My Sweet Sin (+18)

Capítulo 4

BORRADOR SIN EDITAR. PERDONAR LOS ERRORES

***

Era el día siguiente. Cassie se había preparado mentalmente para revelar a alguien parte de su vida. No es que se avergonzara de ello, pero tampoco era algo para enorgullecerse.

Se vistió con un lindo vestido de plata e hizo ondas en su pelo. Luego de la función tenía planeado disfrutar la noche como hacía tiempo que no lo hacía. Quería beber hasta perder la conciencia y quizá, tendría algo de sexo. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que se había acostado con alguien y esa noche le apetecía romper la racha.

Detuvo su auto frente a la casa de Violet y tocó el claxon dos veces para alertar su llegada a su amiga quien no tardó mucho en salir. Preciosa y sexy como siempre. A veces, solo a veces, le picaba el aguijón de la envidia. Violet era realmente una fémina hermosa.

–¡Perra, estás preciosa... y caliente!– chilló al repasarla de arriba abajo y Vi dio una vuelta sobre su propio eje.

–Gracias, tú estás ardiente también– dijo esta cuando entró al auto –Hola.

–Hola, Vi. ¿Lista para ver por qué soy una zorra?– Cassie movió sus cejas de forma insinuante.

–Ansío saberlo.

–Entonces vamos allá– la miró con emoción y Violet se rió.

Cerca de una hora de camino, casi al otro lado de la ciudad, Cassie estacionó el auto en el parking trasero del bar. Donde desde afuera se escuchaba la música amortiguada.

–¿Qué es esto?– preguntó la pelinegra confundida.

–Es donde trabajo. Vamos dentro.

De la mano se encaminaron hacia la puerta de servicio. Cassie saludó a sus compañeros de trabajo cuando entraron y dirigió a Violet a donde estaba el gentío y el bullicio. El lugar estaba a rebosar. Había mucha gente, mujeres con poca ropa, hombre guapos y borrachos. Era una de esas buenas noches.

–Te voy a dejar en una mesa, alguien estará a cargo de ti. ¿Bien?– le dijo Cass con precaución, Vi asintió. No quería dejar a su amiga sola allí, conocía a la gente que iba a ese lugar y quería que estuviera a salvo.

–No te preocupes por mí.

–Bien, es hora de ser una zorra– le guiñó el ojo y la pelinegra sonrió.

Cassie se alejó unos segundos hasta una de las camareras, le pidió que cuidara de Violet y la chica accedió acercándose a Violet y llevándola a una mesa mientras que ella se iba a los camerinos. Allí se puso la lencería de esa noche y una peluca negra tras maquillar exageradamente su cara.

Era hora del espectáculo.

***

Era su primer día. Estaba un poco emocionado por trabajar allí y tenía buenas expectativas para ese noche. Servir tragos era fácil, lo difícil eran los clientes, pero podría sobrellevarlo. Él había vivido cosas peores.

Pasaba por una mesa devuelta a la barra cuando creyó reconocer una cabellera negra. Miró bien y cuando la chica volteó el rostro comprobó sus sospechas. Era ella.

Cameron se acercó a pasos grandes hacía ella, ¿qué hacía en un lugar como ese? No era para ella.

–¿Violet?– la llamó confundido y Vi giró el rostro para verlo. Le sonrió.

–¡Cam! ¿Qué haces aquí?

–Trabajo aquí, inicié hoy– señaló su uniforme de forma obvia.