba a protegerla de su padre, me daban igual las consecuencias, pero no iba a permitir que ese hombre le hiciera nada.

reales; patrick hockstetter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora