Capítulo 8
La subconsciente de Lorena un día dijo:
¡Ya no hay escapatorias!Después que llegué a casa eran casi la diez de la noche, tuve que aguantar los gritos de mi amada tía (madre). Le quería explicar todo y porque hubiera llegado tan tarde a casa, pero de seguro no me creería y a parte Dyland me amenazó, me dijo que nada de lo que vi podía salir de mi boca, aunque no me importan sus amenazas, pero le temo un poco, después de todo lo que acabo de ver creo que estoy un poco traumada.
Después de ver todo aquello no creo que sea capaz de abrir mi boca.
¡La muerte aún no ha venido por mí! si lo acusó con los policías mi vida estará en riesgo.
Pero bueno no importa, las personas solo se dan cuenta que existo cuando hablo, de lo contrario no me notan, hasta a mí tía madre se le olvida mi existencia de vez en cuando. Pero no es algo que me afecte del todo. Bueno, a veces si me afecta porque me canso de ser invisible.
Esa noche no pensaba más que en todo lo que vi hace horas atrás, ver personas muertas, cómo Dyland las mataba, ver cómo se comían a las personas, es muy tenebroso, es como si todo fuera un sueño, pero sé que nada era un sueño. Sé que todo estaba pasando, sé que todo era totalmente real.
¡Todo por culpa de mi curiosidad!
Dyland no es el primer chico que sigo. Cuando iba a mi tercer año tenía un chico que me gustaba mucho, el cual nunca se dio cuenta de mi existencia. Nadie me nota, por qué no soy el tipo de chica que le gusta llamar la atención de los demás.
Acosaba a aquel chico en mi tercer año, él nunca se dio cuenta por qué nunca hice nada para llamar su atención. Cada vez que aquel chico que tanto me gustaba iba a jugar a la cancha del colegio lo observaba desde la banca. Siempre llevaba conmigo una funda de palitos de queso para comérmelos mientras lo veía jugar el fútbol.
Él estaba en su último año me saltaba una clase para verlo. Ese era su último año, pero lo disfruté como nunca porque siempre me imaginaba que él iba a mi lado agarrándome la mano. Era como una obsesión que tenía con ese chico de cabellos negros, ojos marrones y piel morena, era muy hermoso y me tenía embobada, pero estaba enamorada sola porque él tenía su novia que era mucho más hermosa que yo, no me comparó con ella en nada. Ella es todos los contrarios a mí.
''Yo soy el peor desastre que puede existir en el planeta''.
Soy una persona muy inseguridad, por todo lo que es pasado en la vida aparte soy lo suficientemente inseguridad como para no darme cuenta si de verdad soy virgen. ¿Cómo así? Antes de que mis padres biológicos me abandonaran estaba en casa de mi abuela. Apenas tenía ocho años de edad, en esa etapa de mi vida estaba pasando por momentos horrible en la escuela. Me acuerdo aun de aquella noche, (esta noche era oscura por qué ¿Qué noche no es oscura? Todas las noches son oscuras, déjense de babosadas y dejen de estar diciendo: "Una noche oscura". Todas las noches son oscuras. Bueno, continuo). Esa noche mis padres me dejaron en casa de mis abuelos, ellos son un amor de persona, sin duda eran los mejores abuelos que existían, al menos eso creía.
Yo estaba acostada en una de las habitaciones de arriba. La casa de mis abuelos es muy grande, tiene como cinco habitaciones, seis baños, sala antesala, etcétera. Era una casa super grande y amplia tenía muchas puertas secretas la cuáles nunca podía abrir, siempre estaban cerradas con llaves.
Me encontraba durmiendo en una de esas habitaciones cuando de repente sentí un fuerte ruido que provenía de la puerta, me asusté al sentir que algo caía al suelo, veía una sombra gigante en la habitación en que me encontraba. Tenía tanto miedo que no tuve el valor de bajarme de la cama. Al ver lo que pasaba solo busqué mi sábana, mientras el miedo me abrumaba cada vez más, no dejé nada de mi cuerpo fuera de la sábana, como si la sábana me iba a salvar de lo que estaba pasando.
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EL Misterioso Dyland ✔️
Novela JuvenilLorena una Joven que se ve obligada a elegir entres dos caminos "El bien y El mal" una chica creyente fiel de Dios el cual tiene su pasado enterrado entre la tumba de su mente y sus recuerdos más triste, mientras ella trata de olvidarse de todo el...