CAPÍTULO SIN EDICIÓN
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Al día siguiente la resaca era épica, pero debía ir a casa y luego a trabajar. Abrió los ojos lentamente intentando con mucho esfuerzo abrir los ojos. Estaba acostada boca abajo y también estaba desnuda, por lo que se levantó sobresaltada. Recordaba perfectamente quedarse dormida con ropa.
–Te desvestí para que durmieras más cómoda– la voz tras de ella la hizo taparse por instinto.
–Cam– balbuceó cubriendo sus senos con la sabana. ¿Por qué le había quitado todo? –La ropa interior no era necesaria– gruñó.
Tras ella, Cam sonrió. No, no era necesario pero él quería contemplarla, así como sentir su desnudez mientras ella se abrazaba a él, en su cama.
–Me descubriste, quería verte.
Cassie se sonrojó y por fin se dio la vuelta para enfrentarlo. Estaba recostado de la pared contraria, observándola mientras bebía de una taza. Estaba demasiado atractivo con su pelo alborotado y su pantalón de pijama.
–Eso es acoso– murmuró buscando con la mirada su ropa.
–Tal vez– Cameron dejó la taza sobre la pequeña mesa de noche y se acercó a ella, gateando sobre el colchón. Cassie se tensó y le dieron ganas de huir, era demasiada tentación para soportar –He escondido tu ropa, no te irás de aquí hasta que arreglemos lo nuestro– le dijo cuando sus rostros ya estaban demasiado cerca.
Ella sonrió, pero no de alegría ni seductoramente. Su gesto era más de tristeza.
–Nunca hubo un nosotros, a Cam.
–Sí lo hubo, joder. Sí– la tomó de la barbilla –Y fue fantástico y lo quiero de nuevo en mi vida.
–Te dije que me buscarás cuando ya no amaras más a Violet. No creo que en unos días eso haya cambiado– le respondió suavemente, mirándolo a los ojos. Él apretó los labios.
–Lo sé, pero no quiero estar lejos de ti.
–No puedo sumergirme en una relación cuando el fantasma de otra mujer todavía está molestando.
–¿Por qué te obsesiona tanto Violet?– gruñó con rabia. No entendía qué tenía que ver la pelinegra con ellos.
–Porque es mi amiga, Cam. Siempre estará presente, y tengo miedo de que verla muy a menudo despierte sentimientos que te alejen de mí– posó una mano en la mejilla masculina cubierta de barba de un día –Te quiero solo para mí.
–Soy solo tuyo. Lo prometo– se inclinó los centímetros que le faltaban para romper la distancia y la besó, lenta y delicadamente.
Cassie soltó las sábanas que la cubrían para sujetar al chico del rostro y profundizar el beso. Sus lenguas se encontraron en un roce erótico, al mismo tiempo que sus cuerpos se atraían como polos opuestos. Con un movimiento fluido, Cam la pegó a su pecho e hizo que ambos cayeran en la cama.
El contacto se volvió más agresivo, más sensual, más placentero. Los pequeños gemidos de Cassie no se hicieron esperar y en respuesta Cameron se rozó con ella. Sus sexos chocaron ansiosos por encontrarse y fundirse, convertirse en uno. Pero él deseaba adorarla primero. Abandonó sus labios y encontró la piel de su estilizado cuello, repartió besos húmedos allí que la hicieron suspirar y emitir ronroneos que lo volvían loco de excitación.
Su boca bajó y encontró sus pezones delicados y sensibles. Cassie se retorció por la plena sensación, disfrutó de humedad y los jugueteos de su lengua, volviéndola loca. Continuó bajando hasta su zona sur, pero ella quería más. Detuvo su descenso y lo atrajo de nuevo a su cara, ambos se miraron con intensidad a los ojos. Revelando lo que de verdad sentían, pero lo único que ella podía ver en los de él, era cariño. No había amor, no todavía.
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My Sweet Sin (+18)
Romance¿Pecado? Su amiga les había enseñado el verdadero sentido de esa palabra. ¿Amor? Claro que se amaban pero lo de ellos era imposible. ¿Obstáculos? Muchos, muchísimos. Principalmente los que se ponían ellos mismos. ¿Deseo? Oh, bastante. Y los iba a co...