Capítulo 4

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Lalisa

Si tuviera once años de nuevo, sacudiría mi Mágica Bola 8 y le haría preguntas tontas como: ¿Le gusto a Jennie Ruby Jane Kim? ¿Piensa que soy linda?

Y podría hacer suposiciones basadas en la forma en que ella me mira justo ahora, pero espero que la respuesta fuera: Decididamente es así.

Seguimos alejándonos del bar, hacia su apartamento, y considerando que se encuentra a unas pocas cuadras, es probable que pueda pensar en suficientes preguntas entre aquí y ahí para llegar a conocerla mucho mejor. Lo único que más he querido saber desde que la vi parada delante de mi estudio esta noche, es por qué regresó a Busan.

—Nunca me dijiste por qué te mudaste a Busan.

Parece alarmada por mi comentario, pero no sé por qué. —Nunca te dije que no era de Busan.

Sonrío para cubrir mi error. No debería saber que no es de Busan, porqué, por lo que sabe, no sé nada más que lo que me ha dicho esta noche. Hago todo lo posible para ocultar lo que realmente pasa por mi cabeza, porque si tuviera que ser clara con ella ahora, parecería que he estado escondiendo algo durante la mayoría de la noche. Lo he hecho, pero es demasiado tarde para admitirlo. —No tienes que decírmelo. Tu acento no es como el de las personas de Busan, te delata.

—Tu acento tampoco es como el de las personas de aquí—inquirió arqueando una ceja, esta a la defensiva.

Sonrió ladinamente—: Dudo que mi acento se parezca alguna vez al de Busan o al de cualquier parte de Corea. Soy tailandesa.

Me mira de cerca sorprendida por haber revelado ese dato pero a los segundos lo oculta. No pregunta en busca de más información y yo no revelo nada más. Seguimos caminando.

Me doy cuenta y puedo decir que no responderá a mi anterior pregunta sobre por qué se mudó a Busan, así que pienso en una pregunta diferente para reemplazar esa, pero la siguiente pregunta es aún más apresurada. — ¿Tienes pareja?

Rápidamente mira hacia otro lado, y eso hace que sienta una punzada en mi corazón, porque por alguna razón, se ve culpable. Supongo que esto significa que tiene pareja, y un baile como el que acabamos de compartir, no debería suceder con personas que tienen pareja.

—No.

Al instante, mi corazón se siente mejor. Sonrío de nuevo, por millonésima vez desde que la vi por primera vez en mi puerta esta noche. No sé si ya sabe esto sobre mí, pero rara vez sonrío.

Espero que me haga una pregunta, pero permanece en silencio. —¿Me preguntarás si tengo novia?

Ríe. —No. Ella rompió contigo la semana pasada.

Oh, sí. Olvidé que ya tocamos ese tema. —Qué afortunada.

—Eso no es muy agradable —dice con el ceño fruncido—. Estoy segura que fue una decisión difícil para ella.

Disiento sacudiendo mi cabeza. —Fue una decisión fácil para ella. Es una decisión fácil para todas.

Hace una pausa por un segundo o dos, mirándome con cautela antes de comenzar a caminar de nuevo. —¿Todas?

Comprendo que eso no me hace sonar bien, pero no le mentiré. Además, si le digo la verdad, puede seguir confiando en mí e incluso hacerme más preguntas.

—Sí. Muchas han roto conmigo.

Entrecierra los ojos y arruga su nariz por mi respuesta. —¿Cuál crees que sea la causa, Lalisa?

Trato de cubrir la severidad de la oración a punto de salir de mi boca al hablar más suave, pero no es un hecho que quiero admitir necesariamente ante ella. —No soy muy buena novia.

CONFESS || JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora