Capítulo 11

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Después de estar un rato más con Harry, volvimos al jardín, y nos pasamos el resto de la noche bailando.

Cerca de nosotros, estaban Niall y Ariana bailando muy pegados. Ambos estaban tan borrachos, que se tenían que agarrar el uno con el otro. En un momento, creí que los había visto besarse, pero como se movían tanto, no estaba segura, así que, tendría que rezar para que al día siguiente, Ariana recordara, y me contara todo con pelos y señales.

*

Al día siguiente, me desperté y me dolía todo de tanto bailar. Al lado mío, dormía Ariana a pierna suelta, estaba deseando que se despertara para acosarla a preguntas, pero la conocía, se despertaría tardísimo, solo esperaba que se acordara de lo que había hecho con Niall, sino, no me podría enterar de nada.

Me levanté, y en la puerta me encontré con Rob.

—Buen día, seño... —Rob sacudió la cabeza— Davina... ¿Cómo amaneciste? —

—Se puede decir que bien...Me duele todo, estoy cansadísima.

—Pues no podrás ir a la reunión del hospital entonces.

—Mierda, me olvide, ¿cuánto tiempo tengo para prepararme? —

— ¿Vas a ir? Pensé que no irías... —

— ¿Cómo no voy a ir? Llevo meses esperando por esto...esos niños necesitan divertirse, Rob...abriré la zona infantil me cueste, lo que me cueste. —Rob me miró con esa sonrisa de orgullo, que me hacía sentir bien.

—El mundo necesita más gente como tú. —Sonreí débilmente.

—Avísale a Josh que en media hora salimos, y a Mikel igual, por favor—Robert asintió.

—Sí, ahora mismo—Le sonreí, y entré al cuarto.

Me duché rápido, y me vestí. Ariana seguía dormida, y podía jugar que cuando volviera seguiría ahí durmiendo. Salí y Rob estaba ahí, como siempre.

— ¿Me haces un favor? —

—Claro, eso ni se pregunta.

—Asegúrate que nadie despierta a Ariana, necesito que siga aquí cuando regrese, tengo una entrevista para ella.

— ¿Interrogatorio acerca del rubito de anoche? —

— ¿Los vistes? ¿Qué sabes? —Ambos empezamos a caminar hacía las escaleras.

—Que estaban muy cerca...A punto de partirse la boca.

—Pero necesito más información, hazme ese favor, ¿sí? —

—Claro, andate tranquila nena, ella seguirá acá, cuando vuelvas.

—Genial, gracias Rob, hasta luego.

—Espera, ¿no desayunas? —

—No tengo tiempo, los niños son más importantes—Él volvió a mirarme con esa mirada de orgullo, y me despedí de mis padres, casi sin decirles nada. Salí, y Mikel, junto al chófer, Josh, ya me esperaban.

—Señorita, buen día.

—Buenos días, Mikel. Buenos días, Josh, al hospital de la avenida, por favor.

—Enseguida, señorita—Mikel me abrió la puerta, y entré.

Media hora después, ya estábamos en el hospital. Para mi mala suerte, el rumor de que iba a ir, se había extendido, y había fotógrafos. Nada más salir del coche, millones de flashes me cegaron. Mikel se puso a mi lado y me indicó por donde debía entrar, en ocasiones así, agradecía tener un guardaespaldas corpulento que se pusiera en medio de los flashes y yo. Me alegraba salir rápido de en medio de los fotógrafos, me ponían nerviosas con sus preguntas acerca de si mi padre iba a ser senador, o sobre su nuevo libro.

Recuérdame [Liam Payne]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora