Los últimos días en el trabajo, habían sido duros y extraños para él. El encuentro que había sucedido entre ellos en casa de Ran, solo había conseguido que volviese repentinamente la tensión sexual que había entre ellos. Se pasaba el día apartándole la mirada y los pensamientos que aparecían en su cabeza. No sabía si era por el simple echo de que estaba casado y no podía tenerla o por las malas vibraciones que pasaba constantemente en su casa. La cuestión era que no podían parar de provocarse cuando sus miradas chocaban.
Se estaba volviendo loco.
Recogió sus cosas al llegar el atardecer y se marchó de la oficina despidiéndose rápido de Ran antes de cometer alguna otra atrocidad.
Resopló antes de entrar y atravesó la puerta con la esperanza de encontrarse a su mujer dormida. La casa estaba muy silenciosa pero algunas luces estaban encendidas, así qué al final entró suspirando. Paseó por el pasillo antes de subir escaleras, entrando con cuidado en el dormitorio tras escuchar algún ruido arriba hasta que escuchó ruidos en el baño.
"¿Shiho?" Preguntó detrás de la puerta cerrada del baño.
Agarró el pomo al no recibir respuesta y abrió la puerta lentamente antes de chocar su mirada con la de ella. En un vistazo fue capaz de percibir que su estado no parecía muy bueno, estaba sentada en el suelo con los brazos abrazados a sus piernas.
"Shiho, ¿Qué pasa?" Preguntó con la preocupación palpable en su rostro.
Sus mejillas estaban empapadas en lágrimas y abrió y cerró la boca un par de veces antes de conseguir hablar. "Estoy embarazada." Confesó con la voz entrecortada.
"¿Qué?" Preguntó sin saber si había escuchado bien.
"Llevo semanas sintiendo esos putos pequeños, hasta los malditos cambios de humor me acompañan desde mi último periodo. Pensaba que no podría ser, que no podía estar pasando, pero me he hecho cuatro test esta misma tarde y todos han dado positivo."
"¿De verdad?" Preguntó realmente sorprendido.
Ella asintió agachando la cabeza, sin saber muy bien como digerir esa nueva noticia. "Perdona mi mal carácter, los cambios de humor me matan." Su voz sonaba arrepentida y el hipo había aparecido irrumpiendo su llanto.
Él se había quedado en shock, solo podía quedarse ahí quieto mirándola, intentando analizar cada una de las palabras que había escuchado. Ese era el motivo final por el cual habían estado discutido tanto últimamente y el peso de la culpa le abofeteó haciéndole sentir como la mierda por engañarla.
Reaccionó segundos después con el sonido de su hipo y se acercó a ella para abrazarla con fuerza y besar su cabello, intentando hacerla sentir mejor y quitarse un poco ese sentimiento de culpa que había empezado a cargar.
"No pasa nada no es tu culpa. Te quiero." Le dijo de la manera más sincera que pudo.
"Te quiero." Contestó ella apoyando la cabeza en su hombro.
Se pasaron los próximos diez minutos abrazados mientras ambos asimilaban la nueva etapa desconocida que se adentraba a sus vidas, sin decir nada, ni saber como debían sentirse.
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Shinichi intentó resetear los últimos meses, se había esforzado y se había vuelto mucho más comprensivo y atento con la científica, aún así, los problemas con los cambios de humor no habían desaparecido e incluso había días en que empeoraban con la obsesión que tenía por el trabajo del detective. Las semanas eran como montañas rusas.
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El pasado no desaparece
RomanceTras la derrota de la organización y la relación fallida de Ran y Kudo, el detective acaba enamorándose de la chica pelirroja. Su relación parece ponerse a prueba años después con la vuelta de Ran a la ciudad. (Historia editada y corregida) COMPLET...