Capítulo 25

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CAPÍTULO SIN EDICIÓN
***

Cassie lloraba mientras que la tercera llamada que hacía era rechazada otra vez. Cameron no respondía y lo único que deseaba era que él la escuchara. Tenía un horrible nudo en la garganta y se sentía fatal, nunca la había pasado tan mal y jamás había tenido una pelea tan grave con su padre.

La cabeza le dolía y el alma la sentía desgarrada, era feo lo que estaba pasando y no tenía a nadie con quien desahogarse.

Condujo el auto por las calles transitadas, con los ojos empapados en lágrimas y el corazón roto. Fue cuando pasó por el colegio que recordó a su amiga, pero ell estaba arreglando las cosas con su pareja, no quería molestar. Sin embargo la necesidad de que alguien la abrazara era demasiado grande.

Dirigió el vehículo hacia el centro, pues se habían cambiado de localidad y al cabo de veinte minutos estaba estacionando bajo el edificio de su amiga. Bajó rápidamente y corrió hacia la entrada, quería ver a alguien conocido y que le dijera que todo estaba bien, que las cosas se arreglarían.

Antes de tocar la puerta le envió un mensaje a Cameron:

Todo va mal, te necesito.

Golpeó tres veces con dedos temblorosos, cuando su amiga abrió, rompió nuevamente en llanto tirándose contra ella para buscar un calor familiar. Violet se tensó unos segundos luego la rodeó con sus brazos, cosa que la hizo sollozar aún más.

–¿Pero qué...?– balbuceó la pelinegra –¿Cassie? ¿Qué sucede amiga?

Ella no puedo responder, solo quería llorar hasta que no quedaran lágrimas en su cuerpo. Quería soltar todo, se sentía muy vulnerable.

Violet la llevó con ella adentro, por el rabillo del ojo pudo ver a la pareja de su amiga observándolas confundido. La pelinegra le pedió una bebida y el hombre fue de inmediato a acatar la petición.

Se dejó caer en el sofá, aún derramando lágrimas y su amiga se colocó justo al lado de ella.

» –Cassie, si no me dices que tienes no te puedo ayudar, nena. ¿Ha sucedido algo grave?

Adrián volvió con un vaso y se lo tendió, Cassie bebió apenas el zumo de limón pero sus hipidos solo lograría que se ahogara con la bebida, así que la dejó sobre la mesilla del centro.

─Lamento arruinar su luna de miel─ sollozó mirándolos. Adrián tenía las manos en los hombros de Vi, ambos la miraban con preocupación.

─No lo lamentes, soy tu amiga y estaré siempre para ti– esas palabras de Violet realmente la hicieron sentir bien. Pues su amiga no era de esas que expresaban abiertamente sus sentimientos –¿Ese tal Mason te hizo algo?─ le preguntó suavemente pero Cassie negó con la cabeza, al principio confundida, luego recordando la mentira que le había dicho.

─No. Él es un santo─ sorbió por la nariz y miró a la ojigris. Cameron jamás la dañaría, al menos físicamente, de eso estaba segura –Se trata de papá. No sé cómo, pero se ha enterado en donde trabajo y se ha enojado como nunca. Me ha gritado, me dijo un mundo de cosas horribles como puta, furcia y más sinónimos. Me ha echado de casa, Vi─ sollozó iniciando el llanto otra vez ─Y lo peor de todo, me ha golpeado.

─¡Hijo de puta!─ gruñó Violet y por acto reflejo abrazó a su afectada amiga nuevamente.

─El no me había tratado así nunca y lo entiendo, yo siempre he sido su niña y lo defraudé. No debí aceptar el trabajo en primer lugar─ se aferró al contacto de la pelinegra. Realmente necesitaba apoyarse en alguien, no podía con tanto sola.

─No digas eso, su indignación no es motivo para que te maltrate. ¿Tienes a dónde ir? Puedes quedarte aquí─ Vi miró a Adrián y este asintió de acuerdo, ganándose una sonrisa de ella.

My Sweet Sin (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora