Recuérdame [Liam Payne]

Capítulo 3

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Mientras caminábamos, intenté despejar mi mente, no quería seguir pensando en Leo, no quería que él siguiera teniendo ese poder sobre mí. Una lágrima bajó por mi mejilla, y la limpié rápidamente, con furia, no, no iba a dejar que él me controlara así.

— ¿Estás bien? —Ladeé un poco la cabeza, para mirar al chico, y le asentí no muy convencida.

Seguimos caminando, mientras sentía su mano cogida de la mía, lo cual me hacía sentir algo extraño, ya que hacía mucho que nadie me cogía la mano de esa manera. Mientras iba recordando todas las veces que Leo había cogido mi mano, nos frenamos, ya que habíamos llegado al parque. No podía negar que las vistas eran geniales.

Él me miró fijamente, y yo intenté desviar la mirada hacia otro lado, para que no viera mis ojos húmedos. Entonces, se acercó, rodeándome con sus brazos.

—No te conozco, ni se tu nombre, pero si lo que necesitas para estar mejor es llorar, entonces hazlo, por mí no dejes de hacerlo...—Y como si hubiera activado algo dentro de mí, empecé a llorar.

Lloré un poco contra él, mientras lo escuchaba sisear, mientras acariciaba mi pelo. Intenté calmarme rápidamente, para alejarme, me daba mucha vergüenza estar así delante de él, cuando ni su nombre sabía.

—Perdón. —Dije mientras me separaba.

—No tienes que pedir perdón...—Él me miró, y sonrió de manera extraña—No me has dicho tu nombre todavía. —Sonreí, y pensé que si yo lo decía mi nombre, tal vez él repetiría el suyo.

—Me llamo Davina. —Él sonrió, y asintió. Genial, no repitió su nombre.

—Pues...no pidas perdón por llorar, Davina...hay que desahogarse de alguna manera, y mejor así, que rompiendo cosas...—Le sonreí de manera amable, no lo conocía de nada, pero me empezaba a caer bastante bien.

Nos quedamos un rato callados, yo lo miraba de vez en cuando, esperando que tal vez me repitiera su nombre, pero no lo hizo.

— ¿Estás mejor ya? —Preguntó de repente. Lo miré fijamente, y asentí. Me separé un poco más de él, y me fijé en mí alrededor. Las vistas del parque eran geniales, se podía ver una parte de la ciudad. El ambiente olía a hierba húmeda, y la brisa golpeaba levemente mi rostro.

Di unos cuantos pasos, mientras disfrutaba del olor, me encantaba. Al adentrarme en el parque, pude ver una mesa de madera, y el recuerdo de mi misma haciendo un picnic con Leo, me golpeó, y me estremecí. ¿Algún día podría olvidarme de él, y dejar de llorar?

Entonces, sentí pasos a mi lado, y giré mi cara lejos de él, para que no viera mis lágrimas, iba a pensar que lo único que podía hacer era llorar, y no quería eso.

— ¿Sabes? Me encanta Woody. —Absorbí por la nariz, y lo miré.

— ¿Woody? —Él sonrió, mientras se mordía el labio.

—Sí, el vaquero de toy story, ya sabes...—Asentí, sonriendo.

—Se dé quien hablas...—Miré su rostro detenidamente—La verdad es que si tienes cara de vaquero—Le sonreí, y una pequeña idea tonta, llenó mi mente—Te llamaré woody. —Le sonreí, y miré al frente. Al final del parque, había un pequeño descenso, lleno de flores, que dirigían a un pequeño bosque.

—Me gusta ese apodo, es mejor que mi nombre. —Sonreí sin que me viera, no recordaba su nombre, así que no podía opinar.

—Gracias por traerme aquí, este lugar es muy bonito...—Me giré a verlo, y él me sonrió.