Capítulo 39.

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¡Emperador subterráneo!

Narra Tn.

Y llegamos.

—¡Sí! —gritó Valt emocionado. — ¡Esto es el paraíso!

—No puedo decidir cuál es la mejor parte de este lugar. —habló Rantaro a un lado mío.

—Para mi sin duda es la gran arena donde se llevará a cabo el torneo. —dijo Kitt.

—Hay que tomar el autobús y dejar las cosas en el hotel. —explicó Chris. —Pero antes iremos por comida, porque un equipo bien alimentado siempre es feliz.

Habíamos llegado a Estados Unidos, mi hogar natal, porque se llevaría a cabo la batalla para decidir al mejor blader del mundo, organizado por Theodore Glass.

—¡Yomi, a comer! —gritaron Valt y Kitt a la vez.

La verdad, yo también tenía hambre.

—Coman hasta quedar satisfechos, pero por favor no se alejen del grupo, debemos estar unidos. —pidió Chris, pero Valt y Kitt ya se habían ido.

—Prometo que no perderé de vista a nadie. —dijo Rantaro.

—¡Ah! ¡Cuida a mi hermano, Free! —dije y salí corriendo tras Kitt y Valt.

Cuando los encontré ambos estaban comiendo una hamburguesa, me senté a su lado y pedí una. Cuando llegó comencé a comer con ellos.

—¡Es deliciosa! —dijo Valt mirándome.

—Lo único mejor que una hamburguesa sería una segunda hamburguesa. —dijo Kitt sonriendo.

—Si. —dijo Valt mirando su hamburguesa. — Y lo mejor que esa segunda hamburguesa, es un número infinito de hamburguesas.

—Creo que descubrí algo mucho mejor que eso. —dijo señalando hacia la ventana. Al otro lado de la calle, había una heladería.

—Helado... —dijo Valt.— Tenemos que probar todos los sabores. ¡Vamos!

Los tres devoramos nuestra hamburguesa rápidamente y salimos del local.

—Wii —dijo Valt saliendo del lugar dando un salto. Kitt y yo lo seguimos corriendo. Pero de la nada se detuvo.

Valt comenzó a desviar su camino de la heladería hacia un callejón.

—Estoy un noventa y nueve por ciento seguro de que está por aquí. —dijo Valt caminando.

—¿De qué coño hablas? —le pregunté detrás de él.

—Estoy cien por ciento seguro de que no. —dijo Kitt también detrás de él. —Sabemos que la tienda está por allá.

Valt se detuvo y miró al niño. —No, no la heladería. ¿No escucharon algo?

—¿Mi estómago? —preguntó el niño.

—Concuerdo.

Luego escuchamos el ruido que hacen los beys al chocar.

Corrimos hasta el ruido, y Valt se agachó para oír una tapa de alcantarilla.

—A mí me suena como un bey. —dijo Valt.

—Es que lo es. —dije obvia.

—Están llevando una batalla de bey allá abajo. —Valt señaló la tapa.

Valt trató de levantar la tapa, pero su pequeño cuerpecito no podía con tanto.

—¡Tienes que ayudarme, haz algo, Kitt! —Valt trataba de levantar la tapa con una cara rara.

¿Qué... me está pasando? (Free De La Hoya Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora