I Don't Want To Be A Hero - Etherian

Capítulo 28.- La Piedra Filosofal Y El Espejo De Oesed

La última cámara era diferente a todas las demás. Harry se dio cuenta de que estaba en una torre, simplemente desde las vistas abiertas de la ventana arqueada hacia el cielo. Si se acercaba a una ventana y miraba hacia abajo, sin duda los terrenos de Hogwarts estarían debajo. El resto de la habitación descendía varios escalones hacia un pozo hundido donde un espejo alto y ornamentado se encontraba en el centro.

Harry sintió el abrumador error de ir tras la Piedra Filosofal. "Eso es lo que hacen los amigos", decidió, "te convencen de cosas que tienen sentido cuando están alrededor, pero cuando solo eres tú..." Harry resopló para sí mismo mientras su mente le recordaba alegremente... "tú eres el idiota que habló con tus amigos para que hagan esto... idiota".

—Desearía que estuvieras aquí, papá—Las manos de Harry se aferraron espasmódicamente a su túnica; sus ojos recorrían la habitación con cautela. Tenía la sensación de que Dudley podría saltar hacia él desde las sombras... o tal vez esa bruja loca volvería a aparecer.

Harry estaba sudando. Su túnica de estudiante se sentía como una carga engorrosa. Se la quitó de los hombros.

Tomando un respiro, Harry se aventuró por los escalones hacia el espejo, lenta y metódicamente. Cuando llegó al espejo estaba su esperado reflejo, pero había otros detrás de él. Miró por encima del hombro, esperando que Hermione hubiera enviado a alguien para ayudarlo, pero no había nadie. Volvió a las imágenes fantasmales.

—Espejo mágico—Asintió con una leve mueca de desprecio. Harry tocó la superficie y una imagen borrosa se enfocó; era el profesor Snape. Harry dejó escapar un largo suspiro de alivio—Hola—.

Para su deleite, el Maestro de Pociones en el espejo le dedicó una pequeña sonrisa y le pasó un brazo por encima del hombro y sobre el pecho. Harry levantó la mano para tocar ese brazo pero no sintió nada. Una ola de desilusión lo envolvió.

>> Papá—Susurró—Uhm... Profesor Snape, quiero decir. No creo que te gustaría si te llamara "papá", pero has sido como uno, ¿sabes? Me encontraste, me cuidaste y eres el único adulto que alguna vez me creyó. Mi tía Petunia me llama "mentiroso incurable". Sin embargo, siempre es Dudley quien inventa historias y me mete en problemas —Harry suspiró y, frustrado, se pasó la mano por el pelo. Miró su reflejo y el desorden de su cabello. Odiaba que nunca pareciera ir a donde quería.

>> No me gusta aquí, papá... señor—Los ojos de Harry se movieron de izquierda a derecha del reflejo—Se siente como si estuviera siendo observado. Y no hay piedra aquí. Draco, Ron y Hermione piensan que probablemente la tengo ahora, y Quirrell no. Tiene un monstruo, papá—La voz de Harry bajó a un débil susurro—Está lleno de bultos y parece enfermo, y tiene ojos malvados que son como sangre. Probablemente quiera comerme—.

Harry se alejó del espejo y escudriñó la habitación en la que estaba nuevamente. No había rincones, ni sombras para esconder algo. Sin gabinetes, sin cajas extrañas. Dio un paso atrás hacia el espejo.

El profesor Snape era sólido, pero detrás de él había dos formas vagas y flotantes. Harry no les tenía miedo, y tampoco le preocupaban. Se preguntó si era ese fantasma que se le apareció en el bosque y lo llamó "hijo". También había visto otro fantasma cuando yacía en el parque, donde la bruja loca lo había dejado morir. La mujer fantasma se había sentado a su lado y le había dicho que esperara, cuando todo lo que quería hacer era hundirse en la oscuridad que lo atraía. Él recordó sus palabras...

—Harry, aún no es tu momento—Había susurrado el fantasma. Mientras ella brillaba detrás de la borrosa sensación de dolor, le sonrió y él sintió el calor del amor que lo cubría como agua fresca y refrescante—Un amigo mío vendrá por ti, Harry. Él cuidará de ti por nosotros—.