Capítulo 23

2K 294 69
                                    


Jennie

No hice lo que Dakho me pidió que hiciera. De hecho, no hice nada. No dije nada. No contesté una sola pregunta.

Con cada pregunta que me lanzaban, apretaba mis labios más y más fuerte.

Puede que Lisa no quisiera que les diga la verdad, pero si Dakho piensa por un segundo que voy a mentir por él, está más loco de lo que imaginaba.

Cuando me dijeron que era libre de irme, Dakho dijo que me llevaría a casa. Le dije no gracias, y pasé por su lado. Ahora estoy de pie fuera de la estación de policía, esperando al taxi que llamé. Dakho camina hasta mi lado y se detiene. Su mera presencia hace que frote mis manos por mis brazos para ahuyentar los escalofríos.

—Te daré un par de días para que te tranquilices —dice—. Pero volveré. Necesitamos hablar sobre esto.

No le respondo. No sé por qué piensa que lo podré perdonar algún día después de esta noche.

—Sé que estás molesta, pero tienes que ver las cosas desde mi perspectiva. Lalisa tiene antecedentes penales. No sé qué clase de relación tiene contigo, pero no me puedes culpar por pensar en la seguridad de tu hija, Jennie. No puedes estar enojada cuando trato de hacer lo que es mejor, sacándola de tu vida, para que puedas concentrarte en Ella.

Toma todo de mí no responder. Sigo mirando hacia el frente hasta que suspira profundamente y vuelve al interior de la comisaria.

Cuando el taxi se detiene, me subo. El conductor me pide la dirección justo cuando estoy sacando mi celular de mi bolsillo. Escribo "Domicilio Khalan Manoban" en la barra de búsqueda, y espero que los resultados aparezcan.

***

No sé lo que esperaba encontrar cuando me presenté en la puerta principal de Khalan Manoban anoche, pero desde luego no el hombre que estaba de pie frente a mí. Sus rasgos se parecían tanto a los de Lisa. Sus ojos eran amables como los de Lisa, pero se veían cansados. Eso bien podría haber sido porque era medianoche, pero sentí como que era algo más que eso. Me recordó a cuando Lisa dijo que vio la vida filtrarse fuera de los ojos de su padre, y realmente entendía lo que quería decir cuando lo vi por mí misma.

—¿Puedo ayudarla? —dice su padre.

Negué con la cabeza. —No. Pero puede ayudar a su hija.

Al principio, parecía un poco a la defensiva después de mi comentario. Pero entonces fue como que algo hizo clic, y dijo—: Eres la chica de la que Liz hablaba. ¿La que conecta con su arte?

Asentí y me invito a pasar. Cuando me senté en el sofá frente a él y empecé a contarle lo que había ocurrido, me hallaba cada vez más nerviosa, pensando que mi plan no podría funcionar. Pero en el segundo en que el accedió a ayudarme, instantáneamente me relajé. Sabía que no podía luchar sola.

En este momento, mis manos tiemblan, a pesar del hecho de que el papá de Lisa está sentado a mi lado. No creo que nada pueda calmarme ahora mismo, porque si no funciona a favor de Lisa y mío, solo habré hecho las cosas mucho peores. Mi corazón está en mi garganta mientras esperamos a que ella llegue.

He estado despierta por más de veinticuatro horas hasta ahora, pero la adrenalina bombea a través de mí, manteniéndome alerta. Ni siquiera estaba segura de sí su llamada de teléfono la convencería de que apareciera hoy, pero su secretaria solo balbuceó a través del altavoz para hacerle saber que estaba aquí.

En cosa de segundos, estaría cara a cara con Sunghee.

Supongo que estará enojada. Supongo que discutirá. Lo que no esperaba ver cuando finalmente entró por la puerta, era el hombre a su lado. Cuando los ojos de Dakho me encuentran, puedo ver la curiosidad nublando sus ojos. No hay ninguna curiosidad en el rostro de Sunghee. Solo un montón de molestia cuando me ve sentada ahí.

CONFESS || JENLISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora