Lo oculto en ti [En proceso]

Capítulo 21

★21★ Hexel O'Brien

Era un nuevo día, en clases y, con el profesor más serio que existía en mi horario universitario.

—Claro que entendí esa parte señor, dijo que se requieren diversos tipos de materiales para diseñar y construir múltiples estructuras. Primeramente y lo correcto debe ser el tener una planificación inicial donde abarque todo lo necesario para la edificación, medidas exactas, grosor de la base, así sucesivamente pasando por facetas primordiales y sabiendo la función de cada una, hasta con anotaciones... —dije—. Pero mi pregunta es: ¿Siempre es en conjunto con el arquitecto, no? Como una dupla necesaria.

—La mayoría de las veces muchacho. Depende de la magnitud del proyecto —Me respondió el señor, de nariz afilada y con barba blanca cubriendo ligeramente su quijada.—. ¿Alguna otra duda?

—De mi parte no —Finalicé, llevando hacia atrás mi cuerpo y apoyándolo del espaldar de la silla.

El profesor salió del semi-círculo que habíamos creado en la sala para debatir al respecto de nuestra carrera y fue hasta la pizarra para borrar los mapas conceptuales.

Llevé la mirada a mi reloj digital y me levanté de la silla una vez llegó el tiempo límite de la clase. Me estiré, calcé la mochila al hombro y salí del espacio juntamente con los demás.

—¡Hexel, espera! —Detuve mi andar y giré de medio lado cuando una aguda voz me llamó.

—¿Sí?

—Lo siento, había olvidado devolver tu lápiz —Bajé la mirada a su mano.

—Hum, no recuerdo haberte prestado uno —Le comenté a la chica. Aunque la verdad no tenía la plena seguridad.

—Fue hace algún tiempo, disculpa por mi memoria de corto plazo —dijo Wendy desplegando una sonrisa torpe. Batió un poco de su melena amarillenta e reconocí la cara sexy.
Cuando había decidido aceptarlo ella dejó caer el lápiz al suelo, se disculpó y bajó sin apartar la mirada de mis ojos. Me removí un tanto incómodo. Pasé la mano por mi pelo y alcé las cejas, uno que otro que pasó nos echó un vistazo.

Una vez ella se enderezó estiré los dedos y lo tomé sin demora.

—Supongo que gracias —Intenté continuar el andar.

—¡Espera! —Me detuvo otra vez—. Es que... Yo me estaba preguntando si te gustaría ir conmigo después de clases a comer un helado, al cine o algo así —Propuso con timidez.

Me acerqué a la rubia.

—Suena bien solo que... No puedo, tengo cosas que hacer. Lo siento.

Se desanimó.

—No es por hacerte sentir mal ni nada, espero entiendas —Añadí.

—No te preocupes —dijo, con suave voz. Decidí tomar su mano y dejar un suave beso sobre el dorso de la misma. Cuando alcé la mirada vi sus mejillas sonrojadas.