— ¡Espera! — Escuchó a mis espaldas pero no detengo mi caminar decidido.
Su agarre en mi brazo me hace rodar mis ojos, que insistente es este chico.
— No me vas a convencer, benjamín. Eres solo un don Juan que anda por ahí al pendiente de cualquier chica — Digo en voz alta para que me escuché, me gira haciendo que lo miré retirando el agarre de mi brazo, el tal zus intercede en la pelea protegiéndome con su cuerpo, se lo agradezco en silencio.
— ¡Sabes que no es verdad! — Dice ignorando a cierto rubio él cual lo mira ceñudo, él habla haciendo que ben dé un paso atrás.
— Dejala en paz, florian. Se nota a leguas que no quiere nada que ver contigo — Su tono se denota cortante y peligroso, el príncipe la mira una última vez y desaparece haciendo que vuelva a respirar en paz.
El rubio se vuelve hacia mi notando como su cuerpo se relaja, yo le sonrió cortésmente.
— Gracias.
Él asiente y me da la espalda empezando a caminar fuera de mi alcance, lo sigo en silencio. Él me mira de reojo meneando su cabeza.
— ¿No hablas? — Bufa.
Llegamos a un claro cercano a la preparatoria y me sorprende cuando empieza a despojarse de sus ropas de seda, estudió con un poco de timidez su esbelto cuerpo pálido, brazos fuertes, torso marcado, hombros anchos, sus músculos son esculpidos por los mismísimos dioses del olimpo, al igual que él.
Deja su pantalón negro con sus botas acercándose al pequeño lago, vislumbró unas especies de tatuajes en sus hombros y antebrazos es como si no hubieran tenido mucha tinta para esculpirlo en su piel, no tiene ningún color pero hace contraste con su palidez. Posee un collar alrededor de su cuello, como una especie de placa.
— Creó que debería irme ya — Digo y soy ignorada en lo que lava su cara con el agua cristalina, miró como los músculos de su ancha espalda se tensan a causa de como se irgue en el suelo.
Carraspeo justo cuando moja su rostro y cabello, irritado se gira hacía mí un tanto cansado de la palabrería. El oxígeno en mis pulmones se detiene abruptamente al tenerlo tan cerca, su pecho roza el mío por poco su respiración da directamente en mí frente, decido levantar mi cabeza mirando sus labios.
Él lame su labio inferior Tentándome y yo jadeo muy bajo; me toma por sorpresa cuando toma mi cintura aventándome hacia el agua, esta caliente. Gracias a dios.
Cuando salgo a la superficie tosiendo jadeante en busca de aire, él esta ahí. Con su mirada burlona lo suficientemente cerca como para arriesgarme. Lo tomó desprevenido cuando enredo mis brazos en su cuello besando sus labios, él al principio se queda estupefacto por la acción; pero me sigue el ritmo de forma calmada. Ni siquiera logró darme cuenta cuando me saca del agua retrocediendo conmigo en brazos eso hasta que el rompe el contacto colocándome en el suelo. Tenía mi mirada baja abrazándome a mí misma a causa del frío, mis dientes empezaban a castañear.
ESTÁS LEYENDO
The Moons Curse→ Descendants.
Fantasy- Se tu misma, y no le hagas caso a los demás. - Demuestren que una villana puede ser cálida sin ser pecaminosa, hijas mías. Es lo único que me suplico antes de partir fuera de su alcance.