Capitulo Dos

632 76 27
                                    

<<Mingi>>

Desde el momento en que le vi saliendo de su casa corriendo supe lo que ocurría. Su rechazo, la forma en que se marchó, su olor, cuando en clase ha sido atacado por otro alfa al que he enfrentado, terminando los tres en dirección.

— No tenias que haberte metido —me recrimina Hongjoong, sentado a mi lado —lo tenia todo bajo control.

— Si, ya lo he visto. Ese idiota a punto de marcarte como suyo es tenerlo todo bajo control —le miro, frunciendo el ceño —deberías irte a casa y pasar tu celo allí y no aquí a riesgo de que alguno te ataque.

— ¿Cómo tu? —se cruza de brazos —tu eres el más peligroso de todos.

— Si yo fuese peligroso ya estarías desnudo y yo adueñándome de tu cuerpo, de sus labios haciéndote gritar hasta secarte —advierto, apretando las uñas en mi muslo —y en lugar de ello estoy aquí esperando a ver al director, quien seguramente me castigue hasta que nos den vacaciones. Por defenderte que lo sepas.

— Yo estoy aquí por evitar que acabes matándolo y siendo expulsado y no soy quien se ha peleado —se cruza de brazos, sacando un poco su labio inferior —alejate. Apestas.

— Tu hueles delicioso —me inclino hacia él, olfateándole —a coco, me encanta. Sal conmigo.

Su ceño fruncido y esas pequeñas chispas que veo en sus ojos, claramente enfadado por mi atrevimiento, mi acercamiento, deberían hacerme retroceder pero no me muevo más que para acercarme más al omega, quien termina por sentarse en la única silla libre a su lado.

— ¡Song Mingi! —me aparto, mirando a el secretario del director —adelante. Tu también Kim.

Entro si, pero después de que salga el idiota ese que pensaba que se podría quedar con Hongjoong y entre el omega, quien me aparta sin respeto alguno, sentándome en una de las dos sillas, la cual arrastra lejos de mi cuando me siento ganándome una advertencia por reírme ante su actitud infantil.

— Kim, Song los dos sabéis porque estáis aquí ¿verdad? —ambos asentimos —Song no puedes meterte en peleas solo porque otro chico hable con Kim, aquí presente.

— No es hablar lo que hacían precisamente —me incorporo mejor en la silla —ese idiota intentaba abusar de Kim Hongjoong y yo solo lo he evitado. No veo nada malo en defender a un amigo.

— Por esta vez pasaré por alto todo pero como se repita serás expulsado y que Kim se defienda solo. Ahora fuera Song.

Me levanto, dirigiéndome a la puerta, deteniéndome al no ver a Hongjoong detrás mio.

— Vamos Hongjoong —le llamo, gruñendo al ver como el director se le acerca.

No me enfrento al director porque evidentemente es más fuerte que yo en todos los sentidos pero si me meto en medio, tomando al pequeño omega en mi hombro, saliendo de dirección, ignorando sus gritos sin dejar de andar en ningún momento hasta que llego a la entrada del instituto, dejándole en el suelo.

— Hazte un favor a ti mismo y largate a tu casa —vuelvo sobre mis pasos.

Me detengo cuando algo impacta contra mi espalda, frunciendo el ceño, girándome, gruñendo tanto externa como internamente cuando le veo coger otra piedra, fallando esta vez en su lanzamiento. Con paso firme me acerco a él, agarrándole de las muñecas, reteniéndole entre el muro junto a la puerta y mi cuerpo, intentando evitar atacar sus labios cuando su aroma se hace más fuerte, invadiendo mis fosas nasales, resistiendo lo mejor posible.

— ¡Suéltame! —tira de sus muñecas, sin éxito —suéltame o el que te morderá seré yo y no te gusta Song Mingi. ¡Suéltame de un..

Le callo de la única forma que se me ocurre. Sus labios contra los míos se notan suaves, cálidos a pesar de la presión que ejerce, intentando morderme seguro para separarse, evitándoselo cuando los separá, adentrando mi lengua en su cavidad bucal, pegando más mi cuerpo al suyo si es posible. Sus manos aún sujetas con las mías en sus muñecas se relajan, soltándole, sintiéndolas en mi cuello, mi espalda, siendo el beso que antes era tenso correspondido.

Me aparto cuando su mano derecha roza mi piel bajo mi ropa, deteniéndome aunque mi ser interno gruña para que le haga mio, para que le lleve a casa o los baños mismos y le tome allí mismo hasta saciarnos o caiga rendido entre mis brazos.

— Vete a casa.

Esta vez si vuelvo sobre mis pasos, entrando en clase aunque llegue tarde, sentándome en la mesa que debería ser ocupada por ese omega que ha sucumbido a mi beso, a mis caricias, y donde aún están sus cosas.


— ¿Qué le has hecho a mi hermano? —Yunho gruñe al otro lado —ha venido a casa y lo primero que ha hecho es gritarme a la cara que eres un imbécil. Después se ha encerrado en su habitación y ya no se más.

— Defenderle de un alfa que ha querido sobrepasarse y mandarle a casa —paro en la parada de autobuses —no lo veo tan grave como para que tu hermanito se ponga a insultarme.

— ¿Le has besado?

Se lo ha contado seguro.

— No. Ni tampoco lo haría. A mi no me gusta tu hermano es un inmaduro y un ingenuo dejándose engañar tan fácil cayendo en manos de un alfa que solo le hará daño.

— Mira Mingi, anoche hice un trato con mi hermano para que quedaseis y te conociese porque quizá surgía algo pero me estoy dando cuenta de tantas cosas que te advertiré algo —hace una pausa en la que escucho pasos de fondo —no te acerques a Hongjoong ¿queda claro? Y en clase ni le hables. Nos vemos luego.

Yunho finaliza la llamada, quedándome confuso incluso cuando subo en el autobús que para más cercano a mi casa, sentándome en los asientos de atrás.

<<Hongjoong>>

Me sirvo un vaso de zumo, volviendo a mi habitación, arrastrando mis pies sintiéndome pesado, cansado en todos los sentidos, evitando a mi hermano mayor quien parece no comprender que le ignore porque me sigue, sentándose libremente en mi cama cuando me meto en ella, cubriéndome hasta arriba, viviendo mis días de celo y pesadilla así, el primero por ahora, y después los otros seis restantes.

— No te pongas así que tampoco es para tanto —me destapa —quizá te ha besado porque le gustas de verdad.

— No le gusto. Me lo dejo claro el día que nació el rumor de que él me gustaba —bebo un poco de zumo —solo le gusta mantener su ego lo más alto posible jugando con los sentimientos ajenos. Por su culpa voy a suspender ese examen y todos porque seguramente no pueda hacerlo hasta junio. Odio a tu amigo, a tu estúpida idea de querer que quede con él cuando sabes que a mi si me gusta y a ti por ser su amigo. Cambia de amigo y que no vuelva a acercarse a mi. No soy una marioneta con la que puede jugar un rato y cuando se aburre me guarda y se acabo la historia. ¡Tengo sentimientos!

— Hongjoong —me giro, mirándole fijamente a los ojos —¿y si diese el caso de que le gustases?

No es un juegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora