× c u a t r o ×

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Al día siguiente el tintado despertó a una hora razonable por primera vez en mucho tiempo, no muy tarde, pero no muy temprano, la hora perfecta para que pueda tomarse una ducha y rasurarse, quitándose su barba de tres días que lo hacía parecer un vagabundo. Encontró por primera vez en semanas una camisa que le pertenecía a él, poniéndosela junto a una chaqueta de cuero. Bajó a la cocina, donde Tyler estaba cocinando huevos fritos.

-Primera vez en tiempo que te despiertas a una buena hora.

-Milagrosamente, le voy a agradecer a Brendon cuando llegue al trabajo.

-Pero primero desayuna, ¿Puedes hacer café?

-Claro.

Los dos comieron en silencio, un podcast que habían empezado a escuchar hacía unas semanas de fondo, escuchando la voz de los presentadores hablar sobre diferentes chismes y cosas tontas de personas famosas, nunca tomando nada en serio y claramente haciéndose la burla de programas que tomaban el tema de una chica que había subido un poco de peso y se puso un bikini a la playas aunque se siguiera viendo delgada, como la cosa más importante del mundo.

Josh se despidió de su novio al terminar de desayunar, dejando su plato en la cocina y tomando su bolsa de mensajero, entrando a su auto y conduciendo hacia la estación, dejando la música de su celular sonar por los parlantes del auto. Pasó por un Starbucks, viendo que aún tenía tiempo y que el local casi no tenía personas, pidiéndose un late y terminando su camino a la estación, donde encontró a Jenna entrando del camino opuesto al que él estaba.

-¡Josh! Wow, ¿Qué sucedió? Te ves tan cambiado.

-Me afeité y tomé un baño bien merecido, me siento como un hombre nuevo –bromeó, logrando hacer reír a la rubia, quien abrió la puerta principal, dejándolo pasar primero.

-¿Y cómo les fue con el informe para el perfilador anoche?

-Brendon lo terminó, prácticamente me obligó a marcar antes y que me vaya a casa.

-Hizo un buen trabajo en hacerlo, ya no parece que vas a colapsar en cualquier segundo.

Los dos marcaron y Jenna bajó a su oficina, mientras Josh subió, entró directamente a la sala de reuniones, encontrando a Brendon escribiendo cosas en su libreta mientras observaba su laptop.

-¿Acaso vamos a cambiar de roles ahora? ¿Voy a tener que obligarte a ir a tu casa a dormir de una buena y maldita vez?

El azabache levantó la cabeza, no se veía para nada cansado, más bien, se veía más activo que nunca, sus ojos brillando con una mezcla de felicidad y esperanza, una sonrisa casi demente, parecida a la de un científico que acababa de hacer que una de sus creaciones cobre vida.

-Encontré la empresa en la que podría trabajar a quien buscamos.

-¿Qué? –el tintado dejó su bolso sobre la mesa, caminando hacia su compañero de trabajo y viendo la pantalla de la laptop—. ¿No es que íbamos a enviar personas para revisar las listas?

-Sí, pero una de las agencias me pasó su lista por correo porque no tienen las listas en físico, y anoche al llegar a mi casa me puse a verlas y encontré los nombres de todas las víctimas que tenemos hasta ahora –Brendon empezó a bajar por la lista, mostrándole nombres que había resaltado que efectivamente eran de todas la víctimas—. Voy a mandar a dos policías para que hagan más preguntas al gerente, saber quién tenía que mostrarle las casas el día en el que sucedió el asesinato, ver qué otras cosas podemos sacar de ahí.

-Dios, parece demasiado fácil, como si no fuera real.

-Parece irreal, pero creo que ya vamos a encontrar a nuestro tipo.

hung like the pelt of some prey ∆ joshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora