Recuérdame [Liam Payne]

Capítulo 30

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Empecé a negar con la cabeza, mientras las lágrimas inundaban mi cara. Lo saqué de mi camino, y me acerqué a Davina.

—Mi ángel...Despierta, vamos...Despierta aunque sea para decirme que soy una basura...Pero por favor, despierta... —Sentí un brazo en mi espalda.

—Ella ya no está con nosotros, Liam.

— ¡NO! —Grité gruñendo. —Inténtelo de nuevo, por favor, una vez más, por favor, por favor, si la pierdo, pierdo todo. —Brent asintió débilmente, e hizo lo que le pedí. Bajé mi cabeza hasta la de ella, y le di un beso, mientras Brent volvía a intentar reanimar su corazón.

La máquina ya no emitía ningún sonido, pero en un momento, volvió a emitir el "pi" "pi" "pi" del principio. Sentí como los labios de Davina se movían un poco, y me separé alarmado. Entonces, vi sus ojos abrirse lentamente.

— Davina... —Susurré, con la voz ronca de llorar. Ella parpadeó, y me miró.

—Liam... —Mis ojos soltaron miles de lágrimas.

—Mi ángel—Me acerqué a ella, y la besé de nuevo, mientras acariciaba toda su cara, necesitaba sentirla.

—Liam, Liam...Tienes que salir. Necesito revisar que todo esté bien con Davina —Me separé y miré a Brent.

— ¿Algo está mal con ella? —

—Liam...Lleva semanas en coma...y...su corazón se había parado por segundos...Y ahora...Esta despierta... Viva...necesito saber que pasó— Yo sonreí como un bobo, al escuchar la palabra 'viva' salir de la boca de Brent, refiriéndose a mi ángel. Si, viva, Davina estaba viva.

—Está bien, pero por favor, después déjeme entrar de nuevo.

—Claro...En cuanto la revise—Asentí, y miré a Davina.

—Después volveré a verte—Ella asintió, aunque se veía algo confundida. Yo le besé la frente, y salí de la habitación.

Mi cara estaba empapada de lágrimas de felicidad, y aún seguía pálido del susto, así que cuando salí, los dos soltaron gemidos de dolor, y Gemma se tambaleó, fallándole las piernas.

—No, no. Ella está bien, está despierta. La están revisando y podremos verla—Gemma me miró como si me hubiera salido otra cabeza, y de repente, corrió hacia mí.

— ¿Hablas en serio, Liam? ¿Mi hija está despierta? —

—Si, Gemma, está despierta... —Ella me abrazó fuertemente y Bruno se acercó.

— ¿Ella está bien? —

—Si...Su corazón se había parado, Brent la está revisando ahora...Pero está despierta...Viva—Él asintió, intentando contenerse las lágrimas, pero igualmente, una bajó lentamente por su mejilla.

Rato después, Brent salió y todos lo miramos.

—No sé qué decirles, ella está...Está bien, como si no hubiera pasado nada...Tiene la herida ya curada del todo...Está...Bien—Brent se veía confundido, pero sonrió—Bueno, sé que la querrán ver...Pero se quedó dormida...Es normal. Pueden pasar igual, pero no la despierten—Brent sonrió más, y se fue.

Bruno y Gemma me miraron.

—Entraremos a verla—Yo asentí, y ellos se fueron por donde había venido Brent. Me fui a una silla, y me senté. Cuando me quise dar cuenta, estaba riéndome como un loco, en medio de las lágrimas. Entonces, me acordé de los chicos, y los llamé.