Alzó la cabeza y se dirigió a la recepción a confirmar su cita e informarse sobre la ubicación de la sala.
"Tiene que subir las escaleras y esperar en el pasillo, les llamarán cuando sea la hora, señorita."
"Gracias."
Se dio la vuelta mirando hacia las escaleras y se dirigió a ellas con paso firme, intentando ocultar la angustia que sentía con cada paso que daba. El aire se le quedaba retenido en el pecho oprimiéndoselo. Odiaba ese sitio.
"Buenos días, has llegado un poco pronto."
Se giró sobresaltada al escuchar su voz y se apoyó en la barandilla aguantando su peso para mantener el equilibrio. Sus labios se convirtieron en una línea recta al ver quien le había hablado.
"Podría decir lo mismo de ti."
Kudo estaba de pie a escasos metros de ella, con un café humeante en la mano derecha y una apariencia bastante tranquila. Su calma le hacía sentirse más enfadada con él. Se giró y reanudó su camino hacía la planta superior.
Cuando llegó al frente de la puerta, apoyó su espalda en la pared y apretó los puños con fuerza. Detective estúpido.
"Toma, aún queda media hora."
La pelirroja levantó la cabeza y vio como su "marido por pocos minutos" le ofrecía el café que tenía entre sus manos.
"No gracias, seguiré esperando."
"Vamos, acéptalo. lo he cogido doble y con poco azúcar. Yo me he acabado el mio al entrar."
Ella se dignó a mirarle, y para no seguir la conversación, aceptó el café y lo mantuvo entre sus manos.
El móvil de Kudo empezó a sonar y se alejó para atender la llamada y ella aprovechó el momento para disfrutar del café antes de que empezase a enfriarse. Sentir la bebida caliente calentar su cuerpo era una sensación muy reconfortante en ese momento, cerró los ojos unos segundos y disfrutó de ese corto momento de calidez.
"Firmar ese documento, no cambiará nada para mis ojos."
Shiho abrió los párpados sorprendida y se lo volvió a encontrar a su lado apoyado muy cerca de ella, más de lo que le gustaría.
"¿Por qué no lo asumes ya y dejas de intentar imposibles?" Se encaró a él y puso ambas manos en sus caderas. "Ya no te quiero, Kudo." Mintió. " Vuelve con Ran y déjame en paz de una vez."
Ella bajó la mirada ante su mentira y Shinichi se tensó por la confesión de su mujer, se alborotó el pelo dolido y le cogió de la mano abriendo una puerta y cerrándola tras ellos.
"¡¿Qué estás haciendo?!¡Suéltame!" Se defendió ella enfadada.
"Estás muy guapa cuando te enfadas." Sonrió claando la mirada en sus ojos verdes. "Me da igual lo que digas, sé que aún me quieres, como yo te quiero a ti." Su vello se erizó cuando empezó a notar como le acariciaba el hombro desnudo. Se quedó petrificada con su suave voz susurrándole.
"Si todavía te quisiera, no sería para nada de la misma manera que tú me has querido a mí." Contestó frunciendo el ceño con los dientes apretados, intentado soltarse para entrar en razón.
"Shhh, solo quiero que hablemos."
"¡¿Hablar?!¡Qué te den, Kudo!"
El chico puso su dedo índice en su boca para que se callase, pero no hacía mínimo efecto.
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El pasado no desaparece
RomanceTras la derrota de la organización y la relación fallida de Ran y Kudo, el detective acaba enamorándose de la chica pelirroja. Su relación parece ponerse a prueba años después con la vuelta de Ran a la ciudad. (Historia editada y corregida) COMPLET...