Monarch [Jikook/Kookmin]

◆5◆

- Veo que ha llegado el momento -fue lo primero que dijo la criatura cuando llego a orillas del riachuelo que los separaba- ¿Es usted el aspirante al trono de Miracles?

Su voz era... hipnotizante. Jeongguk no sabría cómo describirla. Era suave como el algodón, se deslizaba por sus oídos como el dulce canto de un ave en la mañana. Si debía encerrarla dentro de una categoría de tonalidad tendría que hacerlo dentro del tono agudo, pero no aquel que era molesto: todo lo contrario, era un tono agudo pero agradable, aunque para muchos resultara imposible de creer.

- ¿Quién pregunta? -fue lo que atinó a decir después de un tiempo de mudez en la que se dedicó a admirar la criatura frente a él.

El ser místico se mostró un tanto sorprendido por su pregunta y Jeongguk no supo cómo tomárselo.

- ¿No me reconoce? -dijo, levantando un poco la cabeza y haciendo sonar los cristales en sus astas- ¡Es una pena! -continuó aún con expresión serena, luego de no recibir respuesta por parte del chico- Soy un espíritu del bosque -explicó calmadamente mientras observaba todos los gestos del humano-, el Reino Oculto es mi hogar.

Jeongguk abrió los ojos al instante de escuchar sus palabras, incrédulo.

- ¿Quiere decir que ya me encuentro en el reino místico? -preguntó, empezando a mirar a todas partes para admirar con más ahínco y detalladamente su entorno- ¡Eso es maravilloso! -exclamó, aún sin encontrar lo mágico de aquel reino.

Todo se veía muy normal a su parecer, los árboles seguían siendo árboles, el pasto seguía siendo verde y el riachuelo no contaba con nada más excéntrico que no fuesen rocas en el fondo y algunas sobresaliendo. Lo más inusual en el ambiente era la falta de animales alrededor, eso y el espíritu del bosque que tenía a poca distancia; del resto, era como seguir en su reino. Sin embargo, no debía subestimar lo que veía, le decía una voz interior.

La criatura dejó que el muchacho admirase el paisaje con expresión intrigante y cuando finalmente se detuvo, habló:

- Creo que me ha malinterpretado -le señaló con uno de sus dedos y luego a su alrededor-. Usted no se encuentra en el Reino Oculto. Es imposible para usted estarlo.

Entonces Jeongguk dejó ir su emoción al mismo tiempo que la criatura bajaba la mano.