Capitulo Veintidós

223 29 8
                                    

<<Mingi>>

Los trillizos ya tienen dos días de vida y según el doctor que les atiende en todo momento viendo por su salud los cuatro podrían recibir hoy mismo o mañana como muy tarde el alta si no pasa nada malo hasta entonces.

Se que Honie está cansado de estar aquí, más que nada porque a mi no me dejan quedarme de noche a pesar de ser tres bebes y más razón para dormir aquí y ayudar si alguno de los bebes o todos se despiertan por la noche.

— ¿Hoy no iremos a casa tampoco? —miro a Honie, quien cambia el pañal de Hyo Suk —estoy cansado de pasarme la noche despierto procurando que ellos duerman cuando empiezan a llorar.

— Nada más me gustaría que quedarme aquí contigo y nuestros hijos pero no me dejan —dejo el biberón vacio a un lado —si creo que hoy os darán el alta pero tiene que venir el doctor a confirmarlo y no se a que hora será eso.

— Está bien.. cambiale el pañal a Hana ya que está contigo y ten cuidado de no apretarlo demasiado.

Cojo el pañal que me da, quitando el que lleva el pequeño cuerpo de nuestra pequeña que no tarda en empezar a llorar cuando la limpio con las toallitas, tirando todo en una bolsa cuando le pongo el limpio, dejándola en brazos de Honie para cambiar a Jung Baek, quien sigue durmiendo desde que se ha tomado su biberón hace casi diez minutos.

— ¿Quien dijo que cuidar un hijo es tarea fácil? —miro a Hongjoong —duermen, lloran y comen. No es fácil calmarles cuando lloran.

— Nosotros no tenemos uno sino tres y nos tendremos que adaptar para cuando estemos en casa solos —visto bien a nuestro hijo —no se como lo haremos cuando tengamos que volver a clase.

— Luego dirás que yo soy despistado Song Mingi —su pequeña mano golpea sin mucha fuerza mi nuca —ya tienes dieciocho años amor y nos hemos graduado. ¿Cuantas veces más quieres ir a ese instituto?

— Es verdad.. —me siento como un idiota ahora mismo —anoche no dormí pensando en como estabais los cuatro.

— Eres un alfa muy tierno —sonrío contagiado por su sonrisa —deberíamos pensar que poner a nuestros bebes para la boda de mi hermano y Jongho.

— ¿Cuanto queda para la boda?

— Ocho semanas —miramos a nuestros tres bebes dormidos sobre la cama —tendrán algo más de un mes los tres. Casi dos meses y yo soy el padrino de boda de mi hermano, no puedo fallarle.

— No lo harás —le beso repetidas veces en los labios —ya decidiremos como vestirles. Aún queda mucho y tenemos que cuidarles bien y mucho para entonces.

No tocamos más el tema de la boda aunque se que Honie piensa en ello, al menos hasta que el doctor entra parando frente a la cama, a mi lado más bien, haciendo lo que corresponde con nuestros hijos, controlando que todo esté bien en ellos, respondiendo las preguntas sobre alimentación que nos hacen.

— Os daremos el alta hoy —cojo el sobre de su mano —Hongjoong tienes que tener cuidado con tu cicatriz aún sin cerrar cuando vayas a coger a los bebes. Durante la primera semana deberíais dejar que alguien os ayude para evitar que se abra o te hagas daño ¿de acuerdo? En una semana te quiero aquí para verla y de paso vemos como van vuestros hijos.

— Gracias doctor —respondemos los dos —¿los bebes necesitarán algo especifico cuando estemos en casa?

— Tenéis que bañarles, alimentarles y cambiarles el pañal cuando sea necesario. No hay mucho más. Intenta descansar todo lo que puedas, los dos y mucha suerte chicos —mira una última vez a nuestros hijos, saliendo de la habitación.

— Eso era obvio —miro a Honie —no vamos a matarlos de hambre aunque no será fácil allí solos los dos. ¿Llamas a mi madre para que nos venga a buscar?

Busco su móvil por la habitación, recordando que en ningún momento desde que vinimos al hospital en esa ambulancia me he acordado de traérselo, aunque Hongjoong tampoco me lo ha pedido. Saco el mio, que ese por suerte si lo tengo conmigo, y busco el número de su madre en mi lista de contactos esperando tono a tono hasta que responde, finalizando la llamada en cuanto me confirma que en quince minutos aproximados estará aquí, teniendo que pasar primero por mi casa para coger las sillas de seguridad de nuestros hijos.


Veinticuatro minutos exactos son los que tardo en llegar la madre de Hongjoong, esperándole con nuestros hijos en la entrada del hospital, dentro cubriéndoles bien con sus mantitas. Durante el trayecto que duro como unos doce minutos ninguno de los tres ha llorado, más bien han ido dormidos en todo momento. Ahora que es el turno de bajarlos tengo que tener mi atención puesta en los dos bebes que yo llevo en sus sillitas mientras Hongjoong camina con lentitud hasta casa, habiendo bajado con dificultad del coche.

— ¿Vais a dejarles en las cunas?

— Hongjoong acuéstate un rato en el sofá, nosotros dejaremos a Hana, Jung Baek y Hyo Suk en sus cunas.

— Está bien..

No subo las escaleras hasta que Hongjoong no va a la sala, siguiendo a su madre hasta el cuarto de nuestros bebes. Con cuidado soltamos a los bebes uno a uno de sus sillas de seguridad, dejándoles en las cunas que obviamente Honie ya asigno decorando cada una con los nombres de nuestros bebes, quedando una que yo mismo me encargué de hacerlo antes de ir al hospital esta mañana.

— Imagino que necesitareis ayuda con los bebes estos días —miro a la mujer, quien mira a los pequeños, asintiendo —vendré por las tardes a ayudaros y le diré a mi hijo Yunho que os ayude por las mañanas así Honie no tiene que hacer muchos esfuerzos y descansa que lo va a necesitar. Y pensar que estuve prohibiéndole que fuese padre tan joven. Es verdad que Yunho a mis dieciocho ya tenia un año y estos tres pequeños son un regalo precioso que me habéis hecho como abuela. Tenéis que tener paciencia porque casi no os dejarán dormir. Requieren mucha atención, alimento y demás. Cualquier cosa que necesitéis sabes que puedes llamarme ¿de acuerdo Mingi?

— Gracias señora Kim —me inclino en una reverencia agradecido —por su ayuda y por todo. Procuraré siempre que los cuatro estén bien y Honie descanse todo lo que necesite.

Salimos de la habitación de los bebes, dejándoles dormir sin cerrar la puerta, conectando antes el escucha bebes que instalamos en la habitación en caso de que lloren cuando estemos abajo, entrando en el salón donde Honie ahora duerme tumbado en el sofá, cubriéndole con cuidado con una manta, sonriendo ante lo tierno y precioso que se ve.

— Os dejo que descanséis —la acompaño hasta la puerta —deja que duerma. Eres un buen chico y un buen alfa Mingi. Tus padres estarían orgullosos de ti y más bien lo buen padre que serás para esos tres bebes.

Con una sonrisa sincera hacia mi suegra la despido, sintiendo cierta calidez en mi interior cuando cierro la puerta, volviendo al salón donde me siento en el sillón con el comunicador en mis manos, mirando a mi novio, mi precioso omega que descansa al fin sin tener que preocuparse por nada porque para eso estoy yo, cuidando de su descanso merecido y de nuestros pequeños.

No es un juegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora