CAPÍTULO SIN EDICIÓN
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Cameron caminaba buscando con la mirada la dirección de la oficina que le habían dado. Si quería encontrar respuestas, debía salir a buscarlas. Fue por ello que estuvo averiguando sobre un investigador privado que se ajustaba a su bolsillo. Y allí estaba, cerca de un paso más de saber quién era, de donde procedía.
Siempre tuvo la duda y no viviría en paz hasta que escuchara de la boca de sus padres, el por qué lo abandonaron. Tal vez estaba obsesionado, pero lo necesitaba.
Cuando por fin encontró el lugar, entró sin dudarlo. Fue recibido por una señora mayor que ejercía el papel de recepcionista. Se acercó a ella con un poco de incomodidad y llamó su atención.
–Buenos días. Busco al detective Kelly.
–¿Tiene cita, joven?– inquirió la mujer y Cam frunció el ceño. Quien lo recomendó, no le había dicho que necesitaba cita.
–Eh... no– balbuceó incómodo y la señora lo miró por encima de la pasta de sus gafas.
–Bien. Espera unos minutos y te avisaré si puede recibirte.
–Gracias.
El chico apretó los labios y se alejó hacia unos sofás demasiado desgastados. No había ido desde tan lejos para irse sin nada entre las manos. Necesitaba encontrarlos.
Esperó sentado alrededor de media hora, hasta que finalmente la recepcionista le dijo que podía pasar. Las manos le temblaban y le sudaban mientras caminaba por el pasillo hacia la puerta al fondo. Una placa dorada mostraba el nombre A. Kelly en la madera, indicando que detrás de esta, estaba su futuro.
Tocó dos veces y una voz gruesa le dio el paso. Ingresó en el lugar y el olor a tabaco de impegnó en su nariz. Era nauseabundo, pero no era su problema.
–Buenos días – saludó tras un carraspeo y el hombre, de algunos cuarenta años, levantó la mirada.
–Buenos días, muchacho. Anderson Kelly a tus servicios– se puso de pie tendiendole una mano, que Cam estrechó rápidamente.
–Cameron Desmond.
–Toma asiento, Cameron– le mostró la silla frente a él. Mandato que hizo en silencio, no sabía cómo empezar, así que decidió que el detective tomara la iniciativa –Cuéntame, ¿por qué has recurrido a mí?
Cam rascó su nuca. Era difícil de explicar, a todos los que le contaba su deseo, decían que estaba loco. Que no debía hacer eso.
–Yo... Yo fui abandonado cuando tenía un año en el Orfanato Hepburn y quiero descubrir quienes fueron mis padres, quiero encontrarlos.
Kelly asintió a las palabras de Cameron y extrajo una libreta de un cajon, donde comenzó a escribir.
–Hepburn. Cameron Desmond– murmuraba mientras escribía –¿Tienes algo con lo que pueda trabajar, Cameron? Documentos, nombres. Lo que sea.
Cam sonrió. El hombre no comentó nada sobre su petición y al parecer quería ayudarlo. Con emoción buscó en su bolsillo lo único que le había proporcionado el orfanato.
–Tengo mi partida de nacimiento.
Le entregó el papel y el detective se levantó para ir hacia una fotocopiadora.
–Esto es más que suficiente, muchacho. Me quedaré con una copia y en una semana te tendré toda la información posible. Esto te costará unos doscientos dólares. Si quieres algo más a fondo, el precio subirá dependiendo la complejidad. ¿Estás de acuerdo?
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My Sweet Sin (+18)
Roman d'amour¿Pecado? Su amiga les había enseñado el verdadero sentido de esa palabra. ¿Amor? Claro que se amaban pero lo de ellos era imposible. ¿Obstáculos? Muchos, muchísimos. Principalmente los que se ponían ellos mismos. ¿Deseo? Oh, bastante. Y los iba a co...