A todos sin excepción algunas nos han contado o hemos escuchado una historia o mensaje que jamas olvidaremos.
En mi caso fue mi abuela quien dijo unas sabias palabras que al sol de hoy tengo presentes; En el momento que Jesús murió por nosotros nos...
Por tercera vez me toca dar las malas noticias a Alex, aún recuerdo cuando su padre se fue de casa dejándolo con su madre, me tocó estar allí, apoyándolo, viéndolo llorar, y no digamos la segunda; cuando su madre se suicidó, fue muy trágico, recuerdo que Papá se hizo cargo de él por 3 años, pero luego cumplió sus 18 años y decidió irse a vivir solo con la excusa de que ya estaba grande, a Alex nunca le faltó el dinero ni le faltará, su papá se encargó de darle parte de sus bienes (lo mínimo que podría hacer luego de dejarlo), pero decirle que podría quedar inválido de por vida, es otro asunto.
—Alex no podrás caminar por un tiempo —informo tratando de evitar su mirada.
—Bueno, no me importa —respondió con una frialdad indescriptible.
—¿Acaso no oíste que no podrías volver a caminar? —digo acercándome a él y le rueda los ojos.
—¡Vamos, Lisi mira me! Soy despreciable, no me importa nada —dice acomodándose en la camilla y de pronto tocan la puerta.
—Pase —invito aún desconcertada por la indiferencia de Alex.
—Hola — saluda Rubén entrando. ¿Qué hace aquí? Aunque pensándolo bien me haría bien, así convencería a Alex.
—¿Y tú qué haces aquí? —especto Alex destilando odio y le hago una mirada para que se comporte.
—Disculpa, estaba trayendo unos exámenes cuando me encontré al Papá de Lisi y me explico todo ¿cómo te sientes? —preguntó con toda la amabilidad del mundo, pero Alex muestra todo lo contrario en su expresión.
—¿Qué cómo me siento? —dice con una sonrisa sarcástica —me siento engañado y decepcionado, he vivido solo aparentando ser feliz, yo solo era feliz con Lisi y su familia que han estado conmigo siempre, pero tú vienes y quieres quitárme lo único que tengo y para terminar, de ahora en adelante seré un inservible inválido. — confesó con rencor mientras lágrimas rodaban de sus ojos. Rubén lo mira con compasión mientras yo derramaba lágrimas al saber que mi amigo piensa que lo dejaría solo, jamás pensé que se sentía así.
—¿Sabes Alex? —dice Rubén acercándose mientras coloca sus manos en los bolsillos de su pantalón.
—Hoy vengo por unos exámenes de mi padre, el cual le han detectado cáncer —confesó para dar una pausa y ver a mi amigo a los ojos —al principio me moleste con Dios ¿cómo él podía permitir que le pasara eso a mi padre? Un hombre que se esfuerza para ser un buen pastor, un buen padre, un buen esposo y un buen amigo, pero ahora me doy cuenta que Dios no se equivoca y si tu aún sigues con viva es porque Dios tiene un propósito para ti —veo a Rubén y no puedo creer por lo que está pasando y como se ve tan fuerte y seguro e incluso Alex parece sorprendido.
—Siento mucho lo de tu padre, pero él tiene una ventaja que si muere se irá con Dios —dice Alex y se rompe en llanto. Rubén se acercó y lo abrazó y de igual manera me acerqué.
—Tú también puedes ser un hijo de Dios—aseguró Rubén poniendo sus manos sobre los hombros de mi amigo. No puedo ocultar la alegría
Luego de ese emotivo momento, los doctores dieron algunas indicaciones para que Alex vaya a terapia y jamás imaginé que fuera Rubén quien terminaría haciendo que Alex entrara en razón.
Han pasado tres semanas, Papá convenció a Alex de estar con nosotros en el transcurso de la recuperación, estoy muy feliz al verlo cerrar sus ojos mientras oramos e incluso ha asistido a la iglesia.
—Lisi, las chicas te buscan —hablo Samuel entrando a la cocina donde yo me preparó un emparedado antes de ir a la universidad.
—Ya voy —digo apurada y luego de todo, logró contemplar aquel hermoso emparedado con doble porción de jamón y cuando me lo acerque a la boca Samuel me lo arrebató y se lo metió prácticamente en un movimiento a la boca.
—¡Samuel! —grite frustrada y el correr mientras yo le sigo.
—Lisi se nos hace tarde, compraremos algo en el camino —hablo Aby asomando su cabeza por la puerta principal. De todos modos, no creo alcanzar a ese payaso.
—Bien —digo resignada tomando mi abrigo y saliendo de mi casa. Luego de unas donas y café nos dirigimos a la universidad. Esther está estudiando derechos (por eso es tan sobreprotectora), Gabriela estudia telecomunicaciones (¿ahora entiende porque es tan extrovertida?) y Aby ya terminó de estudiar, pero ama ir a dejarnos como si fuéramos chiquitas (siempre dando tanto amor).
Al concluir con 4 clases hubo un receso, así que me dirigí a la cafetería a complacer la carne 😉. Mi teléfono vibró en señal de un mensaje, lo tome mientras la fila avanzaba.
Mensaje →Rubén
—Hola Lisi 👋 —no puedo evitar sonreír. Rubén se ha encargado de ganarse mi corazón, el de mi familia e incluso el de Alex.
—¡Hola! 😊 ¿qué tal?
—Muy bien gracias a Dios ¿y tú?
—Bien gracias a Dios
—¿Te gustaría salir a comer por la noche? —me pone feliz pero luego recuerdo que hay una reunión en la iglesia.
—Me encantaría, pero tengo una reunión
—¿Y un helado luego de tus clases?
—Hecho, pero tendrás que venir a traerme, deje el auto en casa
—Entonces estaré allí 👋 —escucho como algunos que están tras mío se quejan y avanzó mientras guardo mi celular.
Alex
Estoy nervioso porque es mi primera sesión de terapias y como Lisi no pudo venir me tocó venir con Samuel ¡Genial!
—Adelanta te firmaré unos papeles —dice Samuel y yo le hago mi cara de infarto. No quiero ir solo.
—Si me permiten podría llevarlo mientras tú llegas — se ofreció una chica de piel morena con gentileza y Samuel gira.
—¿Amanda? —dice Samuel y la chica lo abrazo. ¿Me perdí de algo?
—¡Samuel!, ¿cómo estás? ¿Cómo están las chicas?
—Estoy bien gracias a Dios y las chicas también, pero ahorita están en la universidad y no tienen tiempo para las ranitas —dice Samuel y ambos ríen, supongo que se conocieron en el campamento.
—Me llamo Amanda y el tuyo ¿es? —dice extendiendo la mano mientras espera mi respuesta.
—Alex —digo. Para luego tomar su mano.
—Bien ¿Alex?, seré tu fisioterapeuta y con la ayuda, primeramente, de Dios llegarás a caminar para invitarme a comer —dice Amanda guiñando un ojo y no puedo evitar reír.
Amanda 🌊🌊
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