Capítulo 7

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Intenté mantenerme alejada de él, pero según iban pasando los días, woody no parecía interesado en salir conmigo en público, y eso me confundía demasiado.

Salí también con Harry, ya que su amistad con mi padre cada vez era más grande, y mi padre me convencía de salir a menudo con él. Aunque no me molestaba, porque me gustaba pasar tiempo con Harry, pero después del beso, algo había cambiado. Le dejé claro que no quería una relación, no le expliqué nada sobre Leo, pero le dije que había salido de una mala experiencia, y por suerte, él me entendió.

Cuando llegó el domingo, woody me llamó para salir, pero le puse la primera excusa que se me ocurrió, era el cumpleaños de mi madre, y no podía faltar. Estaba un poco triste por no poder verlo, pero por otro lado, me alegraba saber que vería a Harry y los chicos.

Algo golpeó mi cabeza, y me giré, para ver un cojín en el suelo. Mi mejor amiga Ariana, estaba riéndose, mientras se dejaba caer en el sofá de mi cuarto. Ella estaba ayudándome para elegir algo para ponerme esa noche, mientras hablábamos.

— ¿Y qué? ¿Nerviosa porque vas a ver a tu ricitos de oro? —Se rió de forma extraña, y rodé los ojos, mientras sacaba ropa de mi armario.

—Ari, no es mi ricitos, solo somos amigos...—

— ¿Desde cuándo los amigos se besan? —Le lancé una falda que tenía en la mano, y ambas sonreímos.

—No debí contarte sobre el beso...—

—Eso es horrible, las mejores amigas están para contarse todo.

— ¿Y dónde está mi mejor amiga? No la veo. —Me lanzó la falda de vuelta, y me sacó la lengua.

Encontré lo que iba a ponerme, mientras la escuchaba farfullar sobre ser la mejor amiga del mundo.

—Pasa. —Dije cuando alguien tocó, sabía perfectamente quien era.

—Señoritas, los invitados están llegando. —Rob nos sonrió.

—Gracias por avisarnos, Rob, bajamos ahora mismo. —Él asintió, y se fue sonriendo al ver el desastre que tenía en el cuarto.

Me vestí en seguida, y Ariana me ayudó a maquillarme. Cuando estábamos listas, bajamos al jardín, donde era la fiesta.

Rob se acercó a nosotras, y ambos se pusieron a hablar de Harry y woody, así que me encontraba rodando los ojos todo el rato.

—Robert. —Mi padre se acercó serio—Vete a la cocina, y entre Sandra y tú, traer las bandejas, ya deberían estar aquí, rápido. —Se dio la vuelta, y se fue. Miré a Rob, cuando estaba por darse la vuelta, mientras sentía esa sensación extraña en el pecho, como cada vez que veía que mi padre trataba así a Rob.

—Rob...tengo frío, ¿puedes hacerme el grandísimo favor de ir a por mí sudadera nueva? Ya sabes, la que me regaló woody. —Rob me miró suplicante.

—No puedo, señorita, su padre me pidió. —

—Por favor. —Lo interrumpí—Yo le avisaré a Sandra, no hacen falta todas las bandejas, dos llegaran, por favor, Rob...—Él asintió, no muy convencido, y se fue.

—Ariana, ahora vengo, ¿sí? Voy a la cocina, y luego debo buscar a mi padre para hablar con él. —Ella asintió, sabiendo a lo que me refería, y su mirada se desvió hacia otro lado.

—Ve tranquila, acabo de ver un rubio pasar a lo lejos, y ese es para mí. —Sonreí, y me alejé de ella, negando con la cabeza, no cambiaría nunca.

Caminé hasta la cocina, y vi a Sandra preparar unas bandejas con comida. Me acerqué, y le sonreí, mientras cogía uno de los pastelitos.

—Mi padre te pide si por favor puedes llevar un par de bandejas a fuera. —Ella me miró, y sonrió, sabiendo que mi padre jamás pediría las cosas por favor, pero ella no dudó en salir con dos bandejas.

Le di un pequeño mordisco al pastelito, y me di la vuelta, empezando a toser, al ver quien estaba ahí.

— ¿Tú...tú qué haces aquí? —Dejé el pastelito sobre la mesa, y me limpié la boca.

—Estás preciosa...quien te vea, va a pensar que eres la hija de Bruno Lautner. —Mi cuerpo tembló.

—Yo...—Él sonrió, interrumpiéndome.

—Es broma, yo sé que tú no eres como esa niña de papá, y menos mal, porque la hija de tu jefe sí que tiene que ser arrogante, te compadezco por tener que aguantarla...—Mi corazón empezó a latir deprisa.

— ¿Qué haces aquí, woody? —Él me miró sonriente.

—Vine a acompañar a unos amigos...no pensaba quedarme, ya que no soporto a tu jefe...pero al verte aquí, supe que esta es la casa donde trabajas, y quería aprovechar para hablar contigo...—

—Si no te caen bien mis jefes, deberías irte...—

—No, bueno, no es que los odie, solo es que Bruno Lautner dice cosas que pueden traerle problemas al país, y su hija es demasiado arrogante y prepotente. —Mi ceño se frunció.

—Él solo habla de lo que está pasando en el mundo, y lo que dices de su hija...—

—Oye, mira. —Él me interrumpió. —Sé que son tus jefes, y tal vez los aprecies, pero ojalá no me los encuentre, porque...—

—Princesa, por fin te encuentro. —La voz de mi padre interrumpió a woody. Todo se iba a descubrir, pero ya me daba igual, él pensaba cosas horribles de mí, y ni siquiera eran verdad.

—Hola, papá. —Dije mirando fijamente a woody, mientras mi padre se acercaba a mí, y me daba un beso en la frente. Woody se quedó quieto, incluso parecía que no respiraba.

— ¿Acabas de llamar papá a Bruno Lautner? —Levanté la barbilla, mirándolo fijamente.

—Claro que me llamó, papá, ¿cómo si no me va a llamar mi hija, Liam? —Mi respiración se frenó en mi garganta.

— ¿Liam? ¿Tú eres el Liam amigo de los chicos? ¿El de la banda? —Ambos nos quedamos mirando, como si acabáramos de ver un fantasma.

Recuérdame [Liam Payne]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora