I Don't Want To Be A Hero - Etherian

Capítulo 7.- La Poción De Alivio De Efectos Secundarios Del Cruciatus

Harry se sentó en el laboratorio privado del Maestro de Pociones, en un taburete alto al lado del mago. Sus piernas colgaban y estaba pateando los talones contra la espiga de soporte hasta que un ligero toque en una rodilla de parte del profesor Snape lo detuvo. Snape lo fulminó con la mirada y le entregó a Harry un fajo de pergaminos unidos a un lado y cubiertos con una cubierta de piel de dragón. Harry, maravillado por el diario, vio dos iniciales talladas en la esquina inferior derecha de la portada.

—H. P.—Harry sonrió—¿Esto es mío, señor? —Preguntó Harry con obvia incredulidad.

Durante una semana de ver al niño recuperarse de una lesión causada por Bellatrix Lestrange, y sin saberlo por el hospital Muggle, Snape tuvo muchas oportunidades de observar la alegría de Harry cuando se le presentaban cosas que normalmente deberían ser suyas. Casi lloró cuando Snape le dio un juego completamente nuevo de libros de texto de primer año después de que se determinó que no solo habían desaparecido los libros de Harry, sino también su baúl y todo lo que contenía. Afortunadamente, su lechuza había ido a la lechucería al llegar a Hogwarts.

Una investigación muy determinada con Minerva McGonagall, entrevistas con los compañeros de dormitorio de Harry y una búsqueda manual que destrozó el dormitorio no arrojó nada. Ni siquiera una pista. Los libros de Harry, las nuevas batas, el pergamino, las tintas y las plumas, y su nueva varita, desaparecieron.

Minerva le había dado a Harry un juego de tinta y plumas, mientras que Hermione le había dado a su nuevo amigo un rollo de pergamino. Fred y George Weasley tenían sus viejas túnicas de primer año y se las dieron a Harry. Estaban un poco desgastadas, pero estaban limpias y funcionarían hasta que él pudiera obtener las suyas. Ron, para no quedarse afuera, usó lo último de su asignación para conseguir una bolsa de golosinas para Hedwig de buen tamaño.

Todo esto se le había dado a Harry en el cuarto día de su recuperación en Hogwarts. Lloró. Más tarde, cuando Snape le preguntó por qué había estado tan emocionado, Harry simplemente le dijo que nadie había sido tan amable antes, ni que le habían dado tantos regalos a la vez.

Snape explicó, como lo hizo ahora—Es simplemente una herramienta que se utilizará para organizar mejor su trabajo—Harry asintió pero claramente estaba conteniendo sus lágrimas. Snape suspiró—¿Comenzamos, Sr. Potter? —Snape le entregó al niño una Pluma Nunca-Sin-Tinta, y luego le apretó ligeramente el hombro.

Harry abrió su diario y escribió su primera oración: La Poción De Alivio De Los Efectos Posteriores Del Cruciatus.

>> La poción se basa en la hierba scutellaria, también conocida como skullcap. También te mostraré un muy buen té hecho con flores y hojas de skullcap trituradas. Para la poción necesitamos principalmente la hoja de skullcap y una flor en polvo. Por favor, tráigame un caldero de hierro de tamaño 2, señor Potter—Snape señaló un estante que contenía varios tamaños de calderos, y también calderos de diferentes materiales. Harry salió del taburete, fue al estante y estudió todos los calderos—Además, trae los cuchillos de Dientes de Dragón y un juego de agitadores de cristal—.

Harry examinó todos los suministros, y luego comenzó a elegir lo que se necesitaba. Una vez que tuvo todo lo que el profesor Snape le había pedido, se lo llevó al Maestro de Pociones.

Snape asintió con la cabeza al caldero correcto. Estaba impresionado por el niño al ver que había una diferencia entre los cuchillos de dientes Hamadryad y los de Dientes de Dragón. También estaba satisfecho con el conjunto de agitadores de cristal envueltos cuidadosamente en piel de dragón flexible. Eran los mejores agitadores de Snape—Muy bien, Sr. Potter. Ahora, use su varita...—Harry le dirigió una repentina mirada de consternación. Snape asintió—Lo olvidé, Sr. Potter. Hasta que podamos reemplazar su varita, ¿podría usar la mía para llenar el caldero con un litro de agua? —Le ofreció su varita al niño de la misma manera que alguien podría ofrecerle una espada a un caballero.