CAPÍTULO SIN EDICIÓN
***–Tengo que agradecerles, chicas. Todo ha quedado genial– dice Cameron observando el estupendo trabajo que había hecho el comité de fiestas del colegio de Cassie.
–Porque nosotras somos geniales– dijo con altanería la rubia, Raysa –Y que quede claro, no hago esto por la putita, mucho menos por ti. Sino porque soy fiel amante del romanticismo y adoro tu idea.
Cameron alzó una ceja. ¿Había llamado a Cassie putita? ¿Por qué? Estaba completamente seguro que no tenía motivos para hacerlo, pues la castaña era un chica increíble.
Sontió una mano en su hombro y un segundo después la cara de su amigo apareció por uno de sus costados. Estaba sonriente, feliz por lo que estaban haciendo pues todo había sido planeado por él.
–Querrás decir mi idea, muñeca– le dijo a Raysa, quien hizo una mueca de desagrado.
–Me niego a creer que algo tan genial haya salido de la cabeza de un negro. Así que seguiré pensando que fue Cameron. Adiosito– se despidió de los chicos con una falsa sonrisa y Cam chasqueó la lengua, ¿por qué había gente así en el mundo todavía?
–Ah, es ardiente esa chica– dijo Mason riendo, confundiendo al rubio.
–Te acaba de insultar.
–Solo se hace la difícil, le avergüenza admitir que este negro la enloquece.
Cameron libera una carcajada. Hacía días que no reía, una semana tal vez, el mismo tiempo que llevaba alejado de Cassie. Algo le decía que todo aquello que se había esforzado es realizar surtiría efecto, que su chica volvería con él y le confesaría cuanto la quería. Tendría una nueva oportunidad con suerte y entonces haría todo bien.
Seguía encontrándose con su madre, conociéndola y aprendiendo a tener alguien en su vida. Pero en el fondo sabía que lo único que lo arrastraba desesperadamente a esas citas era saber lo que ella le contaba sobre Cassie. Lo que hacía cada tarde, sus gustos, sus costumbres y a pesar de que ya sabía que no era su hija, a veces se sentía mal porque veía como a Meghan se le iluminaba la mirada como madre orgullosa cuando hablaba de la chica.
Temía arruinar la relación de ambas mujeres, odiaba la idea de convertirse en el tercero en discordia, pero ya estaba enamorado de Cassie, lo había descubierto y no pensaba renunciar a ella, por eso estaba en su colegio. Tenía un solo chance para recuperarla y sería en la noche del baile de graduación, esa a la que ella le había invitado y no sabía si la invitación estaba en pie.
–Espero que sí venga– Mason lo arrastró a la realidad con su comentario. Miró a su amigo, lo había ayudado bastante y no tenía idea de cómo el moreno sabía tanto de sorpresas romántica.
–Meghan dijo que lo haría, que no se lo perdería por nada. Que habla de esta noche desde que tenía diez años.
–Espero de todo corazón, amigo, que esta vez no la cagues. Ella es demasiado buena y un día se cansará de tus estupideces– puso una mano en el hombro de Cameron –Cassie no estará enamorada de ti para siempre, ¿entiendes?
Él asintió algo ausente, pensando en las posibilidades de que ella ya no esté interesada, que se haya cansado de jugar al gato y al ratón. En el trabajo lo había estado evitando, ¿era esa una señal? Sintió escalofríos.
–No lo arruinaré más, lo juro.
–Lo sé, amigo. Ahora a prepararte, no irás a una fiesta de graduación en jeans.
Ambos rieron y abandonaron el gimnasio del colegio no sin antes echar un último vistazo a todo, dejándolo listo para la noche.
Deslumbraría a Cassie y la recuperaría, debía hacerlo o se volvería loco.
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My Sweet Sin (+18)
Romance¿Pecado? Su amiga les había enseñado el verdadero sentido de esa palabra. ¿Amor? Claro que se amaban pero lo de ellos era imposible. ¿Obstáculos? Muchos, muchísimos. Principalmente los que se ponían ellos mismos. ¿Deseo? Oh, bastante. Y los iba a co...