El claxon del escarabajo anunció su llegada con un par de pitidos.
Pip Pip
Akane reconoció el sonido y aplaudió en alto contenta, su vestido pomposo verde pálido revoloteaba por su alrededor a cada pasito que daba. Shiho apareció por la habitación y acabó de guardar un par de cosas en el bolso antes de mirarse en el espejo.
Se abotonó las mangas a la medida del codo y acomodó la camisa de color blanco crudo dentro de los pitillos negros. Se giró a Akane y sus labios rojos le sonrieron, acercando sus manos para sostenerla y reunirse abajo con el resto.
El profesor estaba fuera del coche, parecía haber adelgazado algo y el jersey de punto que llevaba le sentaba bastante bien.
"Subid al coche, señoritas." Comentó Agasa a la vez que les abría la puerta educadamente.
Shiho rodó los ojos, pero caminó hasta el interior, tapándose de golpe con la mirada de otro pasajero. "¿Kaito?" Preguntó curiosa. "¿Qué haces aquí?"
El profesor continuó con el trayecto y Kaito levantó la mano con un pequeño regalo, le sonrió mientras le acercaba el paquete a la pequeña, que lo recibía y abría con mucho entusiasmo.
"Me han invitado. Felicidades, Akane, espero que te guste."
Akane empezó a emitir pequeños chillidos de alegría, abrazando al peluche que ahora tenía a su poder.
"Creo que le ha gustado." Comentó Shiho devolviéndole la sonrisa y acariciando la cabeza de su hija. "No tenías porque comprar nada."
"Quería hacerlo."
El local era bastante amplio y luminoso, las múltiples cristaleras permitían una gran luz natural y la decoración blanca y verde de los globos, junto con los manteles y todo lo demás, estaba muy bien distribuido y pensado. Habían reservado un espacio en una conocida cafetería para poder hacer la celebración pese a sus constantes negativas, sin embargo, por el momento no le disgustaba lo que veía.
"Vaya, que bonito."
Akane empezó a alucinar con todos los globos de la sala y reclamó entre los brazos de su madre que la soltase en el suelo para poder jugar con ellos.
"¡Ya estáis aquí! Buenas tardes a todos." Intervino Kudo apareciendo por el final de la sala, acompañado de Ran, obviamente. Se alejó de su pareja para poner cara pensativa y buscar con la mirada por la sala. "¿Dónde está la princesa que cumple años hoy?"
Akane no pudo evitar ponerse eufórica, dejando toda su atención de los globos para enfocarla a su padre y salir caminando como podía hacía él velozmente, chillando sin parar.
Padre e hija se juntaron en un tierno abrazo mientras los otros ocupantes contemplaban la escena sonriente a su alrededor. Menos Shiho, que apartó la mirada sin poder evitar el amargo recuerdo que también le traía ese día.
Akane llegó al mundo el día que se había enterado de que su marido le era infiel, era algo difícil de ignorar cuando tenía a los amantes delante de ella.
"Hola, Shiho." Le saludó Kudo.
Shinichi se acercó a ella para saludarle educadamente y luego giró la mirada a su acompañante saludándole con la cabeza, algo más serio esta vez.
"Hola." Le soltó ella sin ser capaz de mirarle a la cara.
Shinichi volvió su atención a su suave voz y su mirada bajó unos segundos al primer botón abrochado de su camisa perlada, que le hacía lucir a la perfección los atributos que tenía, mostrando un elegante escote que a Kudo no le hacía gracia que otros pudiesen ver. Kaito, al ver como la miraba el detective, abrazó la cintura de la joven y la acercó más a él, provocando que ella se sonrojase y que Shinichi apartase la mirada rápido para que ella no se fijase, mordiéndose la lengua a la vez que maldecía al mago interiormente.
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El pasado no desaparece
RomanceTras la derrota de la organización y la relación fallida de Ran y Kudo, el detective acaba enamorándose de la chica pelirroja. Su relación parece ponerse a prueba años después con la vuelta de Ran a la ciudad. (Historia editada y corregida) COMPLET...