EL Misterioso Dyland ✔️

✝️No me diga cobarde⚛️

Capítulo 7
La subconsciente de Lorena un día dijo:
¿No me dará la gracias?

¿Algunas ves han estado en una situación en la cual quieren salir corriendo y no pueden?

Así me siento yo justo en esto momento. Quiero salir de este lugar, este lugar el cual nunca debí de entrar. Me gustaría salir corriendo, pero;

Numero uno: tengo miedo salir de este lugar sola, no quiero que se me acerque alguien, como lo hizo aquel sujeto, no puedo salir, no sola.

Numero dos: estoy muy nerviosa no puedo hablar bien, mi voz sale entre cortada, aguda o simplemente tartamudeando, en fin, un verdadero desastre, no soy tan valiente como creía, todas estas escenas me tienen el cabeza mal.

Número tres: solo quiero irme a casa.

Llevo horas viendo cómo Dyland duerme tan plácidamente en un pequeño colchón que esta tirado en el piso, su rostro esta relajado y su mandíbula no está apretada como casi siempre la lleva, estoy sentada aun lado del colchón, no tenía otra opción. Le rogué para que me llevara a casa, pero él se negó y sin decir una palabra se recostó en el colchón y ahí está aún. Ya es de noche, tengo más miedo ahora que haces horas atrás, ahora todo está oscuro, apenas una lampara nos alumbra un poco, pero no lo suficiente.

A pesar de todo Dyland es un chico muy bonito. ¿Por qué está en un lugar como este? ¿Qué lo inspiró ser como él es?

Me siento en el mueble ya que mis pies no aguantan estar más de pie.

¿Qué hora serían?

Tomo mi celular para ver qué hora es, se me apaga por falta de carga.

Las cosas no podían ponerse peor ahora.

Estoy pensando tanto en la situación en la que me encuentro que no me doy cuenta cuando caigo en un sueño profundo a un lado de la cama.

— No ¡Suéltala! — le gritaba Dyland a un hombre que no conozco, no sé el nombre del sujeto que me tiene agarrada de espalda, el cual me está apuntando con una pistola en la cabeza. Estoy tan nerviosa y a la vez siento miedo de morir, aún estoy joven como para morir ¡Y no quiero morir tan joven!

En un movimiento rápido Dyland toma su pistola y le dispara al hombre en su brazo derecho el cual sostenía la pistola, el arma cae al suelo, Dyland tiene muy buena puntería, el hombre me empuja para un lado, caigo al suelo bruscamente mientras que aquel hombre se mueve con avidez y toma el arma del suelo con su brazo izquierdo, Dyland le da otro disparo en el mismo brazo ya herido para detenerlo, pero aquel hombre ya tenía el arma en la mano el cual le dispara a Dyland en un pie, Dyland cae al suelo pero se levanta y le dispara en la frente antes que el hombre pueda darle otro disparo más, aquel hombre cae al suelo de inmediatamente.

¡Estaba tan atemorizada!

¿Por qué existen tantas personas sin misericordia?
"Cuando Dios tiene tanta misericordia para con nosotros"

Después de un segundo veo a Dyland que se está desangrando me le acerco ¡Creo que preocupada por el!

— ¿Está bien?

— ¿De verdad estás preguntando eso? ¿Acaso esta siega? ¿Cómo mierda voy a estar bien si me acaban de dar un balazo? por tu bendita Culpa — dice con indulgencia en su voz. Me acerco a él, lentamente, con un poco de miedo, (no valla a ser que me dé un mal golpe) pienso. Él no dice una palabra más, se queda en silencio observándome, una vez que estoy lo suficientemente cerca de él  le pasó una mano por su rostro, su cabello está alborotado, sudores bajan por su frente y está rojo como un tomate, su mandíbula esta apretada, puedo escuchar los latido de su corazón, al parecer tiene miedo de morir, tiene el ceño fruncido y su respiración es rápida, parece un niño asustado, un niño el cual esta falta de amor y perdón, hasta el asesino más grande necesita un poco de compasión.