Capítulo 26

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Forcejeé un poco poniéndome nerviosa, lo miré mal, y sonrió.

—No me mires así... —

—Es la única mirada que me queda para ti. Suéltame—Volví a forcejear, y me soltó. Me pegué a la pared, y lo seguí mirando mal.

—Cosita... —

—No me llames así...Perdiste tu derecho de hacerlo.

— Davina... —Suspiró—De eso quería hablarte... —Se acercó más a mí, y puso un mechón de mi pelo detrás de mi oreja—Estás tan hermosa... —

—Leo... —Dije a modo de advertencia. Él suspiró.

—Me estaba divorciando, ¿vale? No me dejaste explicarte nada...No te lo dije porque no quería estropear lo nuestro...Cate solo quiso fastidiarlo todo, y lo consiguió. Era lo único que quería, que tú me dejaras...Créeme Davina, por favor—Lo miré fijamente a los ojos, él tenía un brillo raro en su mirada.

— ¿Si? Pues felicítala, consiguió separarnos y que yo casi me muriera—A Leo se le oscureció la mirada.

— ¿Qué? — Susurró. Entonces, las puertas del ascensor se abrieron, y yo fui hacia ellas. Salí, y me giré para ver a Leo parado dentro del ascensor.

—Cuando me enteré...Me intenté suicidar...Si no fuera por Rob, ahora estaría muerta...Agradéceselo a tu querida esposa—Me giré sobre mis talones, y caminé hacia una de las tiendas de ropa que tenía el hotel.

Estaba a punto de entrar, cuando sentí a alguien correr hacia donde estaba yo. Me giré sobre mis talones, y vi a Leo. Se acercó corriendo, y me abrazó.

—Dime que es una broma, dime que te lo acabas de inventar para hacerme sufrir.

—Ojalá fuera una broma... —Murmuré—No mereces la pena...No debí intentar morir por ti. Fue una gran idiotez de mi parte...Pero...No pude aguantar tu traición—Leo me abrazó más fuerte, y su perfume entró por mi nariz, recordándome todas las noches que pasé deseando estar abrazada a él, oliendo su perfume. Cerré los ojos, quería sacarme todos aquellos recuerdos de mi mente.

—Dios...Nunca le voy a perdonar esto a Cate... —

—Ya, Leo... —Puse mis manos en su pecho, y lo alejé de mi—No quiero hablar más de eso, no sé qué haces aquí en Malibú, pero no quiero que te acerques a mí, ¿entiendes? —

—No me puedes pedir eso, cosita...Te necesito. Estos meses sin ti...Han sido una tortura. Te fui a buscar a tu casa, pero James me dijo que hacía un mes que no sabía nada de ti... —

— ¿Para qué me fuiste a buscar? Y no hables con el jardinero, puede contárselo a mi padre.

—Para decirte que ya estoy divorciado, firmé los papeles hace unos días.

— ¿Y qué haces aquí? —

—De excursión con mis alumnos— Lo miré fijamente a los ojos, intentando buscar en ellos si me estaba mintiendo o no. Yo lo conocía bien, aunque después de todo lo que pasó, ya no estaba segura si lo conocía tan bien como yo creía.

—Bien...Ahora déjame.

—No puedo—Se pegó del todo a mí.

—Leo... —

— Davina...Te extrañé tanto...Tus caricias, tu voz, tus ojos, tu cuerpo...Todo—Susurró. Me estremecí, y ladeé la cabeza hacia un lado—Tus besos... —Murmuró e intentó acercarse a mi boca, pero yo me separé bruscamente de él.

Recuérdame [Liam Payne]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora