CAP XIV

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Sus puños se cerraron con rabia esperando su respuesta. Se había acercado a ella con intención de convencerla a ayudarles con la piñata y ahora deseaba no haberse acercado. Sus ojos la miraban con rabia, desando no haber escuchado sus palabras y se sentía muy dolido por dentro.

"¿Es verdad?" Preguntó enfrentándola con la mirada.

Shiho siguió callada. Ahora que lo tenía en frente, no era capaz de reunir el valor para decírselo. Sus brazos se cruzaron palpando sus brazos, intentando encontrar un poco de amparo en si misma, haciendo ese momento más largo e incomodo de lo deseado.

"Sí." Su respuesta salió tan rápido de su boca, que dudó en si lo había dicho en voz alta o sólo lo había pensado.

No podía mentirle, no sobre eso. Sabía que merecía muchas cosas por lo que le había hecho y que era un completo capullo, pero no podía engañarle ni esconderle algo como eso. Y menos involucrándole tanto cómo lo hacía.

Kudo palideció un poco más de lo que estaba, no podía creerse que algo así fuese cierto. No se esperaba eso de ella para nada, apenas habían pasado dos o tres meses des de que firmaron el divorcio y ya estaba construyendo una nueva familia. ¿No podía esperar un poco después de que él dijese de que intentaría mejorar? ¿Había tardado tan poco en olvidarse de él? Su cabeza se giró para mirar descaradamente a Kaito antes de volver su atención a ella mientras le señalaba repulsivamente.

"¿Es suyo?" Preguntó exigente levantando un poco más la voz y llamando la atención de Kaito, que empezó a caminar hacia ellos al percibir la incomodidad en la cara de la pelirroja.

Shiho siguió con la cabeza baja, sus manos empezaron a temblarle de los nervios y sus labios seguían apretados, oponiéndose a contestarle. Solo tenía que decirle que no, que dejase de preocuparse, que el hijo era suyo. Quería decírselo.

Pero...¿De qué le servía igualmente? Su familia estaba rota.

'¡Contesta!" Shinichi la sujetó por los hombros, apretándole con las yemas en busca de una respuesta.

Los invitados restantes dejaron sus charlas para girar su atención atraídos por las voces del detective, todos los ojos estaban centrados en ellos dos, callados y pendientes. Ella abrió la boca intentado emitir palabra pero Kaito les cortó poniéndose entremedio de ellos y desafiando a Shinichi con la mirada.

"¿Pasa algo?" Preguntó Kaito sin entender el motivo de la discusión.

Shinichi soltó a Shiho mientras resoplaba desaprobadamente sin querer mirar al mago y la científica, negó con la cabeza susurrando un no por lo bajo, intentando quitarle importancia. Chasqueó los dientes, insatisfecho por su contestación y sus mejillas se sonrojaron del enfado.

"Venga Shiho, ¿Por qué no lo compartes con todos nosotros?" Preguntó Shinichi a la vez que abría las manos señalando a todos los invitados, que ahora se veían muy curiosos por la conversación.

El silenció inundó el espacio de un segundo a otro, Shiho se apartó el flequillo nerviosamente mientras ojeaba todas las miradas que ahora posaban en ella. Ran también se había acercado a curiosear, poniéndose a las espaldas del moreno. El corazón le iba a cien por hora, y con tanta presión por el momento no se veía capaz de hablar, sin balbucear.

"Eh, Yo..." Podía escuchar la nerviosa respiración del detective.

"No te cortes, ¿No quieres decirlo?" Preguntó Shinichi entrecerrando más los ojos.

"Lo mejor es que me vaya." Contestó ella haciendo un paso atrás para salir del circulo y hacerse paso para salir de ahí. Sus emociones estaban a flor de piel y no quería montar un espectáculo delante de todos.

El pasado no desapareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora