BUENOS AIRES

Buenos Aires ~ 17

Narra Peter:

Lali me miró fijamente. Tenía el pelo mojado y los ojitos un poco rojos por culpa de la ducha. Su cuerpo tan solo estaba envuelto en la toalla blanca del hotel. Estaba claro que me había escuchado.

─ Mamá, tengo que dejarte ─ tosí.

─ Pero... ─ comenzó mi mamá, y antes de que pudiera continuar, corté la llamada.

Dejé el celular encima de la cama y también miré a Lali fijamente.

─ Lo has escuchado, ¿verdad? ─ la pregunté levantándome de la cama y agarrándola de la mano.

Noté que estaba temblando, y rápidamente miró hacia el piso. Le daba vergüenza el estar allí conmigo, tan solo tapada por una toalla y agarrada de mi mano. Era el chico que la había salvado de la cárcel, él chico que había hecho que en sus días siguiera siendo una persona libre y sin muchas cargas judiciales. Y ella, me lo había sabido agradecer.

A pesar de todo, parecía de haber dejado de confiar en la gente desde que su amante había intentado matarla.

─ Eu ─ intenté despertarla de sus pensamientos. Con la mano derecha la acaricié la cara y con la mano izquierda el pelo, tratando de que se calmara y así me mirase.

Ella al final miró. Tragó saliva y finalmente, dijo:

─ Peter, yo te quiero, y te agradezco enormemente todo lo que has hecho por mí. Pero me parece que todo esto, tan rápido, comienza a ser demasiado. No soy la prostituta de nadie, te recuerdo.

─ Yo no quiero tampoco que seas la prostituta de nadie. Tan solo necesitaba una pareja para venir a la conferencia de mi hermano, y vos, como muestra de agradecimiento, te ofreciste y viniste. No te obligué en ningún momento... Bueno sí, al principio de todo, cuando ni siquiera te conocía bien ─ suspiré ─. No tenés que sentirte mal por todo esto.

Ella negó con la cabeza:

─ Lo estuve pensando durante todo el viaje en avión, en el viaje en el taxi y ahora mientras estuve en la ducha... Todo esto está mal, está muy mal. ¡Fatal! ─ exclamó ─. Ni siquiera me he divorciado, he tenido un amante al que he matado y ahora estoy con el abogado que me ha salvado de todo esto. Me siento muy culpable Peter. Me siento una auténtica basura y no quiero seguir con esto. Dejá que me vaya, por favor.

Abrí mucho los ojos:

─ ¿Marcharte? ¿Ahora? ─ la pregunté negando con la cabeza rotundamente ─. Es de noche, no vas a marcharte sola ahora. Si lo haces, lo harás por encima de mi cadáver. No pienso dejar que te vayas de mi lado ─ la agarré fuertemente del brazo y con violencia la atraje hacia mí, quedando nuestros labios a pocos centímetros. La miré sus lindos labios, su linda boca... Sus ojitos rojos de recién salida de la ducha, su piel pálida... En su conjunto, era plenamente hermosa.

Ella también me miraba fijamente, continuando con su temblor.

─ ¿Por qué querés marcharte? ─ la pregunté ─. Debe de haber alguna razón.

Ella suspiró:

─ ¿Has leído las noticias?

Negué con la cabeza:

─ No.

─ Cuando las leas, cambiarás de opinión.

─ No, no creo. No me importa lo que diga la gente sobre mí. Yo te amo, estoy enamorado de vos y lo demás me da igual ahora mismo. Mi único mundo ahora mismo es esta habitación de hotel en este Nueva York helador y navideño. El resto se ha desvanecido, no existe ─ dije ─. Olvídate de todo, de lo que has pasado en prisión, de tus padres, de tu marido, del asesinato, de Mariano, del juicio... Ahora mismo solo estamos vos y yo. Escondidos del mundo exterior, nadie puede vernos. Cerrá los ojos... Y disfruta del momento.

-...-

Narra Lali:

Mis labios estaban prácticamente pegados a los suyos. Él me había dicho que ahora mismo el único mundo que existía consistía en nosotros y en esa habitación de hotel. Pero, para mí no era así.

La culpa de todo eso, la tenía una crítica, una maldita crítica de uno de los noticieros más famosos de Argentina. Desconocía el autor, pero me estaba destruyendo por dentro. Siempre había sido ese tipo de chica a la que la importaba mucho lo que la gente pudiera decir de ella. Y viendo que en Argentina me estaban llamado literalmente>: "Zorra barata y asesina", mi mundo se vino abajo.

Y ni siquiera Peter podía salvarme en estos momentos.

Había pasado por muchas cosas durante estos últimos meses. Y sí, me había replanteado mi vida por completo. Estaba claro, que Benja había sido chico para un tiempo, solo era un buen amigo, al que seguiría conservando. También estaba claro que Mariano había sido un escape, el cuál había terminado mal (muy mal, para ser exactos). Y Peter había venido a salvarme, y por su carácter, por como me había defendido, y aunque en último lugar, también por su aspecto físico (era hermoso), me había enamorado de él. Pero ¿y si tan solo era un capricho y nada de esto iba en serio?

Dudaba, dudaba...

Miré nuevamente a su boca. Él me miraba fijamente también. Tragué saliva:

─ Hoy no es mi día ─ me separé con fuerza ─. Lo siento.

Peter suspiró y se dio la vuelta rápidamente.

─ Lo siento ─ repetí.

─ No te preocupes ─ me dijo él mientras me daba la espalda ─. Sé que hay cosas que están mal y debo respetar tu decisión, no te preocupes, no pasa nada.

─ Gracias por entenderme.

Aunque, tanto para él como para mí, iba a ser una noche complicada. Tan solo había una cama de matrimonio en la habitación... Tendríamos que dormir juntos. Y si, aunque yo no quisiera nada en ese momento, también lo deseaba, fervientemente.

-...-

Narra Euge:

Candela llegó rápidamente a mi celda con uno de los periódicos. En su portada, aparecía Lali:

─ ¿Otra vez esa pesada? ─ pregunté.

Candela negó con la cabeza:

─ En primer lugar, Lali es buena chica, y en segundo lugar, no es solo por la portada. En este periódico, la están llamando de todo... Es horrible. Tenemos que hacer algo. Aunque sea de poco tiempo, conozco a Lali, y esto va a hacer que se sienta muy mal. Tenemos que arreglarlo.

Suspiré:

─ No me interesa Lali, para nada. Te recuerdo.

─ Y yo te recuerdo que antes eras la reina de las portadas, y desde que ella apareció, ya no lo sos. Podemos hacer algo, las criticas de Lali por tus apoyos en el periódico.

Mmm... Eso sonaba delicioso e interesante.

─ ¿Qué opinas? ─ me preguntó Candela.

─ Que podría estar bien, muy bien. ¡Acepto!