CAPÍTULO SIN EDICIÓN***
Las últimas semanas habían sido algo caóticas. Apenas habían tenido encuentros fortuitos a lo largo de los días y mucho menos habían hablado sobre ellos. Pues la concentración de ambos estaba puesta en su amiga, la cual la estaba pasando realmente mal.
Cassie pasaba con ella todas las tardes y la acompañaba al juzgado. Cameron le ofreció su casa, donde estaba viviendo, otro motivo para que no pudieran juntarse más a menudo.
Sin embargo las cosas estaban mejorando poco a poco, Violet se estaba recuperando y tal vez ellos tendrían más tiempo para sentarse a discutir lo que pasaría en su no relación.
Era el último día de clases y las chicas salían de la escuela para siempre. Iban juntas hacia el auto de Cassie, quien la llevaría hasta el hospital.
–Me siento libre– comenta Violet y la castaña sonrió.
–Es una pena que no puedas ir a la fiesta de graduación.
–Prefiero estar con Adrián.
La suspensión de su amiga secretamente la alegraba pues podía invitar a Cameron a ser su pareja en el baile. Podría pasar tiempo con él y disfrutar juntos la noche. Sonrió para sus adentros, no le gustaba mentirle a su amiga, pero no dejaría que eso arruinara sus planes.
Llevó a Violet al hospital y se despidieron con una promesa de juntarse en la noche. Cassie continuó con su camino hacia la casa del rubio, sin embargo no lo encontró allí. Confundida miró a su alrededor y luego a su teléfono, habían quedado en verse para aprovechar la ausencia de su amiga en el apartamento.
Iba a girarse para marcharse de ahí, cuando unas manos rodearon su cintura. Gritó asustada hasta que la voz de su chico la tranquilizó.
–Soy yo, bonita– la besó bajo la oreja y ella se estremeció.
–No me sorprendas así, no me gusta– se volteó en sus brazos y le sonrió. Él se notaba agitado, como si hubiera corrido –Hola.
–Hola– la besó en los labios con afán, pues por un momento creyó que no la vería –¿Aprobaste?– preguntó tras separarse y comenzar a abrir la puerta.
–Por supuesto, pronto seré universitaria. ¿Y tú?
–Apenas, pero me es suficiente.
Ambos entraron al pequeño hogar y tras cerrar con seguro, Cassie se sacó la camisa. Cameron sonrió encantado.
–¿Cuánto tiempo tenemos?– cuestionó ella y él miró su reloj.
–Unas dos horas antes de que tenga que ir al trabajo.
–Con eso me basta.
Él la atrapó en un abrazo y ella unió sus labios. La alzó en brazos y la pegó contra la pared más cercana. Últimamente sus momentos eran urgentes y rápidos, no había tenido tiempo de disfrutarla con paciencia, de saborear cada zona de su cuerpo y eso no le agradaba para nada. Cassie era una chica para complacer hasta la saciedad, no para un polvo rápido.
–Deberíamos escaparnos un fin de semana– besó su cuello y la escuchó suspirar –Solo nosotros dos, para hacer el amor una y otra vez, hasta que no podamos más.
–Cállate ya– le dijo ella arrastrando su mano y buscando el cierre de sus pantalones.
Cassie no quería hablar, no en ese momento. Solo quería sentirlo otra vez, ya tendrían tiempo para hacer planes.
Cameron acató su orden y, sucumbiendo a sus deseos, con celeridad se desnudó de la cintura hacia abajo. Hizo a un lado las bragas de Cassie y se hundió en ella hasta el final. Ambos gimieron al sentirse sin barreras, al percibir su calor sin protección de por medio.
ESTÁS LEYENDO
My Sweet Sin (+18)
Romance¿Pecado? Su amiga les había enseñado el verdadero sentido de esa palabra. ¿Amor? Claro que se amaban pero lo de ellos era imposible. ¿Obstáculos? Muchos, muchísimos. Principalmente los que se ponían ellos mismos. ¿Deseo? Oh, bastante. Y los iba a co...