Harry vive la vida de cualquier esposo y padre feliz en los suburbios; lo que sus amigos y esposo no conocían es que Harry era un asesino a sueldo, y uno de sus enemigos aparecerá para tomar venganza.
| Finalizada el 3 de Abril del 2020 |
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Desde que Harry sostuvo esa prueba de embarazo en sus manos, supo que su vida cambiaría por completo, se había casado con quien sabía que era el amor de su vida hace tres años y ahora este llevaba en su interior un pequeño pedazo de ambos. Harry claramente estaba nervioso, ni siquiera sabía si era buen esposo... ¿cómo sabría ser un buen padre?
En el embarazo, a pesar de Louis tener las hormonas a flor de piel, y en parte haber sido a favor de Harry en la parte sexual, estaba la otra de la preocupación; Louis antes de ser padre, no se tomaba muchas cosas enserio, y casi siempre se tomaba las cosas a la ligera, pero entendía, en parte, que se había casado con alguien completamente diferente a él.
Harry tenía la mirada puesta en su esposo en cada momento, cada paso que daba, cada cosa que comía, los lugares a su alrededor; mientras pasaba el tiempo, y el vientre se hacía más evidente, la actitud sobre protectora avanzaba.
– ¿Louis, qué haces? No puedes aspirar el olor a pintura – Se acercó Harry quitándole la brocha con cuidado –, sabes que le puede hacer daño al bebé.
– Cielo, el bebé no puede estar un lugar más seguro – Louis le sonrió con cariño acariciando su vientre –, además, tiene un papá que siempre lo cuidará pase lo que pase.
Harry le tomó la mano a su esposo y la besó.
– Entonces, ya que insistes lo harás tú – Dijo Louis triunfante –, yo me daré un baño.
– Louis iba a salir de la habitación hasta que Harry habló – Dios cariño, ¿porque me tomas la contraria? No puedo hacer las dos cosas al mismo tiempo.
– ¿De que hablas, Harry?
– Terminar de pintar y velarte en el baño – Louis suspiró y rodó los ojos; Harry continuó –, no hagas así Louis, casi resbalas y lo sabes... no puedo permitir ese lujo de dejarte solo.
– Harry, colocaste como diez alfombras anti desliz; ya mismo me harás usar flotadores en la ducha.
– De hecho, no es mala idea, conseguiré algunos... – Louis lo pellizcó –, no es mi culpa que seas muy pequeño. Sólo dame unos minutos.
– Sería lindo si dejaras de preocuparte por un segundo, todo estará bien, el bebé está bien, yo estoy bien, sólo necesito una ducha, un masaje y un envase lleno de helado.
– Sabes lo que dijo el nutricionista...
Louis gruñó con fastidio y salió de la habitación.
