Jennie
Escucho la tienda de campaña abrirse, y entonces siento una mano en mi brazo, seguido de un brazo deslizándose bajo mi almohada. Lisa me tira contra ella e inmediatamente quiero apartarme, pero al mismo tiempo me sorprende el nivel de comodidad que siento envuelta en sus brazos. Cierro los ojos y espero sus preguntas. Sólo me quedaré aquí y disfrutaré de la comodidad hasta que ella la arruine con su curiosidad.
Mueve su mano por mi brazo, acariciándome suavemente. Después de varios minutos de silencio, encuentra mis dedos y los entrelaza con los suyos.
—Cuando tenía dieciséis años —dice en voz baja—, mi madre y mi hermano mayor murieron en un accidente de auto. Yo conducía.
Aprieto mis ojos. Ni siquiera puedo imaginarlo. De repente, mis problemas no se parecen a los suyos en absoluto.
—Mi padre estuvo en coma durante varias semanas después de eso. Me quedé a su lado todo el tiempo. No porque necesariamente quisiera estar allí cuando despertara, sino porque no sabía a dónde ir. Nuestra casa se encontraba vacía. Mis amigos siguieron con sus vidas, así que rara vez los vi después del funeral. Tenía parientes que se pasaban por ahí al principio, pero incluso eso se desvaneció. Al final de ese primer mes, éramos sólo mi padre y yo. Y me sentía aterrada porque si él moría, no tendría ninguna razón para vivir.
Ruedo lentamente sobre mi espalda y la miro. —¿Qué pasó?
Lisa levanta los dedos a mi frente y cepilla mi cabello. —Vivió, obviamente —dice en voz baja—. Se despertó justo antes del aniversario del primer mes del accidente. Y me sentía tan feliz de que estuviera bien, no creo que notara la realidad hasta que tuve que decirle lo que pasó. Él no podía recordar nada del día anterior al accidente, tampoco pudo recordar nada después de ese punto. Y cuando tuve que decirle que mi madre y Kunpimook estaban muertos, lo vi. Vi la vida filtrándose de sus ojos. Y no la he visto regresar desde la noche que ocurrió.
Me seco las lágrimas de los ojos. —Lo siento mucho —le digo.
Sacude la cabeza, como si no necesitara mis condolencias. —No lo hagas —me dice—. No es algo que necesite. El accidente no fue mi culpa. Por supuesto que los extraño, y me duele todos los días, pero también sé que la vida tiene que continuar. Y mi madre y Kunpimook no eran el tipo de gente a las que les gustaría que utilizara sus muertes como una excusa. —Sus dedos se mueven suavemente, de ida y vuelta, a través de mi mandíbula. No me mira a los ojos. Mira más allá de mí, sobre mi cabeza, pensando.
—A veces les echo mucho de menos, me duele aquí —dice, ubicando su mano donde se halla su corazón—. Se siente como si alguien estuviera apretando mi corazón con la fuerza de todo el maldito mundo.
Asiento, porque sé exactamente lo que quiere decir. Me siento así cada vez que pienso en Ella y el hecho de que no vive conmigo.
—Cada vez que tengo esa sensación en mi pecho, empiezo a pensar en las cosas que más extraño de ellos. Como mi madre, y la forma en que solía sonreírme. Porque sin importar qué, sin importar dónde estuviéramos, su sonrisa siempre me consolaba. Podríamos haber estado en medio de una guerra y todo lo que tenía que hacer era arrodillarse y mirarme a los ojos con esa sonrisa, y quitaría cada miedo o preocupación que tuviera. Y de alguna manera, incluso en sus días malos, cuando sabía que no tenía ganas de sonreír, lo hacía de todos modos. Porque para ella, nada más importaba excepto mi felicidad. Y extraño eso. A veces lo extraño tanto que la única manera en la que puedo sentirme mejor es pintándola.
Se ríe entre dientes. —Tengo más de veinte pinturas de mi madre apiladas. Es un poco espeluznante.
Me río con ella, pero ver lo mucho que Lisa ama a su madre trae de vuelta el dolor en mi pecho, y mi risa se convierte en un ceño fruncido. Esto me hace preguntarme si Ella alguna vez se sentirá así por mí, ya que no soy capaz de ser el tipo de madre que quiero ser para ella en este momento.
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CONFESS || JENLISA
Fanfiction𝓙𝓮𝓷𝓛𝓲𝓼𝓪| "Donde el confesar podría ser mucho más destructivo que el pecado mismo". Esta es una ADAPTACIÓN, la historia no es mía.