Harry vive la vida de cualquier esposo y padre feliz en los suburbios; lo que sus amigos y esposo no conocían es que Harry era un asesino a sueldo, y uno de sus enemigos aparecerá para tomar venganza.
| Finalizada el 3 de Abril del 2020 |
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Después de aquella pequeña discusión, Harry se había puesto de mal humor y realmente no tenía ganas de dar clases, así que sólo les dio un examen sorpresa qué, hecho por el cálculo de Harry, se supone que les tome la hora y media de clase.
Mientras los estudiantes tomaban el examen, Harry sólo pensaba en la discusión y la razón de esta; desde que conoció a Louis, había hecho todo lo posible para alejarlo del peligro de su pasado y por eso era su pánico.
Algo que Louis no lograría entender al menos que este le dijese la verdad, lo que al final sería un divorcio seguro por parte de Louis por haberle mentido y poner en riesgo su vida junto a la de su hijo; era claro que Harry no quería perderlos, así que este optaba por callar.
– Luce alterado, profesor.
– No estoy de buen humor, Williams.
La chica le había comentado cuando le había entregado su examen al haber finalizado; Harry le respondió, pero continuó su vista al libro que leía.
– ¿Problemas en casa?
– Harry suspiró y alzó la vista – Ya te puedes ir si terminaste Williams.
Ella no dijo nada más y Harry agradeció; ella se había marchado y Harry había continuado leyendo su libro.
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Por su parte Louis, no le gustaba discutir con Harry y mucho menos que este se haya ido sin arreglar las cosas; en lo personal, no entendía cuál era el empeño de Harry en sobre protegerlos, no iba a negar que eso le gustaba de su esposo... pero aveces sentía que exageraba.
Decidió hacerle caso y no ir, después de esa discusión tampoco tenía muchas ganas de salir... agradeció que había amanecido un día hermoso y perfecto para pasar un rato en el área de la piscina. Había entrado con Nicholas después de haberle puesto sus flotadores y Louis no dejaba de sonreír al ver la emoción de su hijo dentro del agua.
Habían salido para poder comer algo, envolvió a Nicholas en una toalla y ambos entraron a la casa.
– Creo que ha sido suficiente – Comentó Louis poniendo al niño en el suelo –, usted vaya a jugar en lo que preparo la merienda... aunque tu papá no se llevó nada de almorzar.
