- Se tu misma, y no le hagas caso a los demás.
- Demuestren que una villana puede ser cálida sin ser pecaminosa, hijas mías.
Es lo único que me suplico antes de partir fuera de su alcance.
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Había decidido sopesar todo lo sucedido recientemente con un paseo por el castillo con la mirada baja. sentí que alguien tropezó conmigo, otra vez.
— ¡Hey! — Dije elevando mi cabeza hacía el causante quién ladeó su cabeza con aires de incredulidad.
— Hola, Tú.
Encogi mis hombros con una pequeña sonrisa, él suspiro relajando su semblante.
— Soy eliz.
— La mejor amiga de la novia de mi hermano. — Me cortó con brusquedad, no emití el mas mínimo sonido en lo que estudiaba su expresión neutra, meneo su cabeza.
— No es novedad, vi a audrey alejarse molesta. — Dijo, y yo lo miraba embelesada, él era igual, incluso me atrevo decir que aún mas guapo que su hermano — No necesito saber los acontecimientos para saber que huía de la confesión de ben hacia evie.
Él hizo un ademán sutil con su mano hacía uno de los carruajes preparado con sus caballos, arquee mis cejas y él mordió su labio inferior.
— Tengo algo que hacer cerca del reino, acompañeme. — Dijo cortésmente, muy dentro de mí estaba sorprendida por su forma de cambiar de humor rápidamente, en un momento era cortes y en el otro indiferente.
Tomé la mano que me tendía ayudándome a subir al carruaje en silencio, una vez ambos tomamos asiento emprendimos marcha a quien sabe dónde. Él paso su mano por sus cabellos rubios como un gesto de nerviosismo innato y yo no pude dudar en preguntarme si en realidad Benjamin y el eran hermanos, todo en su personalidad era tan diferente, fría, cortante, indiferente. Mientras que su hermano era amable, cortés y muy cálido. Hasta su ropa era diferente, ben vivía ataviado de trajes dignos de la realeza mientras que éste usaba ropas de cuero que hacían relucir el brillo de sus ojos y su cabello rubio, al igual que su complexión fuerte.
Eliz elevó su cabeza hacia la ventana deleitándose con la imagen cálida de los arboles y las personas, zus la veía con adoración oculta bajo esa máscara de frialdad.
«¿Porque le atraía tanto esta chica?»
— Debo decir que mi hermano tuvo mucha suerte de encontrar a tu amiga — Dijo haciendo que la de cabellos oscuros lo mirará con curiosidad, llevó su mano a su quijada en gesto pensativo pero con la mirada puesta en la de ella. — Audrey era un dolor de cabeza.
Eliz alcanzo a escuchar el murmullo muy bajo del chico, no paso por alto el tono que empleó casi pronunciado de forma rencorosa, él le sonrió a ella lo cual hizo que sus piernas flaquearan ante la imagen tan espléndida, estudió la forma en que venia vestido. Prácticamente como si fuera a la guerra, una capa tan roja como la sangre, pantalones grises al igual que su camisa. Con una coraza en su pecho y guantes, su rostro pálido estaba desprotegido.
— ¿A donde vamos si se puede saber?
Él carraspeo mirando hacía el exterior luego soltó un suspiro bajando su mirada, hizo una mueca y habló lentamente.
