Capítulo 5

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BORRADOR SIN EDICIÓN.  POR FAVOR PERDONAR LOS ERRORES.

***

Al siguiente día Cassie estaba lista para ir a clases en el bus. Odiaba el transporte público, se tardaba mucho y era incómodo, pero no tenía otra opción. Se había hecho la tonta dejándole su auto a Cameron y se arrepentía de ello.

–¿Dónde está tu auto, Cassie?– le preguntó su madrastra y rodó los ojos. Estaba echándole sal a la herida.

–No me preguntes por ello, en serio– le contestó de mal humor.

La mujer la miró divertida y ella bufó como toro enjaulado.

–Tu padre no estará contento si lo perdiste– canturreó Meghan y la castaña la miró mal.

–A veces te odio.

–Lo sé, cariño– la mujer le dio la espalda –Por cierto, tu auto y el chico de anoche están afuera.

A Cassie se le detuvo el corazón y corrió hacia la ventana. Y allí, como las películas de romance juvenil, estaba Cameron recostado en su auto, esperándola. Una sonrisa tonta se dibujó en su cara.

Se sentía ridículamente emocionada.

Se tragó su alegría y alisó su uniforme, al igual que su cabello. Quería verse bien, no como el zombie que le dio los buenos días en su espejo. Tomó una fuerte respiración y abrió la puerta, fingiendo sorpresa al verlo.

–Cameron– el chico le sonrió con simpatía y sintió como sus mejillas se sonrojaron.

–Buenos días, Cassie.

–¿Qué haces aquí?– cuestionó haciéndose la tonta y se regañó por eso. Si quería impresionar a un chico debía ser ella misma. Por lo que se retractó –Olvida esa pregunta estúpida.

Cameron rió. Cassie le parecía una chica encantadora, divertida, jovial. No lo había pensado dos veces antes de tomar su auto y llevárselo antes de que se fuera a clases, era la excusa perfecta para verla de nuevo. El plan de la chica había funcionado, debía admitirlo.

–No me gustaba la idea de dejarte sin transporte. Y aquí tienes– señaló el Nissan rojo y Cassie sonrió.

–¿Y ese helado que me prometiste?– levantó una ceja y Cameron volvió a reír.

El sonido le pareció perfecto a Cass. Él era tan guapo y tierno que parecía un ser producto de su imaginación.

–No recuerdo haber prometido nada. Más bien alguien aquí presente lo insinuó– bromeó y ella se encogió de hombros fingiendo inocencia.

–No sé de qué hablas.

Ambos se quedaron en silencio, mirándose por unos segundos. Cameron sentía una extraña plenitud que lo hizo sentir incómodo. La única chica con la que había estado, Violet, le hacía sentir todo lo contrario: una adrenalina asfixiante. Y ahora Cassie lo hacía experimentar la paz, algo sin ningún sentido para él dado que la conocía de hacía tres días.

Cassie estaba a punto de carraspear para romper la tensión cuando Cam se adelantó:

–Bien. Nos vemos en tu colegio a la hora de salida.

Eso la hizo sonreír.

–Hecho.

Cameron le lanzó sus llaves y ella las atrapó en el aire. Caminó hasta su auto y le guiñó un ojo al chico antes de encender el motor. Era una buena mañana, de eso no tenía dudas.

***

–Fue una noche increíble, Cassie. Me encantó– le dijo Violet y río.

–Sí, especialmente la parte donde Adrián te folló por toda la noche– le respondió con sarcasmo.

My Sweet Sin (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora