CAP XV

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Shiho resopló aún dudosa y medio frustrada ante la gran verja metálica, le había costad mucho decidirse presentarse y todavía no estaba segura de que fuese una buena idea. Negó con la cabeza y la verja chirrió cuando la abrió y se plató delante de la puerta.

Llevaba tres semanas sin saber absolutamente nada de Shinichi, había intentado ponerse en contacto con él por el teléfono e incluso se había presentado en su trabajo a final de jornada, pero la tenía bloqueada en el móvil, y cuando llegó a la oficina, no quiso que la dejasen entrar para hablar con él. Era muy persistente e insoportable cuando se lo proponía. Estaba siendo demasiado molesto evitándola a toda cosa de la manera que lo hacía, ella sólo quería explicarle lo que debía saber, tenía todo el derecho a saberlo y no quería que se sintiese engañado con el tiempo, pero cada vez se lo ponía más difícil y su paciencia estaba por acabarse.

Tocó al timbre sin darse tiempo a pensárselo más y volvió sus manos a sus bolsillos mientras el nerviosismo se revolvía dentro de ella.

Ding Dong

Por un momento rezó por que no hubiese nadie en casa en ese momento, pero las luces encendidas que se veían desde fuera demostraban todo lo contrarío.

La barrera que se había creado entre ambos solo creaba incomodidad en ambos con la presencia del otro. Podían escucharse los vehículos de calles más cercanas romper la calma que flotaba su alrededor, pero el silencio seguía acaparando el lugar mayoritariamente. Dio un paso hacia atrás a ver que los segundos pasaban y la puerta no se abría, pero antes de que pudiese seguir retrocediendo, empezó a escucharse el leve sonido de unos pasos ligeros des de el interior

-"Voy."- Se escuchó de fondo a la vez que los pasos se hacían más audibles.

Para su desgracia, era una voz femenina la que se dirigía a abrir la puerta. Escuchó el ruido metálico de la cerradura a la vez que tarareaba una estúpida canción pegadiza, tenía una sonrisa pintada en su rostro, esperando encontrar otra persona por completo detrás de ella.

" Por fin llegas, ¿Te has vuelto a olvidar las.."- Dijo callando repentinamente en cuanto vio de quien se trata realmente, levantando las cejas sorprendida con ambas manos sujetando con fuerza la puerta medio abierta. "Miyano."

La puerta se había quedado entreabierta y ambas se quedaron mirando mientras el silencio predominaba. La morena la estudió de arriba abajo antes de volver a clavar sus ojos penetrantemente en su cara, mientras la pelirroja se limitaba a mostrar una expresión más pacifica, apartando un mechón de su cara tras su oreja como gesto de nerviosismo.

"¿Necesitas algo, Miyano?" Preguntó Ran con un tono no muy amable. "¿No es el domingo cuando Akane vuelve contigo?" Preguntó a mala gana sin entender su presencia. "Shinichi está apunto de llegar y no creo que le guste verte por aquí cuando eso suceda."

Shiho suspiró intentando mantener la calma, si quería llegar a él, no podía montar un escándalo con ella.

"Precisamente vengo por eso. Necesito hablar con él." Explicó Shiho.

"No creo que él esté interesado en ello." Contestó Ran a la vez que intentaba volver a cerrar la puerta sin despedirse.

Shiho puso el pie entre medio y la mano encima de la puerta para impedirle cerrarla. "Es sobre Akane, es importante." Insistió ella.

Ran se quedó quieta pensando que hacer. Shinichi debía aparecer de un momento a otro.

"¿Puedo esperar dentro?" Preguntó la científica al ver lo oscuro que se había hecho ahí fuera esos últimos minutos.

El pasado no desapareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora