Jennie
Tengo cuatro hermanos pequeños comprendidos entre los seis y doce años. Mis padres me tuvieron cuando estaban en la secundaria y esperaron varios años para tener más hijos. Ninguno de ellos fue a la universidad y mi padre trabaja para una empresa de fabricación, donde ha estado desde los dieciocho años. Por esto, crecimos con un presupuesto. Un presupuesto muy estricto. Uno que no permitía que el aire acondicionado se encendiera por la noche. —Para eso son las ventanas —solía decir mi padre si alguien se quejaba.
Puede que adoptara su hábito tacaño, pero lo cierto es que no ha sido un problema desde que me mudé con Jisoo. Se hallaba a punto de ser desalojada después de que su vieja compañera de cuarto la dejara atascada con la mitad del alquiler, así que cosas como el aire acondicionado no se consideran necesidades. Sino lujos.
Lo cual no importaba mucho cuando vivía en Seúl, pero al tener que vivir en el clima bipolar de Busan durante un mes entero, he tenido que ajustar mis rutinas para dormir. En lugar de utilizar un edredón, duermo con capas de sábanas. De esa manera, si hace mucho calor en medio de la noche, puedo simplemente quitar una o dos sábanas de la cama.
Considerándolo todo, ¿por qué tengo tanto frío en este instante? Y ¿por qué estoy envuelta en lo que se siente como un edredón? Cada vez que intento abrir los ojos y despertar para encontrar respuestas a mis preguntas, me vuelvo a dormir, porque nunca me he sentido tan cómoda. Siento que soy un querubín durmiendo pacíficamente en una nube.
Espera. No debería sentirme como un ángel. ¿Estoy muerta?
Me enderezo en la cama y abro los ojos, estoy demasiado confundida y asustada para moverme, así que mantengo la cabeza completamente inmóvil y lentamente muevo los ojos por la habitación. Veo la cocina, la puerta del baño, el hueco de la escalera que conduce al estudio.
Es el apartamento de Lalisa.
¿Por qué?
Estoy en la gran y cómoda cama de Lalisa.
¿Por qué?
Me vuelvo inmediatamente y miro la cama, pero Lalisa no se encuentra allí, gracias al cielo. Lo siguiente que hago es comprobar mi ropa. Todavía la llevo toda, gracias al cielo.
Piensa, piensa, piensa.
¿Por qué estás aquí, Jennie? ¿Por qué tu cabeza se siente como si alguien la hubiera usado como un trampolín toda la noche?
Todo regresa a mí, poco a poco. En primer lugar, recuerdo que me dejaron plantada. Perra. Recuerdo a Roseanne. Me acuerdo de correr al baño después de que me traicionó llamando a Lalisa. Odio a Roseanne. También recuerdo estar en el salón y... Oh, Dios. ¿En serio, Jennie?
Me encontraba en su regazo. En su regazo, cortando su maldito cabello.
Llevo la mano a mi frente. Eso es todo. Nunca volveré a beber. El alcohol hace que las personas hagan cosas estúpidas, y no puedo darme el lujo de ser sorprendida haciendo cosas estúpidas. Lo más inteligente de hacer ahora sería salir corriendo de aquí, lo cual apesta porque me gustaría poderme llevar esta cama.
Salgo sigilosamente de allí y me dirijo al baño. Cierro la puerta detrás de mí y de inmediato empiezo a rebuscar entre los cajones, con suerte podré hallar un cepillo de dientes nuevo, pero salgo con las manos vacías. En su lugar, uso mi dedo, algo de pasta y una cantidad escandalosa de increíble enjuague bucal. Lalisa tiene un gran gusto en productos de baño, eso es seguro.
De todos modos, ¿dónde está?
Una vez que termino en el baño, busco mis zapatos y encuentro mis Toms a los pies de su cama. Podría jurar que iba en tacones en algún momento anoche. Sí, definitivamente nunca beberé de nuevo.
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CONFESS || JENLISA
Fanfiction𝓙𝓮𝓷𝓛𝓲𝓼𝓪| "Donde el confesar podría ser mucho más destructivo que el pecado mismo". Esta es una ADAPTACIÓN, la historia no es mía.