My Sweet Sin (+18)

Capítulo 6

BORRADOR SIN EDICIÓN. POR FAVOR PERDONAR LOS ERRORES.

***

Se probó miles de prendas. Se puso vestidos, faldas, vaqueros y sentía que nada le quedaba bien. Se miraba al espejo con enojo y con ganas de llamar a Cameron para cancelar la salida.

Se dejó caer en su cama y llevó sus manos a su cara, presa de la frustración.

–¡Envíame una señal, Jesús!– exclamó con rabia. En ese momento entró su madrastra a su habitación dejando unas prendas de ropa limpia –¿Tú eres mi señal?– le preguntó y la mujer la miró extrañada.

–¿De qué hablas?– el rostro delicado de la mujer se desfiguró con una mueca de preocupación –¿Estás tomando drogas, Cassie? Estás muy extraña, hija.

–No, mamá. No estoy usando drogas, solo estoy teniendo una crisis– retiró con brusquedad un pantalón de las piezas de ropa perfectamente dobladas –Creo que usaré esto.

–Solo sé tú misma, Cassie– le dijo Meghan con una sonrisa mientras salía de la habitación.

Cassie hizo un puchero. Estaba muy nerviosa como para ser el misma. Quería impresionar a Cameron.

Extendió el pantalón en su cama y lo observó por unos segundos. Era entallado y de tiro alto. Le quedaba muy bien y al ser de color negro podía usarlo con cualquier cosa. Decidió entonces combinarlo con un crop top azul rey y unas zapatillas Vans negras.

Media hora más tarde estaba lista, pero retrasada, y ella odiaba llegar tarde y hacer esperar. Tomó un suéter de su armario, porque afuera aún estaba fresco, y su bolso antes de salir corriendo hasta su auto. Allí tomó su móvil y tecleó un mensaje rápido.

De: Cassie
Para: Cameron

Lamento hacerte esperar. ¿Me pasas la dirección?

Mientras encendía el motor obtuvo una respuesta.

De: Cameron
Para: Cassie

Vienes hasta mi casa y desde aquí nos vamos caminando. ¿Te parece bien?

Cassie respondió con un perfecto y tras respirar hondo para calmar su corazón, emprendió camino hasta la casa del chico que le estaba gustando demasiado.

***

Cameron esperaba a Cassie sentado en las escaleras del porche de la residencia donde vivía. Llevaba un buen rato allí, aguardando por una respuesta de la castaña. Incluso pensaba que ella se había arrepentido y había decidido dejarlo plantado.

No sabía por qué había pensado eso, pero imaginarlo no le sentó muy bien.

Esperó unos quince minutos más hasta que vio el Nissan de Cassie acercarse a una velocidad demasiado alta para lo que se permitía en esa zona. La chica maniobró el vehículo para dejarlo estacionado frente a él, robándole el sitio a otra persona que pretendía parquearse en ese lugar.

–Ese era mi lugar– le reprendió el hombre del otro auto.

–El más lento pierde– le dijo la chica y Cameron se rió.

Se puso de pie cuando ella salió de su vehículo. Y se permitió unos segundos para admirarla de arriba abajo. Estaba muy bonita.

–Hola– la saludó. Debatiéndose entre acercarse y besarla o quedarse quieto. Prefirió lo segundo.

–¡Hola!– Cassie fue más efusiva y le dio un rápido beso en su mejilla –Lamento la tardanza, por lo general no soy así pero no sabía qué ponerme y estaba entrando en crisis y luego mi mamá llegó con ropa limpia, me preguntó si estaba usando drogas y... no tengo por qué contarte esto– se sonrojó por su arrebato de euforia y a Cameron le divirtió aquello.