BORRADOR SIN EDICIÓN.
***
Los días siguieron pasando, y volvió a llegar otro nuevo sábado y con el un nuevo mes. Era tres de mayo y justo ese día Cameron cumplía sus dieciocho años. Cassie y Violet tenían una fiesta preparada para él, antes de que este junto a la castaña se fueran a trabajar al bar.
Globos negros y dorados habían elegido, también algunas serpentinas, algo de confeti, bocadillos y cuatro botellas de vino. Ambas chicas se encontraban en el pequeño estudio de Cameron, esperando que él llegara de donde fuera que estaba.
Cassi miraba por la ventana, le dolía el estómago sólo de pensar en volver a verlo luego de que duraron días ignorándose, y no estaba muy convencida de asistir pero Violet le rogó cientos de veces hasta convencerla; pero el pequeño detalle es que la pelinegra no sabía que había pasado entre ellos. Así que ahí estaba, nerviosa y ansiosa, esperando a volver a ver al chico que le estaba gustando demasiado.
En otro lado, Cameron caminaba de regreso a su casa. Había sido una pésima mañana de cumpleaños. Había reprobado un examen el día anterior y lo habían rechazado en un restaurante donde solicitó empleo. Era pésimo un pésimo aniversario. Ni siquiera sabía si en verdad habían nacido un día como ese, al menos era lo que decía en su partida de nacimiento. Lo odiaba.
Subió los pocos escalones del complejo. Cuando abrió la puerta, se llevó una gran sorpresa al ver a las dos chicas que se habían vuelto todo lo que tenía en la vida, con globos y pastel. El corazón le brincó en el pecho al ver a Cassie con una linda y sincera sonrisa viéndolo.
–¡Sorpresa!– gritaron las dos con una gran alegría que lograron contagiarle.
–Felicidades, mi pequeño saltamontes– Vi se acercó y se enganchó a su cuello, él le rodeó la cintura con sus brazos. Se sintió bien tenerla así de nuevo.
–Gracias, Vi– se soltó de la pelinegra para acercarse a Cassie que esperaba paciente su turno de felicitar al chico, pero por dentro estaba nerviosa. Demasiado.
–Felicitaciones– susurró ella abrazándolo. Él la apretó con fuerza y eso la hizo volar.
–Lo siento– susurró Cameron a su vez. Sentía que era necesario luego de lo que pasó en la feria.
–Está bien, olvídalo.
Ambos se separaron con una sonrisa cómplice y se volvieron hacia Violet que estaba sacando la tarta de su caja.
Las chicas lo arrastraron hasta su cama, ya que no contaban con mucho espacio. Los tres se tiraron en el colchón y tomando el pequeño pastel le cantaron cumpleaños, para seguido empezar a brindar. Pasaron horas, y horas allí, desde la una de la tarde hasta las siete de la noche, donde se despidieron de Violet quedando solo Cassie y Cam en el pequeño lugar.
Se quedaron en un silencio incómodo hasta que Cameron fue el primero en romperlo.
–Fui un tonto, Cass. Lo arruiné.
Ella sonrió y suspiró.
–Yo fui una tonta por igual. Me ofendí sin ningún motivo. Pero los amigos se perdonan, ¿cierto?– tocó su mano y Cameron enredó sus dedos. Cassie mordió su labio inferior. No podía comportarse como su amiga cuando él hacía esas cosas, no cuando él era tan lindo con ella.
–Si, claro– carraspeó un poco –¿Nos vamos juntos al bar?
–Si, por supuesto– Cassie se puso de pie y tomó su cartera –Pasamos por mi casa primero a por algo de ropa y nos vamos.
–Bien.
Ambos se prepararon para irse a trabajar, cuando llegaron al bar ya era muy de noche y se despidieron para ir a sus respectivos puestos.
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My Sweet Sin (+18)
Romance¿Pecado? Su amiga les había enseñado el verdadero sentido de esa palabra. ¿Amor? Claro que se amaban pero lo de ellos era imposible. ¿Obstáculos? Muchos, muchísimos. Principalmente los que se ponían ellos mismos. ¿Deseo? Oh, bastante. Y los iba a co...