Epílogo.

2.7K 214 203
                                    

Narra yo.

—¿Estás bien? —preguntó el albino desde el otro lado de la línea.

—Sí, Shu, yo debería preguntarte eso... —respondió la chica de orbes verdes como el neón—. Volviste a Estados Unidos, estoy preocupada.

—Tn. —la llamó el albino—. Te prometo que no enloqueceré, si algo le preocupa, te llamaré, ¿si?

—Mmm... —dudaba la pelinegra—. Está bien, prometelo.

—Lo prometo.

—Bien.

—¿Ya has llegado? —preguntó el de orbes carmín.

—Sí. —respondió ella— Me llamaste justo después de que bajara del avión. Ahora estoy en el aeropuerto.

—¿Free no sabe que vas?

—Para nada. Quiero caerle de sorpresa. Chris tampoco sabe nada.

—Eso significa que has aceptado la propuesta, ¿no?

—¡Hai! Estás hablando con la nueva capitana del equipo BC Sol y con su nuevo miembro oficial. —dijo ella orgullosa.

—Creí que no querías aceptar.

—No quería, pero por tí.

—¿Por mi?

—Quería pasar todo el tiempo posible contigo, recuperar el tiempo perdido, ya sabes. Pero como te fuiste a Estados Unidos para ser el nuevo propietario de los Raging Bulls, me quedaría solita, ya que Valt, como el nuevo mejor blader del mundo, me quedé sola :c

Shu rió al otro lado de la línea— Lo siento.

—No importa —dijo ella—. Iré a visitarte, ¿de acuerdo, cariño?

—Está bien, linda, me encantaría.

No eran pareja ni nada por el estilo, pero eso era la común, ¿no?

Ambos nacieron en el mismo año y con solo unos meses de diferencia. Se hicieron amigos gracias a que el abuelo de la chica es amigo del padre del albino. Se conocen desde siempre, es normal que se pongan ese tipo de apodos.

—Bueno, voy a colgar, ya llegó mi Taxi. —avisó ella.

—Claro, ¿Te llamo en la noche?

—Mmmm, ahora son las once y diecisiete, estaré en el BC Sol pasado medio día, y son seis hora de diferencia entre España y Estados Unidos, entonces.... Te llamaré a las ocho de la mañana hora Estados Unidos, ¿si?

—Ocho de la mañana aquí, entonces, ¿Las dos de la madrugada allí? ¿Por qué tan tarde?

La chica subió al taxi, luego de que el conductor del vehículo la ayudara a guardar sus maletas en el baúl— No hables de lo tarde qué es, aquí son las once y veinte, allá sin las cinco y veinte de la madrugada, ¿qué haces despierto?

—Recién llegué.

—Bueno, de cualquier manera, no tengo problema en acostarme tarde si es para hablar un rato contigo. —ella le dió la dirección del cuartel general del BC Sol y partieron allí.

—Ay, que tierna.

—De acuerdo, pretty boy, hablamos luego.

—Claro, adiós.

¿Qué... me está pasando? (Free De La Hoya Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora