Capitulo Once

398 40 24
                                    

<<Hongjoong>>

Mi nombre siempre va a ser Kim Hongjoong. Mi condición siempre será la de omega. Hasta hace relativamente un mes, más exactamente el ocho de diciembre, vivía enamorado de Mingi en secreto sufriendo de la misma forma sus rechazos de forma tan indirecta volviéndome loco.

Tengo tan solo diecisiete años y en el momento que llego el primer beso, uno real, supe que ese estúpido alfa también sentía algo por mi aunque seguía sufriendo por culpa de mis sentimientos hacia él cuando se hacia el indiferente conmigo. Ahora somos novios, pronto volveremos al instituto y todos sabrán nuestra unión cuando noten esos cambios que no son tan insignificantes como parecen.

Hace poco había un alfa que, antes de ser marcado por Mingi, pretendió hacerme su omega a la fuerza e incluso violarme en pleno bosque. De no ser por Mingi lo más seguro es que seria su omega y viviría como un desgraciado. A Mingi le debo demasiado por eso y estoy feliz de que me corresponda al igual de ser su omega destinado, marcado y él mi alfa.

Mirando hacia el claro y despejado cielo, evitando mirar el sol, no dejo de darle vueltas a su petición de hace una hora o tal vez más y a como me sentí al salir esas palabras de entre sus labios, con su cuerpo y el mio unidos en uno solo dentro de la bañera en la que me metí mientras Mingi compraba, volviendo con esa noticia.

¿De verdad que harías cualquier cosas Hongjoong? —vuelvo a asentir, sintiéndome algo nervioso —tenemos solo diecisiete años y hemos prometido esperar a graduarnos. Quedan cuatro meses para eso pero no puedo esperar si de verdad nos amamos y estás dispuesto a lo que tus palabras me han dado a entender.

No te entiendo Mingi si no eres más claro hablando —me muevo, gimiendo al sentir la presión en mi interior —dime más claro a que te refieres.

Quiero.. afianzar más nuestra unión con un hijo.

Esas palabras aún resuenan en mi cabeza, aullandole al cielo una vez más, volviendo a mi forma humana cuando siento el olor de mi alfa cercano, a mi lado, cubriendo mi desnudez con su abrigo, abrazándome, sintiendo su aliento contra mi cuello, un pequeño y dulce beso en la marca, cerrando los ojos con fuerza, escondiéndome en su pecho.

— ¿Estás seguro? —asiente, abrazándome mejor a su cuerpo —es algo para toda la vida y no como esto amor. Tenemos que criarle, cuidarle, alimentarle y protegerle para siempre. No podemos hacerlo sin pensarlo bien.

— No le faltaría de nada. Lo del alfa no es lo único que quería contarte antes —le miro a los ojos —sabes de la ausencia de mis padres ¿verdad? Ellos.. no están ausentes sino.. muertos.

— Mingi.. ¿por qué no me lo dijiste antes?

— Tenia miedo de que me rechazases cuando supieses que estoy completamente solo, desamparado —le abrazo con más fuerza.

— Mingi llevo tanto tiempo enamorado de ti que ni eso ni nada hará que cambien mis sentimientos —acaricio despacio su mejilla —¿cuanto hace que tus padres fallecieron?

— Desde este verano. A todos les dije que viajaban pero no es cierto. Te he mentido y ahora no querrás saber de mi y encima te estoy pidiendo tener un hijo. Podríamos criarle en casa de mis padres, hacer nuestra vida allí y mantenerle con el dinero que mis padres han dejado de herencia y no he tocado. Todo seria para nuestro bebe si tu quieres hasta que pueda trabajar.

— Tenemos diecisiete años. ¿Tan enamorado estás de mi como para querer traer un hijo conmigo? No hace ni un mes que salimos juntos o que me marcaste.

— Me da igual el tiempo. Si hubiese sido ayer seria igual.

— Vámonos a casa mi precioso alfa. Las hormonas te están afectando mucho.

— ¿Las tuyas o las mías?

— Las mías unidas a las tuyas.

Un grito escapa de entre mis labios cuando me levanta, abrazándome a su cintura y su cuello para no caerme cuando camina, besando sus labios durante todo el trayecto hasta casa, hasta mi habitación, cayendo a la cama con Mingi sobre mi, entre mis piernas, aún besándonos, intentando ordenar mis ideas, tomar la decisión correcta, tirando de su camiseta hacia arriba cuando creo tenerlo claro, empujando mis caderas hacia las suyas suplicante por contacto, cubriéndonos rápido con la sábana cuando la luz se enciende, aún no siendo necesario, viendo a mi madre mirándonos desde la puerta, escondiéndome bajo mi novio, sintiéndome pequeño, avergonzado por como nos ha pillado, por suerte no unidos físicamente estando aún Mingi con los pantalones puestos.

— ¿Se puede saber que hacéis?

— ¿No habías ido a ver a la abuela?

— Si hijo pero había olvidado una cosa y os he visto entrar. ¿Qué haces desnudo y porque tu alfa está encima tuyo? Os dije que os comportaseis.

— Dijiste en lugares públicos mama y esta es mi habitación y estoy en celo y.. creo que no hace falta que te diga más —no puedo sentirme más vergüenza —comprendeme mama.

— Amor —mi madre se gira, viendo a mi padre a su lado —son jóvenes. Dejales que disfruten mientras puedan. Quizá incluso nos den un nieto. Se que no quieres aún pero están en una buena edad y nuestro hijo pronto será mayor de edad. Un año no es nada.

— Son unos niños.

— Con la edad de Hongjoong ya teníamos a Yunho con casi un año —les miro, sintiéndome sorprendido —su hijo nacería cuando nuestro hijo pequeño tenga casi dieciocho. Tiene un buen alfa que le cuidará, a los dos o lo que venga. Demosles ese voto de confianza.

Miro a mi madre, aún con Mingi sobre mi cuerpo, esperando los minutos que tarda en asentir, sonriendo, gruñendo cuando Mingi me besa sin avisar, escuchando las risas de mi padre, la puerta cerrarse, sintiendo esa sensación cálida en mi interior, los labios de Mingi aún unidos a los míos cuando se quita las pocas capas de ropa que ya empezaban a estorbar.

— ¿Tu estás seguro de esto Hongjoong? Puedo esperar si tu respuesta es un no.

— No perdemos nada y amor no nos falta para darle a nuestro futuro bebe —separo un poco más las piernas —aunque tengo un poco de miedo pero.. no me abandonarás ¿verdad?

— Nunca te abandonaré Kim Hongjoong.

Mi cuerpo se tensa, sintiéndole abrirse paso en mi interior, doliendo más sin barreras, sintiendo más la presión de esta forma, piel con piel, besando sus labios una vez más cuando está por completo en mi interior, quieto hasta que me acostumbro a tenerle así, moviendo mis caderas, dándole así permiso para que se mueva, lo cual hace de forma lenta, con suaves embestidas que poco a poco aumentan en ritmo, gimiendo, gritando cuando entra más profundo, arañándole, sintiendo esa misma sensación que tuve en un sueño, siendo ahora real al notar como se aprieta cada vez más en mi interior, quedando más unidos, moviéndose hasta llegar juntos al orgasmo, abrazándole bien con mis piernas, formándose esa firme unión en mi interior, temblando, más asustado por lo que está por venir después de la decisión que hemos tomado, acariciando con calma su espalda, disfrutando de sus caricias, sus besos en mi cuello, cerrando los ojos cuando vuelve a besarme, sintiendo el vacio y el dolor en la parte baja de mi cuerpo mucho después, no me preocupo en pensar cuanto exactamente, abrazándome a su cuerpo, tumbándome sobre el torso sudado y desnudo de mi alfa, envolviendo sus caderas con mis piernas, durmiéndome así, satisfecho, confundido pero feliz.

No es un juegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora