Un respiro, aunque breve e ilusorio, del tormento que Zayn le causaba.
Fuera, la tarde había dado paso a la noche y la vela de la mesa proyectaba su luz en el cristal del ventanal, creando un mundo paralelo. ____ clavó los ojos en el reflejo y una intensa emoción la embargó: estaban ahí, Zayn y ella, en ese universo paralelo de luces y sombras, iluminados conjunta-mente.
Juntos...
¿Cuántas veces, en el pasado, habían estado así, sentados, charlando de todo, de cualquier cosa? Ese era el Zayn que recordaba junto a quien el tiempo pasaba volando entre risas y sonrisas...
No podía evitar la emoción, le corría por las venas. ¡Cuánto había perdido al perderle! ¡Cuánto!
Sin embargo, en contraposición con ese sentimiento de pérdida y en ese precioso y breve momento, sintió como si poseyera algo precioso, algo parecido a una joya en la palma de la mano. Por pasajera e irreal que fuera la velada, su amargura se desvaneció y, de repente, el presente fue su única realidad. Y por fugaz que fuera, siempre lo agradecería, siempre se alegraría de aquel momento.
Unos camareros se acercaron a la mesa y le llevaron la carta con los postres. Ella eligió uno al azar y pronto se lo llevaron, junto a una copa de vino dulce Beaune de Venise para acompañar al delicioso postre.
Se le estaba yendo un poco la cabeza, pero no le importó. El mundo real y sus problemas parecían estar alejándose, y una extraña sensación de distanciamiento se apoderó de ella. Se conformaba con estar ahí sentada bebiendo ese vino dulce y dejando que la voz de Zayn la envolviese mientras ella le contemplaba. Era extraño, muy extraño, pensó mientras admiraba la viril perfección de él.
«Zayn, sólo Zayn. El hombre de mi vida...» La emoción la desbordaba, la joya que tenía en la palma de la mano era única, extraordinaria...
—¿____?
Zayn la estaba mirando con expresión interrogante y la silla algo apartada de la mesa. El comedor estaba prácticamente vacío, la vela casi consumida...
____ se puso en pie, imitando a Zayn, y al salir del comedor se dio cuenta de que eran los últimos comensales. Zayn estaba a su lado y juntos salieron al jardín. Sentía la presencia de él, su proximidad, su compañía...
Como la pareja reflejada en el cristal del ventanal. Juntos.
—¿Tienes frío? —preguntó Zayn mientras caminaban por un sendero suavemente iluminado.
____ sacudió la cabeza. No tenía frío. El vino le corría por las venas y la noche estival era cálida. Y la sangre le hervía. ¿Se le había acelerado el pulso? ¿Le repiqueteaba el corazón con sus latidos?
¿Era por el hombre que estaba a su lado? «Zayn, Zayn, Zayn ...»
—Mira las estrellas —dijo él.
Ella siguió la mirada de Zayn. El firmamento brillaba sobre sus cabezas.
—Ahí está Júpiter —añadió Zayn.
_____ miró a ciegas. Zayn alzó una mano y le señaló un punto... mientras le ponía la otra mano en el hombro, haciéndola girar ligeramente. De repente, sintió el cálido aliento de él en la nuca y dejó de ver las estrellas con claridad. La mano de él era como una marca de hierro incandescente en su hombro.
Durante un eterno momento se quedó completamente inmóvil, sólo consciente de Nikos junto a ella.
Entonces, bruscamente, él retiró la mano.
—Por aquí se llega enseguida al aparcamiento —dijo él con voz seca de repente.
____ se sintió hundida.
Al llegar al coche, Zayn le abrió la puerta, su expresión era tensa. ¿Qué le había pasado?
Una vez sentado al volante, Zayn puso en marcha el coche y salió del aparcamiento. El propósito de aquella cena había sido claro: acabar de una vez por todas con el pasado. Superarlo. Constatar que ____ ya no podía afectarle. Lograr inmunizarse contra ella, contra lo que podía hacerle...
«Mentiroso».
Llevaba a _____ en el alma, en todas y cada una de las células de su cuerpo. Un sinfín de sentimientos se había apoderado de él, sentimientos que ella despertaba en él. Sólo ella, sólo _____...
Sólo _____...
Durante el corto trayecto a Belledon no hablaron, el silencio hablaba por sí mismo. Zayn tenía la cabeza llena, pero no de palabras ni de pensamientos.
Mientras daba la vuelta a la casa con el coche para pararse delante de donde ella se alojaba, se sintió cada vez más agitado. No sabía lo que era no podía ponerle nombre. Sólo sabía que sentía algo fuerte, imperativo, poderoso.
«Debería marcharme. Debería dejarla e irme. Volver al hotel y después, a primera hora de la mañana, regresar a Londres. El arquitecto puede esperar. No es importante. Lo único importante para mí es volver a Londres. Lejos de aquí».
«Lejos de _____...»
Apagó el motor y el silencio les envolvió. Con un brusco movimiento, Zayn abrió la portezuela, salió del vehículo, lo rodeó y le abrió la puerta a ella. ____ salió rápidamente. El la acompañó hasta la puerta de la casa y él mismo la abrió con su propia llave; después, se quedó sosteniéndola para que ella pasara.
Zayn no dijo nada.
No se atrevía a hablar.
No se atrevía a mirar a _____.
____ se acercó despacio. El corazón le latía con fuerza. A su alrededor, sólo silencio.
—_____...
Había refrescado, pero no era la brisa nocturna lo que la hizo estremecer.
«No volveré a ver Zayn después de esta noche».
Zayn se iba a marchar y ella no lo vería nunca más.
Lo sabía con absoluta certeza. Sus caminos no volverían a cruzarse, tampoco volverían a encontrarse por casualidad. No, nunca más.
Un terrible anhelo la embargó. Añoraba lo que nunca había sido, lo que jamás sería. Lo que no podía ser.
Con dolorosa pena, pasó por delante de él.
-_____...
Ella se detuvo. No podía darle las buenas noches, no podía hablar. Había perdido el don de la palabra.
-_____, yo...
Ella inclinó la cabeza.
—Adiós, Zayn.
Había querido decir «buenas noches», pero nada más sincero que un adiós. Echó a andar otra vez, hacia dentro de la casa.
—_____...
Zayn había vuelto a pronunciar su nombre, pero el tono era diferente y también le había colocado una mano en el hombro. Deteniéndola. Y ella se volvió.
Zayn se le había acercado. Le oyó decir algo en griego, pero no sabía qué. Sólo sabía que, en la oscuridad de la noche, el rostro de Zayn era sombrío.
De repente, los ojos de Zayn se encendieron, iluminados por un fuego interior.
Se miraron en silencio, anhelantes...
«¡Oh, Dios mío, Zayn!»
Una incontrolable emoción se apoderó de ella y entonces...____________________
Enseguida subiré otro! Hoy estoy ON FIRE!
jajaj.. Loveu.xx