Lalisa
Ojalá supiera lo mucho que pensaba en ella. Cada noche, me preguntaba si la opresión en mi pecho podría ser en realidad el resultado de echarla de menos, o si era simplemente el hecho de que no se me permitía verla. A veces, las personas quieren lo que no pueden tener y confunden eso con sentimientos por el otro.
De cualquier manera, el sentimiento está ahí. La presión, el dolor, la lenta acumulación en el estómago animándome a cerrar la distancia entre nosotras y tener su boca contra la mía. Ya lo habría hecho si no hubiera visto a Dakho salir de su apartamento en mi camino hacia allí. Por suerte, él es un idiota poco observador, por lo que ni siquiera me notó.
Sin embargo, yo lo vi. No tengo dudas. Y eso hace que me pregunte qué hacía allí tan tarde. No es que tenga derecho a saberlo, pero ciertamente no puedo aplastar mi curiosidad.
Él fue a verme a la cárcel la semana pasada. Me dijeron que tenía visitas, y esperaba que fuera mi padre. Una muy pequeña parte de mí deseaba que fuera Jennie. Nunca esperé que viniera a verme mientras estaba en la cárcel, pero creo que la esperanza de que pudiera suceder me mantenía más positiva.
Cuando entré en la sala de visitas y vi a Dakho de pie allí, en un principio no pensé que él se encontrara allí para verme. Pero una vez que su mirada cayó sobre mí, se hizo evidente. Me acerqué a mi silla y me senté, y él hizo lo mismo.
Me miró fijamente durante varios minutos sin decir ni una palabra. Yo solo le mantuve la mirada. No estoy segura de si él pensaba que su sola presencia era suficientemente intimidante, pero nunca dije nada. Simplemente se sentó en su silla durante diez minutos enteros, observándome.
Nunca vacilé. Quise reír un par de veces, pero fui capaz de contenerme. Finalmente se puso de pie, pero yo permanecí sentada. Rodeó la mesa, a punto de dirigirse hacia la salida detrás de mí, pero en cambio se detuvo y me miró.
—Aléjate de mi chica, Manoban.
Allí fue cuando perdió el contacto con mis ojos. No porque me molestara o me pusiera nerviosa, sino porque sus palabras eran un golpe terrible en mi intestino. El hecho de que él se refiriera a Jennie como su chica era lo último que quería escuchar, y eso no tenía nada que ver con los celos, sino con mis instintos respecto a Dakho.
Y aunque debo admitir que odio el haber jodido mi vida hasta el punto de que nos afectaría negativamente si estuviésemos juntas, odio aún más el hecho de que él lograra tenerla. Porque ella se merece algo mejor. Algo mucho mejor.
Ella me merece.
Si solo lo supiera.
Me observa como si quisiera lanzar sus brazos a mi alrededor. Como si quisiera besarme. Y créanme, si hiciera cualquiera de las dos cosas, yo la recibiría.
Jennie se encuentra de pie con las manos a los lados, como si no supiera qué hacer con ellas. Levanta su mano derecha y la lleva sobre su pecho, apretando el bíceps de su brazo izquierdo. Su mirada se desplaza a los pies.
—Estás bien. —Su voz sale muy segura. No me encuentro convencida de si me está haciendo una pregunta o bien una simple observación. De todos modos, asiento. Ella sopla un suave aliento, y su alivio es algo que yo no había anticipado. No esperaba que estuviera preocupada por mí. Tenía la esperanza de que lo estuviera, pero esperar y ver, son dos cosas diferentes.
No estoy segura de lo que sucede en este segundo, pero ambas, al mismo tiempo, damos un paso rápido hacia adelante. Ninguna de las dos se detiene hasta que sus brazos se envuelven alrededor de mi cuello, mis brazos se encuentran alrededor de su espalda, y las dos estamos aferrándonos la una a la otra en un abrazo desesperado.
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CONFESS || JENLISA
Fanfiction𝓙𝓮𝓷𝓛𝓲𝓼𝓪| "Donde el confesar podría ser mucho más destructivo que el pecado mismo". Esta es una ADAPTACIÓN, la historia no es mía.